Autor: val Marinero Ugarte a par-
La Puerta chica
La Puerta chica COMENTARIOSSi bien existe en la memoria histórica de las y los pobladores de los antiguos vecinos de los patios de ferrocarriles y del barrio el Colorado, también está en los escritos de la novela del fallecido escritor y periodista morrino Patricio Riveros Olavarría en “La Puerta chica más grande del mundo” desde la literatura local.
La Puerta chica debe su nombre a la clásica entrada desde el Pasaje Olcay en continuidad de la calle Barros Arana al norte de la entrada a los recintos ferroviarios, dado que era una puerta chica, siempre cerrada con la cual se entraba al mundo ferroviario de los antiguos Ferrocarriles del Estado y espacios con pasajes dentro delos recintos ferroviarios que eran guardados por murallas hechas de durmientes ferroviarios en forma vertical y asegurados por rieles en horizontal, la Puerta chica terminaba en dirección al mar, cercana a una cambio de vía y se llama en base a su origen.
Ahora su cronología data desde la época del Ferrocarril Inglés que luego de 1951 pasan esos recintos a los Ferrocarriles del Estado de Chile y, con ello, las casas del personal administrativo y operarios del antiguo ferrocarril inglés, que datan desde 1910 a1940son entregadas en la década de los ochenta a los habitantes de estas casas porel Estado a través de la administración ferroviaria. Por tanto, antes de ello estaban asignadas según la función ejercida y entregas según el servicio de bienestar de Ferrocarriles y también se atendía a peticiones del Consejo Obrero Ferroviario.
La Puerta chica es un espacio de memoria histórilocal ca-geográfica que contiene el legado de la época ferroviaria y salitrera de Iquique, dado que eran parte del recinto ferroviario que era cerrado y vigilado por serenos.
En los recuerdos de los vecinos, que eran en gran parte obreros y empleados ferroviarios, están algunos apellidos como Álvarez, Andaur, Segu-/La Puerta chica debe su nombre a la clásica entrada desde el Pasaje Olcay en continuidad de la calle Barros Arana”. Patricio Rivera Olguín, académico UNAP ra, Arias, Ramos, Christie, Maldonado, Colque, Escoy otros que bar, Mancarella fueron sus últimos y aún actuales habitantes.
La misma calle compartía territorio con una estructura peculiar que eran tres estanques alimentadores de agua para las loco'motoras y a la vez secruzaba para llegar ella caminando entre rieles, trenes, convoyes, automotores y locomotoras que circulaban a cada rato dentro del recinto. Esta calle todavía existe y es un reducto de “iquiqueñez” del siglo XX de la época de madera, calamina de salitre ferroviario y vecinos que descienden de ferroviarios.
En esta calle convivían hijos de obreros e hijos de administrativos, todos sus niños jugaron en los vagones de carga y de pasajeros, como en sus locomotoras y vieron el auge de estas y el morir delos recintos ferroviarios a partir del cierre de los recintos ysu traspaso a la Universidad del Norte en 1983. Luego, ocupados por la cárcel en 1987 y finalmente sus antiguos patios de máquinas y la condensadora fueron la actual población na-. COMENTARIOS