Autor: Cristian Rodríguez Director IPP UCN
La emergencia habitacional de Antofagasta
La emergencia habitacional de Antofagasta L; Región de Antofagasta, con casi 700.000 habitantes, enfrenta una grave crisis habitacional que no solo se cirIcunscribe asus principales ciudades, Antofagasta y Calama, sino que también se extiende a todas las capitales proEl auvinciales y alos pequeños núcleos urbanos dela región. ge minero ha encarecido el valor del suelo y estimulado la construcción de proyectos inmobiliarios para estratos de altos ingresos, mientras miles de familias quedan rezagadas en asentamientos precarios. Según el Catastro Nacional de Cam-pamentos 2022-2023 de un Techo para Chile, casi 13.000 fa-milias viven en estas condiciones. La Cámara Chilena de laConstrucción (2023) estima la necesidad de al menos 37.000 viviendas para paliar el déficit, pero el Estado, con sus actuales herramientas, difícilmente logrará cubrir esta brecha en plazos razonables. El alto costo del suelo, la especulación inmobiliaria y los subsidios insuficientes generan un círculo vicioso que dificultala participación de inversionistas privados en proyectos devivienda social. Por un lado, empresas inmobiliarias se incli-nan hacia iniciativas con mayores retornos económicos, como edificios y condominios de gran valor. Por otro, las personas que habitan en campamentos se enfrentan a condicionesmuy difíciles, con acceso limitado a servicios básicos comoagua potable, electricidad y alcantarillado.
A pesar de los esfuerzos de distintas instituciones, el traslado a viviendas so-ciales muchas veces implica ubicarse en zonas periurbanas alejadas de las oportunidades laborales y del equipamiento urbano, lo que no soluciona las necesidades reales de las familias.
Ante este escenario, se vuelve urgente una estrategia que articule esfuerzos públicos y privados, pues sin una coordinación sólida, el Estado carece de los instrumentos y la capacidad suficiente para resolver el déficit habitacional en plazos aceptables para las familias. Además de inyectar más recursos y agilizar la burocracia, el rol estatal debe fortalecerse con una gestión más activa delos terrenos fiscales, a través de Bienes Nacionales. La planificación temprana de espacios clave permitiría abaratar costos de suelo y asegurar localizaciones próximas a fuentes de empleo y servicios urbanos. En paralelo, el Estado podría establecer normativas que obliguen a destinar un porcentaje de cada proyecto inmobiaviviendas de menor costo, promoviendola integración liario socioeconómica y reduciendo la formación de nuevas zonas marginales. También, el mejoramiento progresivo de los campamentos, dotándolos de agua, alcantarillado y regularizando legalmente los terrenos cuando proceda, permitiría consolidar un tejido urbano más equitativo. De esta manera, el crecimiento económico de la Región de Antofagasta podría ir. de la mano con el bienestar de las familias, sin reproducir la desigualdad que hoy evidencia la brecha habitacional.. Columna