Editorial: Municipalidad y el “túnel” del terminal
Editorial: Municipalidad y el “túnel” del terminal EditorialLa Delegación se embarcó en una fase más del Plan “Calles sin Violencia”, aunque dejó claro el rol del municipio en un problema local. ajo el contexto de la crisis de seguridad que enfrenta el país, la principal política pública que implementó el Gobierno ha sido el Plan “Calles sin Violencia”, llamado a devolver a los ciudadanos las garantías para desenvolverse con normalidad en sus quehaceres urbanos.
A nivel nacional, expresado sobre todo en la crítica realidad de Santiago, tal plan se diseñó para reducir los numerosos delitos que se viven a diario y que se expresan en encerronas, turbazos y portonazos, todo un nuevo léxico que se acuñó en la opinión pública para describir los nuevos fenómenos de la criminalidad.
Aunque afortunadamente a un nivel lejano todavía de lo que sufren los santiaguinos, la población de Puerto Montt también tuvo que ir acostumbrándose aun cambio de hábitos en cuanto a la vida urbana, a fin de no convertirse en una víctima más de la delincuencia lacerante que desangra al país.
La gente dejó de frecuentar la zona céntrica pasadas las 19 horas y en particular cualquier puertomontino medianamente sensato prefiere evadir circular en altas horas dela noche en el sector circundante al Terminal de Buses, convertido en el emblema de la inseguridad enla capital regional. El mentado Plan “Calles sin Violencia” ha tenido allí su principal desafío.
La escasa iluminación, la llegada de personas desde otros lugares del país al rodoviario, la proliferación del comercio ambulante y en particular el famoso “túnel” al costado del supermercado, producto de locales callejeros con toldo y orientados al interior que alguna vez aceptó el municipio, han conspirado para que los habitantes y visitantes de ese barrio hayan visto desmejorada abruptamente su calidad de vida. La Delegación Presidencial Regional ha dado inicio a una nueva fase del Plan “Calles sin Violencia”, con un foco especial en la zona del terminal.
Aunque sin entregar un balance detallado todavía de lo que fue la etapa anterior, el Gobierno se ha comprometido para afrontar la inseguridad que ahí impera, aunque ya responsabilizó a la municipalidad en el ajuste que se requiere para el “túnel”, algo que, en todo caso, se viene repitiendo periódicamente desde hace meses.
El alcalde suplente, pero en particular el alcalde electo, tienen la gran responsabilidad ahora de definir qué hacer con ese “túnel”. Ojalá que no asome ni alguna mesa de trabajo ni un diagnóstico, pues lo que demandan estos tiempos es determinación y sentido de urgencia..