Autor: Carlos Peña
Columnas de Opinión: La derecha y la tortuga
Columnas de Opinión: La derecha y la tortuga MIRADA CONSTITUCIONALEvelyn Matthei acaba de sugerir que el desafío de la derecha es representar el 62% querechazó el primer proyecto constitucional.
Y para elloinstó aorganizar primarias que dirimieran la candidatura presidencial del sector (esa palabra, “sector”, es la forma en que, por razones. misteriosas, la derecha se refiere a sí misma) entre Kaiser, Kast y ella misma.
De esa manera Evelyn Matthei expresa, y a la vez intenta remediar, uno delos problemas que hoy padece la derecha: como todos piensan que el triunfo está al alcance de la mano, todos creen poder asirlo, Setratade un fenómeno harto predecible y suficientemente conocido: como la victoria parece segura para la derecha, sus miembros comienzan a creer que el problema no consiste en ganar la elección, sino en discutir quién del sector se haAl no existir, hasrá de ella. ta ahora, un candidato o candidata de la izquierda, se alimenta esa confianza de la derecha; pero a la vez se siembra en ella la rencilla por hacerse de ese poder que se vislumbra seguro. Es lo que explica que Kaiser, Kast y Matthei aparezcan como rivales.
Sin embargo, las categorías de izquierda y de derecha o mejor la idea de que hay gente de izquierda y gente de derecha (como hay gente de este equipo de fltbol y de este otro quese aferran a ellos incluso en los peores momentos) siendo ahora esta última sería mayoritaria, no parece respaldada en los hechos. Lo que muestran los hechos es más bien que las preferencias políticas están desancladas, carentes de arraigo en factores sociológicos que permitan predecir las preferencias.
Enel diecinueveel cliv: je (es decir, la línea que divide las preferencias) fue la Cuestión de la laicidad ono del estado; durante el XX la clase social a la que se creía pertenecer; y luego de la dictadura fue la diferencia entre autoritarismo y democracia que se estiró casi hasta el segundo gobiernode Bachelet. Durante este siglo (el siglo en que seexpandió el consumo y aparecieron grandes grupos medios) el clivaje se ha vuelto caprichoso y variable.
En efecto, en estas décadas la ciudadanía ha mostrado estar dispuesta a dar el poder a la derecha por dos veces, pero también a rechazarla con violencia; se ha mostrado dispuesta a torcer el rumbo dela modernización capitalista pero solo para retomarlo muy pronto; pareció entusiasmada con la renuncia al ideal del estado nacional, pero solo para adherir a él un poco más tarde; y los viejos temas que encendía el debate (como las cuestiones morales) hoy día parecen interesar cada vez menos y cuando lo hacen poseen un tinte marcadamente generacional que prescinde de las preferencias políticas (es el caso, por ejemplo, del aborto). Y el 62% por ciento que rechazó el primer proyecto constitucional (en el que Evelyn Matthei parece conno escapa a esa regla de fiar) y falta de arraigo. volatilidad Por eso decir quela derecha tiene posibilidades de hacerse de ese 62% es tan plausible como decir que la izquierda tiene posibilidades de hacer suyo el 55% querechazó el segundo proyecto constitucional. Nilo uno, nilo otro. Ese electorado arraigado en una preferencia pasada no existe, es un prodigio de la imaginación en tiempos electorales estimulada por sí, es cierto la confianza.
Y que por ahora todo parece favorecer al sector (para respetar el término con que la derecha se denomina a sí misma); pero la fábula de Esopo con que se enseña a los niños el peligro de la confianza excesiva y cuyo personaje central es la liebre ensoberbecida y engreída, también enseña a la izquierda las virtudes que posee tener conciencia de tortuga.. MIRADA CONSTITUCIONAL