Autor: PABLO GAETE VILLEGAS
Columnas de Opinión: Rolando Alarcón, un gran olvidado
Si alguna vez escuchó las canciones Si Somos americanos o Mi abuela bailó sirilla que sonaron con mucho éxito y por mucho tiempo en la radiotelefonía de los años 60 del siglo pasado, quizá no se acuerde del nombre del autor ni de quien las cantaba.
Se trata de Rolando Alarcón profesor normalista y músico, activo animador del denominado Neofolklore y quien posteriormente junto a Víctor Jara, Patricio Manns, Intiillimani, Quilapayún, Ángel e Isabel Parra se convirtió en uno de los principales exponentes del movimiento de la Nueva Canción Chilena. Todos ellos venían desarrollando un intenso trabajo creativo desde mediados de los 60 vinculado a las investigaciones de folklore y canto campesino realizadas por Violeta Parra, Margot Loyola, Gabriela Pizarro y Héctor Pavez. El 5 de agosto pasado se cumplieron 95 años del nacimiento de este folclorista y compositor chileno de una enorme trayectoria artística, de fructifica creación musical y al mismo tiempo injustamente olvidado. Rolando Alarcón comenzó su carrera en 1955 cuando asumió como director artístico del naciente conjun-to Cuncumén integrado por estudiantes de folclore de las Escuelas de Temporada que Margot Loyola organizaba en la Universidad de Chile. En ese cargo estuvo alrededor de siete años, tiempo en el que el grupo folclórico hizo extensas giras por Chile y Europa, y grabó tres discos. Entre 1963 y 1964, viajó como parte del elenco musical Imagen de Chile, que recorrió Perú, Panamá y Estados Unidos. Integrando además el conjunto musical de la obra La pérgola de las flores. En ese mismo periodo, alcanzó gran reconocimiento como compositor al entregarle sus creaciones a conjuntos como Los Cuatro Cuartos y su versión femenina Las Cuatro Brujas íconos del Neofolklore. Canciones como Doña Javiera Carrera o Mocito que vas remando se convirtieron en verdaderos hits radiales muy populares en la época. Muy activo e inquieto como creador siempre estaba en nuevos proyectos. Recorría permanentemente el país con la peña folclórica Chile Ríe y Canta dirigida por René Largo Farías. En 1968 fortalece su carrera como solista y funda el sello Tiempo donde graba con mucho éxito el dis-Magíster en Arte y Patrimonio Director de Balmaceda Arte Joven Biobíoco Canciones de la Guerra Civil Española.
Años más tarde, en 1970 ganó el primer lugar en la competencia folclórica del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, junto al dúo Los Emigrantes, con la canción El hombre; en febrero y marzo del mismo año fue parte del elenco del Tren de la Cultura. Al año siguiente fue designado asesor musical del Ministerio de Educación durante el gobierno del presidente Allende. En paralelo continúa grabando sus creaciones y nuevos proyectos como la musicalización de poesía soviética. Su última produc-ción discográfica fue El alma de mi pueblo en 1972.
En 2009 al cumplirse 80 años de su natalicio, el músico y compañero de ruta Carlos Valladares y el periodista Manuel Vilches publicaron el libro Rolando Alarcón, la canción en la noche, rescatando en parte del olvido a uno de los pilares del folclor y del canto popular chileno.
Fallecido tempranamente en febrero de 1973, su obra musical es un patrimonio cultural que debemos preservar y difundir para que los niños y niñas sigan cantando sus canciones en cada escuela y en cada rincón de nuestro país..