Autor: VíCTOR VARGAS, ENCARGADO FIA PARA MAGALLANES
Columnas de Opinión: No innovar significa retraso y relativamente un retroceso
Columnas de Opinión: No innovar significa retraso y relativamente un retroceso Dos proyectos innovadores, interesantes para Magallanes, se encuentran en proceso de postulación, de acuerdo a la reciente Convocatoria Nacional para Proyectos de Innovación, con Perspectiva Regional, impulsada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). Un proyecto es del rubro ganadero y otro agrícola de hortalizas de frutos. Ambos consideran la introducción de tecnología moderna para alcanzar mayores rendimientos y hacer más sostenible la actividad productiva.
La Fundación para la Innovación Agraria (FIA) es la agencia de innovación del Ministerio de Agricultura de Chile que busca promover procesos de innovación, priorizando tres lineamientos estratégicos: la gestión sostenible de recursos hídricos, la adaptación y mitigación al cambio climático y promover el establecimiento de sistemas alimentarios sostenibles. En cuanto a la última Convocatoria Nacional, es un proceso que culmina en el mes de marzo, donde cada proyecto postula a fondos que alcanzan hasta 150 millones de pesos. En el contexto de la innovación es bueno referirse a su significado e implicancia para el desarrollo de los territorios. En ese sentido, podemos decir que la innovación, ese un potente motor del progreso, es un proceso dinámico, un flujo constante de creación, mejora y adaptación. Es la chispa que enciende la llama del desarrollo, una fuerza transformadora que impulsa a las comunidades a superar sus retos, a trascender sus limitaciones. No se limita solamente a la tecnología, que en muchos aspectos tiende a ser lo más importante. La innovación es también creatividad, ingenio, la capacidad de visualizar posibilidades donde otros sólo ven obstáculos, o no se atreven a abordarla.
Es encontrar soluciones nuevas para problemas antiguos, mejorar lo que ya existe, crear algo diferente, algo superior, algo que mejore la vida de las personas, que mejore la rentabilidad y que hagan sostenible un rubro productivo. Es un espíritu de búsqueda constante, una actitud proactiva, una visión de futuro. Muchas veces algo que existe en otras latitudes. La innovación está intrínsecamente unida al desarrollo, lo impulsa, lo alimenta, lo hace posible. El desarrollo, en su esencia, es un proceso de crecimiento, evolución y mejoramiento de la calidad de vida; y la innovación es la herramienta fundamental que facilita ese crecimiento, ese avance. Sin la innovación, el desarrollo se estanca, se convierte en algo repetitivo, predecible, incapaz de responder a los cambios. La innovación aporta dinamismo, flexibilidad, la capacidad de adaptarse y reaccionar a las necesidades cambiantes de una sociedad en constante evolución. Está claro que el desarrollo no llega si no hay innovación. En los sectores agrícola, ganadero y forestal, la innovación juega un papel absolutamente crucial para mejorar la productividad, la sostenibilidad y la resiliencia de las comunidades rurales.
Nuevas técnicas de cultivo más eficientes, prácticas de manejo sostenible de los recursos naturales, el aprovechamiento de las tecnologías de información y comunicación para optimizar la gestión, la implementación de sistemas de riego inteligentes, que nos brinda eficiencia en el uso del agua y potencia el crecimiento del cultivo, el desarrollo de variedades de cultivos resistentes a plagas y enfermedades, adaptados o domesticados para climas fríos, como los de Magallanes. Todo ello contribuye a una mayor eficiencia en la producción, a una mejor gestión de los recursos, a una mayor capacidad de adaptación a los desafíos del cambio climático.
La innovación en estos sectores no sólo aumenta la productividad y reduce los costos, sino que también crea empleos, genera ingresos adicionales para las familias, mejora la calidad de vida, proporciona seguridad alimentaria y fortalece la capacidad de las comunidades para enfrentar los desafíos del futuro. Es un ciclo virtuoso, un proceso de retroalimentación positiva donde la innovación impulsa el desarrollo, y el desarrollo a su vez estimula y fomenta más innovación. Esta sinergia entre innovación y desarrollo es esencial para el crecimiento económico y el bienestar de las comunidades, un camino hacia un futuro más próspero, más sostenible y más justo. Es un proceso continuo de aprendizaje, adaptación y progreso constante, un viaje hacia un futuro mejor. En resumen, la innovación aporta al aumento de productividad, la promoción de prácticas sostenibles, mejora de la calidad de vida, es un tránsito a la seguridad alimentaria y adaptación al cambio climático.
La respuesta de cómo nos valemos de la innovación es, en general, con tecnología de información y comunicación (TIC), con investigación y desarrollo (I+D), con capacitación y educación: como por ejemplo en el sector del agro proporcionar o colaborar con los agricultores y ganaderos en información sobre nuevas técnicas, tecnologías y tendencias del mercado para que puedan implementar innovaciones en forma efectiva.
De igual forma, requiere dar importancia y fomentar la colaboración entre agricultores, universidades, organizaciones no gubernamentales, y el sector privado para compartir conocimientos, recursos y crear sinergias, y por último, contar con financiamiento para acceder a tecnologías y recursos que, de otro modo, no estarían al alcance de ciertos productores o bien, que a través del sector público, se instalen como incentivo para acelerar el desarrollo local..