Columnas de Opinión: Serendipia en nuestras vidas y en la educación
Columnas de Opinión: Serendipia en nuestras vidas y en la educación El New York Times, hace unos dias, en un articulo de Laber-Warren, ha puesto en la reflexión sobre nuestras formas de vida un tema poco frecuente en cuanto a cómo hacerla mejor para una sociedad más sana. La sugerencia es incorporar la serendipia en la organización de nuestros tiempos.
Este concepto que es un neologismo del inglés significa un hallazgo o descubrimiento fortuito, imprevisto que se debe al azar y no a lo originalmente planificado pero que en sí mismo resulta valioso, a veces más que lo que realmente uno se proponía, ha ido lentamente incorporándose en la cultura occidental.
Sus orígenes en cuanto a su sentido se encuentran en un cuento de la cultura persa, recogiendo la historia que los principes de Serendip (de Sri Lanka) acudían a la casualidad y al azar para buscar la solución de sus más variados problemas. ¿Por que este concepto cada día esta haciendo más incorporado en la psicologia, en terapias, en sugerencias para un mejor vivir y en otras prácticas que tratan de mejorar nuestras vidas, y que hoy día timidamente se asoma también en la temática de una educación más humanista? Responde básicamente a una acción necesaria y factible de realizar, para darle más soltura, variedad y sentido a nuestras vidas, que no demanda costos, sino una voluntad de dejarse llevar en algunos momentos y grados por lo inesperado, lo sorpresivo que rompa la aniquiladora rutina.
No somos robots programados hasta el último detalle ni tampoco lo deben ser nuestras vidas, lo cual también es válido para la educación llena de precisiones que no generan asombro ni libertad al educador o a los niños, niñas y jóvenes aprendientes. A partir de grandes objetivos realmente relevantes, la educación debe moverse con creatividad y soltura, permitiendo el goce de descubrir y de aprender y a los educadores de recobrar la pasión por enseñar. Eso es lo que quedará, en definitiva, y ese es el aprendizaje trascendente que deberíamos favorecer en nuestros hogares e instituciones educativas desde la educación parvularia a la universidad.
El ser humano es un maravilloso misterio dentro de un gran marco referencial de valores y principios de vida, y el día que perdamos de todo ello será el momento en que dejaremos de ser propiamente humanos. Démosle espacio a la serendipia en nuestras vidas con conciencia de las oportunidad des y de esa magia que entrega; así viviremos mejor y posiblemente más felices. COLUMNA María Victoria Peralta, académica de Universidad Central, presidenta de Integra y ganadora del Premio Nacional de Ciencias de la Educación. María Victoria Peralta, académica de Universidad Central, presidenta de Integra y ganadora del Premio Nacional de Ciencias de la Educación