Autor: CARLOS GRAÑA SARMIENTO
Caída de Bashar al-Assad en Siria
Caída de Bashar al-Assad en Siria La comunidad internacional se sorprendió al conocer, el 8 de di PERIODISTA. ciembre del 2024, que el tirano Bashar al-Assad de Siria, había escapado de Damasco, tras la caída de su régimen que se prolongó por 24 años. Las informaciones más recientes señalan, que se encuentra en Moscú, Rusia con miembros de su familia. Bashar al-Assad, que fue presidente de Siria, ha sido acusado de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra civil siria que comenzó en 2011. Su régimen ha sido responsable de la muerte de cientos de miles de personas y la detención de decenas de miles de disidentes. Durante su mandato, al-Assad impuso un régimen brutal que ha encarcelado a disidentes y ha matado a cientos de miles de personas. Su aparato de seguridad ha aplicado un sistema de encarcelamiento y tortura en una red de centros de detención y cárceles repartidas por todo el país. En 2013, el régimen de al-Assad fue responsable de ataques químicos contra bastiones rebeldes en los alrededores de Damasco, lo que provocó la muerte de cientos de personas. Estos ataques fueron condenados por la comunidad internacional y se consideran crímenes de guerra. El 8 de diciembre de 2024, los rebeldes sirios tomaron el control de Damasco y al-Assad abandonó el país. Lo que significó el fin de su mandato de 24 años y la caída del reinado de cinco décadas de su clan. La caída del régimen de al-Assad podría llevar a una investigacióny enjuiciamiento por crímenes de guerra y contra la humanidad. La comunidad internacional ha condenado sus acciones y ha pedido que se le rinda cuentas por sus crímenes. El régimen de Assad, que mediante la fuerza gobernaba en Siria, fue debilitado por la primavera árabe (a partir de 2011), las manifestaciones y también por numerosos grupos islamistas y no islamistas, incluidos sectores laicos. Sin embargo, había logrado sobrevivir gracias a dos grandes apoyos: los rusos, que le brindaron cobertura aérea, y los iraníes. La oposición estuvo a las puertas de Damasco, pero el régimen resistió gracias a estos respaldos internacionales. Abou Mohamed al-Jolani, líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, grupo rebelde islamista), siempre dejó claro que nunca abandonó su objetivo de derrocar al régimen. Por eso lo que ha pasado no es sorprendente. Lo que sí resulta llamativo es el colapso espectacular del régimen. Esto se debe a que perdió tanto los apoyos internacionales como el respaldo de su propia población. Y, por supuesto, tampoco contaba con el apoyo del ejército. Esto explica, en parte, la facilidad con la que la oposición pudo avanzar hasta Damasco. El Ejército Sirio se desgastó durante esta guerra prolongada, y determinó no querer seguir luchando ni defendiendo a un presidente que parecía inamovible. No solo dejaron de defenderlo, sino que también ordenaron a sus oficiales que no combatieran. En un hecho poco común, el Estado Mayor comunicó que el régimen deOpiniónBashar al-Assad había llegado a su fin. Incluso el primer ministro, designado por el propio Assad, fue el primer político en pedir a la oposición trabajar juntos para asegurar una transición pacífica. Esto demuestra que hubo un colapso interno que aceleró la caída del régimen de Assad. Los rusos no podían garantizar la supervivencia de Assad sin respaldo interno. Al constatar que lo que quedaba del ejército sirio ya no quería luchar para proteger el régimen, Moscú no pudo seguir brindando cobertura aérea ni apoyo militar. Lo mismo ocurrió con los iraníes. La diversidad de las facciones, que se unieron complica el panorama tras la caída del régimen. Se trata de una coalición de cinco grupos, todos de orientación islamista, que oscilan entre el salafismo y el yihadismo. Sin embargo, hay matices importantes. Abou Mohamed al-Jolani insiste en que esta coalición tiene un carácter más nacional que global. Su objetivo principal es la caída del régimen sirio, y no necesariamente una agenda islamista global. Otro aspecto importante es que HTS, la organización más poderosa junto con el Ejército Libre Sirio, ha aprendido de sus alianzas pasadas con al-Qaeda y el Estado Islámico. Esto ha generado confianza en otros grupos del Ejército Libre Sirio, que han aceptado combatir bajo su liderazgo. Siria es un país, que tiene una diversidad de comunidades, consideradas minorías. Entre las que figuran los sunís, alauitas, cristianos, kurdos. El desafío político de los nuevos gobernantes será enorme. Será necesario tranquilizar a las comunidades chiita, alauita, cristiana y kurda, que requieren un enfoque político más que militar. Al-Jolani no tiene esa capacidad, señalan los expertos, por lo que será fundamental establecer un proceso de transición y trabajar hacia un gobierno inclusivo. Naciones Unidas hizo un llamado para retomar la resolución que aboga por una nueva Constitución y elecciones libres en Siria. Después de 14 años de guerra brutal y la caída del régimen dictatorial, el pueblo sirio puede hoy aprovechar una ocasión histórica de construir un futuro estable y pacífico..