Autor: Por Juan Manuel Ojeda
De qué y de quiénes vamos a hablar este 2025
De qué y de quiénes vamos a hablar este 2025 Operación legado: elúltimo año de Boriec en La MonedaMsiATA LALO Y E. n JN nEl Presidente Gabriel Boric -el Jefe de Estado más joven que ha gobernado el paísinicia la recta final de su mandato, que culminará en marzo de 2026. Por ello, en el seno del gobierno ya comenzó a instalarse la premura por el balance de su gestión, el que -ademáslo sorprenderá con los niveles de aprobación más bajos de suadministración.
El debate por el legado deberá coexistir con la instalación del síndrome del “pato cojo” que afecta a todos los gobiernos en la recta final de su mandato y que se caracteriza por la drástica disminución de su influencia en el escenario político.
Según la exjefa del Segundo Piso Lucía Dammert, quien acompañó al Jefe de Estado en su campaña y en la instalación de su administración, “más que legado, el gobierno de Boric será recordado por la capacidad de buscar acuerdos, limitar polarizaciones y reconocer que los cambios requieren tiempo y construcción de voluntades”. Las palabras de Dammert ejemplifican loque hasidoel gobierno de Boric, un mandato que tras el fracaso del primer plebiscito constitucional tuvo que dar un fuerte y traumático gol-pe de timón, guardar las banderas iniciales con las cuales llegó al poder en una campaña marcada por el sello de Apruebo Dignidad (FA-PC), abrazar el pragmatismo, reconciliarse con los partidos de la antigua Concertación y conformarse a aceptar lo que siempre criticaron: avanzar “en la medida de lo posible”. La Moneda -en todo casoapostará por relevar el avance de su agenda en temas como la reforma previsional, copago cero, salario mínimo, 40 horas, política nacional del litio, royalty minero, ley integral contra la violencia hacia las mujeres, conciliación entre la vida familiar y laboral, fin de la deuda histórica de los profesores y pago efectivo de pensiones de alimentos. El mayor desafío de Boric estará en la posibilidad de darcona las alianzas que lo sustentan, lo que tinuidad a su gobierno y se ve cuesta arriba.
Dammert agrega un ingrediente más a ese reto: “La consolidación de una propuesta política de centroizquierda que permita consolidar al Frente Amplio como parte principal de una coalición progresista”. Ya no son dos las derechas, sino tres.
Cuando se produjo el éxodo de los desilusionados de la UDI -liderados por José Antonio Kast-, el sector se dividió en dos: por un lado, los partidos de la derecha tradicional -UDI, RN y Evópoliy más a la diestra, el Partido Republicano.
Ambos polos se han ido disputando las últimas elecciones desde 2017, hasta que en 2021 la hegemonía del sector cambió de bando en dos comicios: las presidenciales de ese año, cuando fue Kast -y no Sebastián Sichel (Chile Vamos)quien disputó el balotaje con Gabriel Boricy el segundo proceso constitucional de 2023, cuando los republicanos desplazaron a las fuerzas tradicionales de derecha. El contragolpe vino en las elecciones municipales y regionales del año pasado, que devolvieron a Chile Vamos la vitalidad de una coalición con décadas de batallas electorales en el cuerpo. Ahora, el escenario político también los beneficia con el favoritismo de la exalcaldesa Evelyn Matthei en las encuestas que miran a La Moneda. El inicio de este año marcó el primer clivajesignificativo de ambos sectores luego de que Chile Vamos decidiera negociar una reforma previsional con el gobierno. No son pocos quienes sostienen que esa decisión terminó por dinamitar cualquier posibilidad de entendimiento entre Matthei y Kast, al menos hasta la primera vuelta. Esta vez, sin embargo, las posturas más conservadoras y radicales de Kast están amenazadas desde la derecha encarnadas en uno de sus exseguidores: Johannes Kaiser.
Si el segundo proceso constitucional fue el hito que consolidó a los republicanos como una fuerza electoral, también le significó un cisma, luego de que el diputado resintiera la decisión desu partido de participar en un nuevo intento porreemplazar la Constitución y renunciara a sus filas. En medio de la formación del Partido Nacional Libertario, Kaiser añadió un nuevo ingrediente a la disputa de las derechas, que tendrán otro decisivo round en las elecciones de noviembre próximo.
“Lo que está en juego es la eterna disputa entre halcones y palomas”, afirma el investigador del IES Pablo Ortúzar, quien agrega que, por un lado, hay “una centroderecha democrática quese inspira, a veces acríticamente, en los 30 años de la Concertación”, y por el otro, “una derecha reaccionaria que está haciendo el mismo juego que el Frente Amplio le hizo a la Concertación, y que busca cabalgar el péndulo todo lo posible hasta el extremo opuesto al del octubrismo”. La batalla de las derechasEl trianfo de Gabriel Boric en 2021 supuso un la historia política del país: golpe de timón a por primera vez desde el retorno a la democracia noeran la Concertación ni Chile Vamos los llamados a gobernar, sino una fuerza política incipiente, de menos de 10 años de existencia: el Frente Amplio.
Al inicio, Boric intentó hacer valer el peso de su alianza de origen -que sumaba al PCy relegó a las antiguas fuerzas concertacionistas -rebautizadas como Socialismo Democráticoa lugares de escaso peso político, con una gran excepción: el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
La apuesta no alcanzó a durar un año y tras el fracaso constitucional de 2022, Boric abrió las puertas de su gobierno alas figuras del PSPPD que son las que -hoy por hoyconducen las áreas claves de su administración.
Aunque parte importante de lascrisis de gobierno se han agudizado por las diferenciasinternas entre los personeros de estas alianzas que han decantado en tres polos: PS-PPD, PC y FA-, el Mandatario ha puesto como elemen-to clave de la evaluación de su mandato la continuidad de este pacto.
Él mismo ha reconocido públicamente que espera que uno de sus legados sea “formar una coalición de largo plazo para un proyecto progresista en Chile”. Y la prueba definitiva de ello se dará este año, ya quelos dirigentes de esas alianzas reconocen que el principal elemento que los mantiene unidos es el gobierno. En los próximos meses el oficialismo tendrá que enfrentar una elección presidencial y una parlamentaria. El objetivo adquiere un peso mayor luego de que la oposición esté más dividida que nunca.
El debate se centrará en la capacidad de levantar una candidatura presidencial única lo más probable es que dirimida en primarias en caso de que la expresidenta Michelle Bachelet cierre la puerta a una tercera postulacióny si lograrán presentarse en una lista parlamentaria única que -en caso de derrotaalgunos ven como la única posibilidad de que las hoy filas oficialistas continúen en un camino común. Como ya se ha hecho costumbre, los nexos entre la política y la justicia se hanentramado con fuerza este año, que traerá desenlaces que pueden resultar claves en un año electoral.
El caso de corrupción más emblemático que ha golpeado al gobierno el lío de platas iniciado con Democracia Vivaverá el término de su arista principal, que tiene a la diputada Catalina Pérez desaforada -aún falta su apelación en la Corte Supremaya otros imputados exfrenteamplistas en situaciones judiciales complejas: Daniel Andrade, Carlos Contreras y Paz Fuica. El cierre de esa indagatoria abrirá paso aun periodo que podría ser aún más largo: el juicio oral.
Junto con pasar a esa fase, también debería quedar resuelto el futuro de las autoridades de gobierno imputadas que podrían no llegar a juicio, como el jefe del Segundo Piso, Miguel Crispi, y la directora de la Dipres, Javiera Martínez. “Nuestros ritmos no son los ritmos políticos, son los ritmos propios de una investigación compleja y técnica comoson los delitos de corrupción.
Pronto vienen más formalizaciones”, afirmó la semana pasada a La Tercera el jefe de la UnidadAnticorrupción de la Fiscalía Nacional, Eugenio Campos, al referirse al resto de las fundaciones quese han visto enredadas y de las que se busca responsabilidades en la trama de corrupción. La investigación que tiene al exsubsecretario Manuel Monsalve encarcelado en Capitán Yáber también podría cerrarse en los próximos meses. Eso en cuanto alaarista principal, laimputación por violación, ya que aquella que refiere a prela investigación cosunta obstrucción a rre por carril separado. En otra vereda, el penalista Luis Hermosilla también está en la lista de espera de quienes aguardan que sus investigaciones se vayan cerrando, aunque todo indica que enfrentará un prolongado y complejojuicio oral.
En los próximos meses deberá decantar el real peso de la red de favores construida por el abogado en torno al exministro Andrés Chadwick -de quien se la arisdebe despejar sise formalizará en ta Parque Capitaly los miembros del Poder Judicial, sobre cuyo futuro también la Fiscalía debe decidirsi perseverará, como esel caso de la exsuprema Ángela Vivanco, quien hasta ahora ha sido la principal caída de la red del abogado. La mochila del ministro de Hacienda, Mario Marcel, y de la directora de la Dipres, Javiera Martínez (FA), para este 2025 se viene muy pesada.
Este año Marcel sejuega su capital político para cumplir su compromiso con la meta fiscal, y Martínez deberá demostrar si honra o no el elogio que recibió de su jefe en 2023, cuando fue catalogada como “la mejor directora de Presupuestos que hemos tenido”. Ese ensalzamiento se ha transformado enuna maldición.
No solo porque Martínez ha tenido que navegar en un mar de complejidades inesperadas -como ser imputada en el caso Democracia Viva-, sino que porque el elogio del titular de Hacienda ha intensificado las críticas al momento de ser evaluada. El último Informe de Finanzas Públicas mostró que la cancha en la que tendrá que jugar la dupla Marcel-Martínez es totalmente adversa. Ese informe reveló que el balance estructural del sector público llegó a -3,2% del PIB, muy por debajo del -2,3% quese proyectó originalmente. A esa cifra poco alentadora se suma otra más: en 2024 el déficit efectivo llegó al 2,9% del PIB. Los números de la Dipres sacaron al pizarrón a Mar-cel y a Martínez, ya que dejaron en evidencia que no cumplieron su propia meta fiscal: alcanzar un déficit estructural de 1,9% del PIB en 2024.
Tanto ha sido el desajuste que, en completo silencio, el equipo macroeconómico echó mano de $3,4 billones de Corfo para cuadrar la caja, una operación que recién explotó y que está minando la delicada línea de flotación de Marcel respecto de su credibilidad. El tablero macroeconómico obligará al ministro a un nuevo recorte del gasto fiscal, ya que se quedó cortó con la rebaja que hizo para este año de $ 629 mil millones. Una misión imposible en pleno año electoral.
Por eso, el exdirector de la Dipres Matías Acevedo cree que “el principal desafío del ministro Marcel es que la nueva promesa de consolidación fiscal para estabilizar la deuda pública sea técnica y políticamente factible de sostener en el mediano plazo. Los hechos nos demostraron que la promesa vigente no cumple ninguna de estas dos condiciones”. Ese escenario, dice Acevedo, tiene un solo camino: un acuerdo amplio que permita equilibrar las finanzas públicas. Escándalos judiciales en su fase definitoriaEl futuro de las fuerzas DNERINBR.
De qué y de quiénes vamos a hablar este 2025 Operación legado: elúltimo año de Boriec en La MonedaMsiATA LALO Y E. n JN nEl Presidente Gabriel Boric -el Jefe de Estado más joven que ha gobernado el paísinicia la recta final de su mandato, que culminará en marzo de 2026. Por ello, en el seno del gobierno ya comenzó a instalarse la premura por el balance de su gestión, el que -ademáslo sorprenderá con los niveles de aprobación más bajos de suadministración.
El debate por el legado deberá coexistir con la instalación del síndrome del “pato cojo” que afecta a todos los gobiernos en la recta final de su mandato y que se caracteriza por la drástica disminución de su influencia en el escenario político.
Según la exjefa del Segundo Piso Lucía Dammert, quien acompañó al Jefe de Estado en su campaña y en la instalación de su administración, “más que legado, el gobierno de Boric será recordado por la capacidad de buscar acuerdos, limitar polarizaciones y reconocer que los cambios requieren tiempo y construcción de voluntades”. Las palabras de Dammert ejemplifican loque hasidoel gobierno de Boric, un mandato que tras el fracaso del primer plebiscito constitucional tuvo que dar un fuerte y traumático gol-pe de timón, guardar las banderas iniciales con las cuales llegó al poder en una campaña marcada por el sello de Apruebo Dignidad (FA-PC), abrazar el pragmatismo, reconciliarse con los partidos de la antigua Concertación y conformarse a aceptar lo que siempre criticaron: avanzar “en la medida de lo posible”. La Moneda -en todo casoapostará por relevar el avance de su agenda en temas como la reforma previsional, copago cero, salario mínimo, 40 horas, política nacional del litio, royalty minero, ley integral contra la violencia hacia las mujeres, conciliación entre la vida familiar y laboral, fin de la deuda histórica de los profesores y pago efectivo de pensiones de alimentos. El mayor desafío de Boric estará en la posibilidad de darcona las alianzas que lo sustentan, lo que tinuidad a su gobierno y se ve cuesta arriba.
Dammert agrega un ingrediente más a ese reto: “La consolidación de una propuesta política de centroizquierda que permita consolidar al Frente Amplio como parte principal de una coalición progresista”. Ya no son dos las derechas, sino tres.
Cuando se produjo el éxodo de los desilusionados de la UDI -liderados por José Antonio Kast-, el sector se dividió en dos: por un lado, los partidos de la derecha tradicional -UDI, RN y Evópoliy más a la diestra, el Partido Republicano.
Ambos polos se han ido disputando las últimas elecciones desde 2017, hasta que en 2021 la hegemonía del sector cambió de bando en dos comicios: las presidenciales de ese año, cuando fue Kast -y no Sebastián Sichel (Chile Vamos)quien disputó el balotaje con Gabriel Boricy el segundo proceso constitucional de 2023, cuando los republicanos desplazaron a las fuerzas tradicionales de derecha. El contragolpe vino en las elecciones municipales y regionales del año pasado, que devolvieron a Chile Vamos la vitalidad de una coalición con décadas de batallas electorales en el cuerpo. Ahora, el escenario político también los beneficia con el favoritismo de la exalcaldesa Evelyn Matthei en las encuestas que miran a La Moneda. El inicio de este año marcó el primer clivajesignificativo de ambos sectores luego de que Chile Vamos decidiera negociar una reforma previsional con el gobierno. No son pocos quienes sostienen que esa decisión terminó por dinamitar cualquier posibilidad de entendimiento entre Matthei y Kast, al menos hasta la primera vuelta. Esta vez, sin embargo, las posturas más conservadoras y radicales de Kast están amenazadas desde la derecha encarnadas en uno de sus exseguidores: Johannes Kaiser.
Si el segundo proceso constitucional fue el hito que consolidó a los republicanos como una fuerza electoral, también le significó un cisma, luego de que el diputado resintiera la decisión desu partido de participar en un nuevo intento porreemplazar la Constitución y renunciara a sus filas. En medio de la formación del Partido Nacional Libertario, Kaiser añadió un nuevo ingrediente a la disputa de las derechas, que tendrán otro decisivo round en las elecciones de noviembre próximo.
“Lo que está en juego es la eterna disputa entre halcones y palomas”, afirma el investigador del IES Pablo Ortúzar, quien agrega que, por un lado, hay “una centroderecha democrática quese inspira, a veces acríticamente, en los 30 años de la Concertación”, y por el otro, “una derecha reaccionaria que está haciendo el mismo juego que el Frente Amplio le hizo a la Concertación, y que busca cabalgar el péndulo todo lo posible hasta el extremo opuesto al del octubrismo”. La batalla de las derechasEl trianfo de Gabriel Boric en 2021 supuso un la historia política del país: golpe de timón a por primera vez desde el retorno a la democracia noeran la Concertación ni Chile Vamos los llamados a gobernar, sino una fuerza política incipiente, de menos de 10 años de existencia: el Frente Amplio.
Al inicio, Boric intentó hacer valer el peso de su alianza de origen -que sumaba al PCy relegó a las antiguas fuerzas concertacionistas -rebautizadas como Socialismo Democráticoa lugares de escaso peso político, con una gran excepción: el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
La apuesta no alcanzó a durar un año y tras el fracaso constitucional de 2022, Boric abrió las puertas de su gobierno alas figuras del PSPPD que son las que -hoy por hoyconducen las áreas claves de su administración.
Aunque parte importante de lascrisis de gobierno se han agudizado por las diferenciasinternas entre los personeros de estas alianzas que han decantado en tres polos: PS-PPD, PC y FA-, el Mandatario ha puesto como elemen-to clave de la evaluación de su mandato la continuidad de este pacto.
Él mismo ha reconocido públicamente que espera que uno de sus legados sea “formar una coalición de largo plazo para un proyecto progresista en Chile”. Y la prueba definitiva de ello se dará este año, ya quelos dirigentes de esas alianzas reconocen que el principal elemento que los mantiene unidos es el gobierno. En los próximos meses el oficialismo tendrá que enfrentar una elección presidencial y una parlamentaria. El objetivo adquiere un peso mayor luego de que la oposición esté más dividida que nunca.
El debate se centrará en la capacidad de levantar una candidatura presidencial única lo más probable es que dirimida en primarias en caso de que la expresidenta Michelle Bachelet cierre la puerta a una tercera postulacióny si lograrán presentarse en una lista parlamentaria única que -en caso de derrotaalgunos ven como la única posibilidad de que las hoy filas oficialistas continúen en un camino común. Como ya se ha hecho costumbre, los nexos entre la política y la justicia se hanentramado con fuerza este año, que traerá desenlaces que pueden resultar claves en un año electoral.
El caso de corrupción más emblemático que ha golpeado al gobierno el lío de platas iniciado con Democracia Vivaverá el término de su arista principal, que tiene a la diputada Catalina Pérez desaforada -aún falta su apelación en la Corte Supremaya otros imputados exfrenteamplistas en situaciones judiciales complejas: Daniel Andrade, Carlos Contreras y Paz Fuica. El cierre de esa indagatoria abrirá paso aun periodo que podría ser aún más largo: el juicio oral.
Junto con pasar a esa fase, también debería quedar resuelto el futuro de las autoridades de gobierno imputadas que podrían no llegar a juicio, como el jefe del Segundo Piso, Miguel Crispi, y la directora de la Dipres, Javiera Martínez. “Nuestros ritmos no son los ritmos políticos, son los ritmos propios de una investigación compleja y técnica comoson los delitos de corrupción.
Pronto vienen más formalizaciones”, afirmó la semana pasada a La Tercera el jefe de la UnidadAnticorrupción de la Fiscalía Nacional, Eugenio Campos, al referirse al resto de las fundaciones quese han visto enredadas y de las que se busca responsabilidades en la trama de corrupción. La investigación que tiene al exsubsecretario Manuel Monsalve encarcelado en Capitán Yáber también podría cerrarse en los próximos meses. Eso en cuanto alaarista principal, laimputación por violación, ya que aquella que refiere a prela investigación cosunta obstrucción a rre por carril separado. En otra vereda, el penalista Luis Hermosilla también está en la lista de espera de quienes aguardan que sus investigaciones se vayan cerrando, aunque todo indica que enfrentará un prolongado y complejojuicio oral.
En los próximos meses deberá decantar el real peso de la red de favores construida por el abogado en torno al exministro Andrés Chadwick -de quien se la arisdebe despejar sise formalizará en ta Parque Capitaly los miembros del Poder Judicial, sobre cuyo futuro también la Fiscalía debe decidirsi perseverará, como esel caso de la exsuprema Ángela Vivanco, quien hasta ahora ha sido la principal caída de la red del abogado. La mochila del ministro de Hacienda, Mario Marcel, y de la directora de la Dipres, Javiera Martínez (FA), para este 2025 se viene muy pesada.
Este año Marcel sejuega su capital político para cumplir su compromiso con la meta fiscal, y Martínez deberá demostrar si honra o no el elogio que recibió de su jefe en 2023, cuando fue catalogada como “la mejor directora de Presupuestos que hemos tenido”. Ese ensalzamiento se ha transformado enuna maldición.
No solo porque Martínez ha tenido que navegar en un mar de complejidades inesperadas -como ser imputada en el caso Democracia Viva-, sino que porque el elogio del titular de Hacienda ha intensificado las críticas al momento de ser evaluada. El último Informe de Finanzas Públicas mostró que la cancha en la que tendrá que jugar la dupla Marcel-Martínez es totalmente adversa. Ese informe reveló que el balance estructural del sector público llegó a -3,2% del PIB, muy por debajo del -2,3% quese proyectó originalmente. A esa cifra poco alentadora se suma otra más: en 2024 el déficit efectivo llegó al 2,9% del PIB. Los números de la Dipres sacaron al pizarrón a Mar-cel y a Martínez, ya que dejaron en evidencia que no cumplieron su propia meta fiscal: alcanzar un déficit estructural de 1,9% del PIB en 2024.
Tanto ha sido el desajuste que, en completo silencio, el equipo macroeconómico echó mano de $3,4 billones de Corfo para cuadrar la caja, una operación que recién explotó y que está minando la delicada línea de flotación de Marcel respecto de su credibilidad. El tablero macroeconómico obligará al ministro a un nuevo recorte del gasto fiscal, ya que se quedó cortó con la rebaja que hizo para este año de $ 629 mil millones. Una misión imposible en pleno año electoral.
Por eso, el exdirector de la Dipres Matías Acevedo cree que “el principal desafío del ministro Marcel es que la nueva promesa de consolidación fiscal para estabilizar la deuda pública sea técnica y políticamente factible de sostener en el mediano plazo. Los hechos nos demostraron que la promesa vigente no cumple ninguna de estas dos condiciones”. Ese escenario, dice Acevedo, tiene un solo camino: un acuerdo amplio que permita equilibrar las finanzas públicas. Escándalos judiciales en su fase definitoriaEl futuro de las fuerzas DNERINBR.