Que los partidos se diferencien programáticamente de los otros
Que los partidos se diferencien programáticamente de los otros "¿ Quiénes son los que buscan los pactos? ¿ Los partidos grandes? No, Los que desean los pactos y que cobran caro por estas alianzas son los aspirantes que no tienen fuerzas para poder. triunfar". Con esas palabras, en 1960, el entonces diputado Jacobo Schaulsohn, del Partido Radical, expresaba su apoyo a la idea de suprimir los pactos de partidos en las elecciones parla= mentarías, lo que finalmente se aprobó ese mismo año.
Según explica el académico Ricardo Gamboa Valenzuela, en un documento sobre el tema, Schaulsohn justificaba su posición en la necesidad de que "el sistema de partidos se configure en torno a partidos grandes y se eliminen los 'mi. cropartidos', por carecer de fuerza electoral real" y porque "realizan prácticas muy negativas". Esta prohibición tuvo vigencia efectiva hasta 1973, y en las elecciones parlamentarias de 1989 los partidos ya podían presentarse nuevamente en pactos. A 36 años de su "retorno", no son pocas las voces que afirman que su supresión sería una buena medida para luchar contra la fragmentación que afecta al Congreso.
En abril del año pasado, un grupo de constitu cionalistas DC lo puso nuevamente sobre la mesa: El problema de fondo, lo que explica la excesiva fragmentación partidaria, son los pactos electorales (y las excesivas facilidades para formar En las elecciones parlamentarias de 1989, la UDI y Renovación Nacional compitieron en el pacto Democracia y Progreso.
Nacional compitieron en el pacto Democracia y Progreso. partidos). Si se eliminan dichos pactos, se obten= dirá como resultado un número acotado y razonable de partidos con representación parlamen= taria, al igual que en los años 60 y 70". Luis Eugenio García Huidobro, investigador del Centro de Estudios Públicos, ha señalado que "en muchos casos, la conformación del pacto está orientada a superar las barreras naturales que establece el sistema electoral más que a asegurar la implementación de un futuro programa de gobierno entre quienes resulten finalmente electos", agregando que si se prohíben, los "partidos pequeños ya no podrían camuflarse detrás de los pactos electorales para acceder a un escaño". Julieta Suárez Cao, académica del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, señala a "El Mercu= rio" que es partidaria de prohibir los pactos, pero "por motivos para mí mucho más relevantes que la fragmentación, y es que desdibujan a la gente cuál es la diferencia entre el PPD y el PS, que fueron tanto tiempo en pacto, o RN y la UDI. Para el electorado esos partidos pierden su marca, su distinción.
La gente ya no puede distinguir qué propone un partido de qué propone otro" Christopher Martínez, investigador de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, señala que "la prohibición de pactos es una buena salida si lo que se quiere es fortalecer los partidos, porque los obliga a competir con sus propios programas, y que busquen diferenciarse de los otros.