Autor: Karen Trajtemberg Díaz Magíster en Comunicación Estratégica Directora Escuela de Periodismo Universidad Adolfo Ibáñez
Parcial variando a nublado
Parcial variando a nublado Karen Trajtemberg Díaz Magíster en Comunicación Estratégica Directora Escuela de Periodismo Universidad Adolfo Ibáñez N o fue la inclemencia del tiempo ni la falta de interés. Es peor. Se trata de la cosecha de algo largamente sembrado por los mismos a quienes ahora afecta.
La falta de educación cívica; el convencimiento de que nuestros niños, niñas y adolescentes no tienen que aprender nada que no sirva para fines pragmáticos y cuantificables; el canibalismo propio de la misma clase política, y el auge de los populismos, son algunos de los elementos a considerar. La jornada de primarias que vivimos la semana pasada fue, en términos simples, triste. Tanto en nuestra región como en otras, la participación fue baja, considerando la historia de este tipo de elecciones previas. El problema, eso sí, es que no hay una base de comparación de larga data, pues -como en tantos otros temas-, la élite ha cambiado las reglas del juego continuamente.
Todas las primarias han sido distintas, con diverso universo de votantes, cargos a definir, reglas, recursos y facultades, por lo que no hay una base de comparación entre las primeras, en la década de los '90, y la realizada el fin de semana pasado. Tampoco es posible hacer ese ejercicio a partir de la participación, metodológicamente hablando.
Pero sí se puede establecer un paralelo con las jornadas similares desde 2016: el Servel explicó que ahora la participación (6,1%) fue mayor que en las primarias de 2020 (4,37%) y 0,6 puntos más que en la anterior (5,5%). El momento histórico tampoco es el mismo. En 2016 estábamos en el gobierno de Michelle Bachelet 2, en 2020 era el de Sebastián Piñera 2 y, hoy, en pleno mandato de Gabriel Boric. Todos, con miradas extremadamente distintas y un Chile que parece haber vivido una era en apenas unos años.
A partir de lo anterior, con las modificaciones a la normativa electoral y lo ocurrido políticamente desde 2019, estallido, pandemia y dos procesos constitucionales de por medio, habría sido esperable una mayor participación e interés en lo público. Ese se supone que era el objetivo final de todos los cambios realizados en el sistema, promover la democracia. No convertirla en un artículo de colección. Porque un proceso en el que apenas participa un 6% del padrón total, cuando ya debiera existir una cultura de definiciones democráticas, es un ejercicio inútil. Y así lo vio gran parte del sistema político, partiendo por la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, cuando culpó del fracaso al Servel. Sin embargo, como en todo proceso humano -la política también lo es-, las responsabilidades siempre son compartidas y multifactoriales. El problema no está solo en el trabajo del Servel. Pasa también por la tendencia caníbal del mundo político nacional y mundial, que sostiene las campañas populistas en la destrucción de su propio oficio: todos son corruptos, poco creíbles, inservibles. Salvo yo. Tampoco ayudan los cambios en el currículum educacional, en el que los procesos políticos son parte de la historia pasada, sin relación con su presente y ni su futuro. No parece importante sino someramente, que los niños, niñas y adolescentes entiendan qué hace un alcalde, parlamentario o presidente. Ni que entiendan que hay valores supranacionales que deben estar en la base de cualquier proyecto político. Luego, aparece también la pésima lectura que se hace de las razones por las que la ciudadanía no vota. Aquello explica los cambios abruptos de un lado a otro: inscripción voluntaria y voto obligatorio, que produjo la negativa de los jóvenes a participar de sistema. Luego, inscripción automática y voto voluntario, para evitar el trámite engorroso y evitar el compromiso de por vida... No funcionó.
Vuelta entonces al extremo, entrando automáticamente al sistema a los 18 años y con la obligación de sufragar (excepto en primarias). En definitiva, la incertidumbre asociada al proceso está lejos de colaborar a educar, informar y formar ciudadanos, favoreciendo por el contrariola confusión y un clima poco transparente, parcial variando a nublado. variando a nublado. Parcial variando a nublado " Con las modificaciones a la normativa electoral y lo ocurrido políticamente desde 2019, habría sido esperable una mayor participación e interés en lo público. Ese se supone que era el objetivo final de todos los cambios realizados en el sistema, promover la democracia. No convertirla en un artículo de colección"..