Las cicatrices invisibles
Columna Claudia Barrera Psiquiatra ] aviolencia de género deja cicatrices que trascienden el tiemnpo, sus consecuencias son devastadoras.
La ONU calcula que, en todo el mundo, 736 millones de mujeres, casi una de cada tres, han sido víctimas de violencia física o sexual por parte desu pareja; de violencia sexual fuera de la pareja o deambas al menos una vez en suvida. En 2023, sereportaron 134.116 casos de violencia intrafamiliar en Chile: un 80% de las víctimas fueron mujeres y el 80% de los agresores, hombres. Además, cada día ocurrieron 51 agresiones sexuales, afectando en su mayoría a mujeres y niñas (86%), mientras que el 95% de las responsables fueron hombres. Estas impactantes cifras deberían estremecernos. La que ocurre dentro el hogar, es la forma más común de violencia y sus consecuenciasson devastadoras.
Estudios funcionales han demostrado alteraciones en áreas cerebrales responsables de la memoria y el procesamiento emocional, modificaciones orgánicas que perpetúan los sintomas de estrés postraumático e ideaciones suicidas durante muchos años después de terminada la relación abusiva. Se suma el impacto en niños y niñas que crecen en ambientes de violencia de género.
Por otra parte, se ha demostrado que la ansiedad, la depresión, los trastornos del espectro autista y los trastornos de conducta son más frecuentes en losniños nacidos de madres que experimentaron violencia doméstica durante el embarazo.
Desgraciadamente el acompañamiento de las víctimas durante el proceso de denuncia tiene grandes brechas de mejoraa nivel global y en nuestro país, como falta de capacitación en para equipos de servicios de urgencia y salud general, enjuiciamiento y revictimización y durante el proceso y falta de coordinación y sinergia entrelos actores del Sistema. La violencia de género no es un problema privado; es un problema social que nos afecta a todos. Visibilizar, prevenir y atender sus consecuencias es un compromiso que debemos asumircomo comunidad.