Autor: Alejandra Rojas, psicóloga de Gr po Cetep
Alzar la voz: Un acto de autocuidado para las mujeres
Alzar la voz: Un acto de autocuidado para las mujeres Cada 8 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha para reflexionar sobre los avances conquistados y los obstáculos que aún persisten en la lucha por la igualdad de género. En este camino, un aspecto fundamental suele quedar en segundo plano: la salud mental de las mujeres. Alzar la voznosolo es un acto de resistencia, sino también una herramienta esencial para el bienestar emocional y psicológico.
Históricamente, a las mujeres se nos ha enseñado a callar, a soportar injusticias y a minimi-emocional, sino que también visibiliza problemáticas estructurales como la violencia de género, el acoso laboral y la desigualdad en el acceso a oportunidades. Romper el silencio esun paso necesario para sanar y construir sociedades más justas. La salud mental no es un tema exclusivamente individual; está escon trechamente vinculada nuestras condiciones de vida y nuestros derechos. La falta de acceso a educación, trabajos dignos, servicios de salud de calidad y entornos seguros afecta directamente el bienestar psico-zar nuestras propias vivencias. El miedo, la culpa y la presión social han sido mecanismos de silenciamiento, perpetuando ciclos de violencia, desigualdad y discriminación. Sin embargo, el costo del silencio es alto: ansiedad, depresión, estrés postraumático y otros trastornos que deterioran nuestra calidad de vida. De acuerdo con el Termómetro de la Salud Mental, en abril de 2023 el 34,6% de las mujeres presentaba síntomas de ansiedad, en contraste con el 14% de los hombres.
Hablar no solo alivia la cargalógico de las mujeres, Por ello, la lucha por la equidad de género también es una lucha por nuestra salud mental. 'Alzar la voz para exigir justicia, pedir ayuda o compartir nuestras experiencias es un acto desanación personal y colectiva. Nos fortalece y envía un mensaje claro: merecemos vivir sin miedo, con dignidad y con la certeza dde que nuestras voces importan. No estamos solas. Construir una salud mental sólida requiere del apoyo de otras mujeres y de la comunidad. Contar con espacios seguros donde podamos expre-saros sin temor al juicio o la revictimización nos permite procesar nuestras vivencias y encontrarsoluciones colectivas. Las redes de apoyo no solo brindan contención emocional, sino que también nos entregan herramientas para enfrentar situaciones adversas. La sororidad, entendida como el apoyo mutuo entre mujeres, esunaestrategia poderosa para resistir y sanar. Hablar es un derecho y también una necesidad. No debemos. sentir culpa por exigir respeto, justicia y bienestar. En este Día de la Mujer, recordemos que lasalud mental es un pilar fundamental en la lucha por la equidad. Alzar la voz es un acto de amor propio, de resistencia y de transformación. Que nunca más las mujeres sientan que tienen que callar. Conversar sobre salud mental puede salvar vidas. Este 8M, alcemos la voz por nuestro bienestar. ¡Y recuerden, HConversarDeSaludMental puede salvar vidas!.