Autor: Patricio Herman
Casa de Allende
E Muy atingente la crónica publicada el pasado sábado 18 de enero en El Mercurio de Santiago, titulada “Tasador judicial, sobre la compra de la casa de Allende: “Darle valor de mercadoa un monumento no tiene sentido”, enla cual entrega su opinión el experto Demetrio Benito Olas, la que comparto plenamente, pues lo lógico en este episodio era haberla declarado Inmueble Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales y después Bienes Nacionales la pudo adquirir.
Ental sentido, se debetener presente quela antigua casa pareada de 2pisos de Allende, localizada en la calle Guardia Vieja 392, comuna de Providencia, Región Metropolitana, emplazada en un terreno de poco menos de 450 m2, serigeporlas normas urbanísticas contenidas en el respectivo Plan Regulador Comunal (PRO), que fija para ese sector máxima de 12 pisos, Posiblemente el Gobierno sostuvo que en el terreno de ese inmueble demolido se podía desarrollar un proyecto inmobiliarioenaltura, en razón de la permisiva regulación urbana local y por ello determinó el subido precio de $ 933.000. 000 a pagarle a las dueñas del mismo.
Pero debido al escaso tamaño del predio, el mercado le hubiera asignado un precio bastante menor, en razóna no era posible construir en altura, lo que un tasador competente le habría informado a Bienes Nacionales, ya que el único destino comercial para esa vivienda era remodelarla, salvo que la senadora Allende y la ministra Fernández hubieran convencido al dueño dela vivienda pareada quese fusionaran ambos pequeños terrenos y así, con una superficie mayor, ofrecerlo en el mercado, En resumen, en nuestra opinión, ellas desconocían las normas de la Constitución y le dieron poder a un abogado inepto para que firmara la escritura de compraventa y por ello ahoraserá el Tribunal Constitucional (TC) quien tendrá la última palabra.
Tal comolo ha dicho el abogado constitucionalista, Jorge Correa Sutil, los parlamentarios denunciantes tendrán que explicarle al TC en qué consiste el acto decorrupción, “acreditando que el contrato era más beneficioso que vender el inmueble en el mercado”.