Casi ninguna encuesta medirá la primaria: No se quieren arriesgar a fallar
D 'Ores Casi ninguna encuesta medirá la primaria: No se quieren arriesgar a fallar Las que se atrevan deberán ajustar el votante probable como lo hacian cuando las elecciones eran voluntarias, dicen expertos consultados. René González R. O, dice Ramón Cavieres de Activa Research; No, dice Cristián Valdivieso de Criteria Research (en T13); Paso, dice Paola Assael de Black and White. La mayoría de las firmas encuestadoras, que se han aventurado en la política, no arriesgarán su reputación en las primarias del oficialismo. Está difícil dar con el elector que probablemente irá a votar y mientras menos personas participen, las muestras deben ser más grandes.
La Panel Ciudadano, de la UDD, sí las está midiendo y su gerente general, Juan Pablo Lavín, explica por qué tomaron esa decisión (ver recuadro). Una fuente de esa casa de estudios confidencia, eso sí, que la continuidad de las encuestas de primaria no está asegurada.
Los problemas “Es difícil estimar, dado que no está claro el universo de votantes, es decir, cuántos votarán y el perfil de los votantes y creo que como Chile Vamos no tiene primarias puede haber ahí un votante cruzado (que siendo de derecha quiere ir a votar igual) y eso distorsiona la estimación”, dice Ramón Cavieres.
Con él está de acuerdo el socio director de Túlnfluyes, Axel Callís, quien dice que “en Chile existen personas que están enamoradas de votar, les encanta”, pero que no se sabe cómo podrían impactar la elección, cuando en esta ocasión solo el oficialismo tendrá primarias. Las primarias legales siempre han sido entre dos bloques al menos y movilizan a quienes "aman" votar. A cada elector entregaban una papeleta con las dos elecciones (del oficialismo y la oposición). Al ingresar al local de votación no se sabía a qué sector respondían y hoy podrían quedar más expuestos. Callís agrega que “para las primarias hay 300 mil militantes, pero de verdad no y.
A ¿ Estará motivado para ir a dilucidar al candidato de la centroizquierda, cuando es una elección voluntaria que no amenaza a la derecha?", Axel Callís son más de 100 a 150 mil, los demás son fichas, o sea, gente que tal vez ni sabe que está inscrita y que podría no participar.
Entonces hay una votación de 150 mil garantizada, pero todo lo que venga para arriba tiene que ver con votaciones periféricas, que son el clientelismo de concejales, alcaldes, diputados y los demás”. “Entonces no sabemos qué pasará con el votante probable e incluso no sabemos qué pasará con el voto periférico frenteamplista y PC, con qué fuerza irá a votar cuando esta es una primaria en que se intuye que de ahí no saldrá el presidente”, añade. —¿ Qué pasa cuando no se puede “calibrar” al votante probable? —Que la encuesta no podrá pronosticar. Y además la conducta electoral ha cambiado. Cada vez más la decisión de voto se toma más cerca el día de la elección.
Y como el elector no se identifica en clivaje izquierda-derecha, ¿estará motivado para ir a dilucidar al candidato de la centroizquierda, cuando es una elección voluntaria del oficialismo, pero que no amenaza a la derecha? Aunque con él coincide la socia fundadora de Datavoz, Paulina Valenzuela, parte por decir que tampoco se trata de una tarea imposible y que, de hecho, las encuestadoras tienen una ventaja al momento de intentar dilucidar la intención de voto en las primarias: “Las encuestas las responden la gente más interesada en política, es decir, quienes con mayor probabilidad van a votar. Por eso les permite controlar mejor el sesgo de representación”, dice.
Y ahí se larga con los “peros”. “Pero igual la gente declara mayor participación de la real y, entonces, las encuestadoras tendrán que ajustar el votante probable de primaria como lo hacían cuando las elecciones eran voluntarias. Tendrán que hacer inteligencia de datos”, sostiene.
“El desafío es construir un buen modeLa táctica UDD: Por qué sí se atreve La encuesta Panel Ciudadano de la UDD tiene una explicación metodológica para arriesgarse a publicar resultados de las encuestas que hace sobre primarias.
Su gerente general, Juan Pablo Lavín, parte por reconocer que en ese tipo de elecciones “vota muy poca gente, en 2013 votó el 16% del padrón y las encuestas preguntan por el total de ese padrón.
Además, hay un sesgo de deseabilidad social (las personas dicen que votarán, cuando en realidad no lo harán) y hay que discriminar a quienes dicen la verdad de quienes responden con este sesgo”. “Pero nosotros seguimos a los mismos panelistas por años y tenemos mucha información sobre esas personas y, por lo mismo, podemos lograr mayor precisión al definir quién irá a votar y quién no”, afirma.
Luego explica que “quien dice que irá a votar de manera persistente y hace 4 años dijo lo mismo, tiene un puntaje asignado distinto de quien dice que sí, luego que no, después que sí y hace cuatro años te dijo que no.
Ese puntaje de fidelidad o coherencia en sus respuestas da mucha riqueza”. Dice que combinando ese tipo de información les permite darse cuenta de que, por los tipos de electores de cada candidato, si la primaria es participativa se verá beneficiada Carolina Tohá y que la que más rentabilizaría en una pequeña es Jeanette Jara. En los ejercicios que se hacen, si pocos van air a votar se favorece Jara y si es grande a Tohá, por el tipo de públicos.
Lo para la primaria, un muestreo grande, no de 1000 casos, porque las de 1000 (la mayoría bordea esa cifra) son de población general y resuelta que en Panel UDD una ve que 29% declara que irá a votar, entonces los márgenes de error son mayores. Y eso cuando no sabemos qué pasará con parte del electorado de derecha que, por conveniencia, quiera ir a votar por uno de izquierda, como quienes votaron por Boric para que no saliera Jadue”, remata.