Autor: Pedro Gandolfo
Las lecturas que marcaron...
Las lecturas que marcaron... n “La estrella del mariachi yugoslavo” (LOM), de Óscar Barrientos. n “El amor de los caracoles” (Simplemente editores), de Juan Mihovilic. n “El último Neógrafo” (Luarel), de Ignacio Álvarez. n “Referencias personales” (Seix Barral), de Matías Rivas. n “Laberintos” (Seix Barral), de Diamela Eltit. n “Tantos frentes” (U. de Talca), de Lina Meruane. n “Torpedos” (Kultrún), de Yanko González. En el año 2024, de entre mis lecturas como crítico de este diario, me gustaría destacar algunos libros de autores nacionales. La cosecha es buena. En el género novela se destacan tres relatos: “La estrella del mariachiyugoslavo”, de Óscar Barrientos Brandecic; “El amor de los caracoles”, de Juan Mihovilic, y “El último Neógrafo”, de Ignacio Álvarez. Por cierto, habría que añadir “Clara y confusa”, de Cynthia Rimsky. Estos relatos, de tramas tan distintas, comparten una prosa incisiva, irónica y vigorosa con tramas muy libres y arriesgadas en las que no escasean distintos tipos de buen sentido del humor. También dentro del panorama de las letras conviene subrayar y felicitar las reediciones de “Cuentos completos”, de Mauricio Wacquez, y “El compadre”, de Carlos Droguett, ambos de una calidad sobresaliente. Por otro lado, en el ámbito de la no-ficción sobresalen “Referencias personales”, de Matías Rivas; “Laberintos”, de Diamela Eltit, y “Tantos frentes”, de Lina Meruane.
Los tres volúmenesS E L A R O M A N A I V I Vdemuestran que en Chile se da también una escritura de pensamiento que corre paralela a ficción, que es muy buena en su calidad como escritura y muy filosa, irónica y poderosa en término de compromiso personal y de crítica social. En fin, la creación poética en Chile estuvo abundante, plurifacética y muy extendida dentro de nuestrouniverso geográfico. La cúspide de esa producción la ocupa, a mi juicio, “Torpedos”, de Yanko González, que yo lo calificaría sin temor como el libro del año: original, provocativo, fuera de serie, descolocador, reflexivo, inolvidable.
Tendremos que esperar bastante tiempo para encontrarnos con otro libro de tan bella factura en la forma y en el fondo. * Pedro Gandolfo es crítico literario de Artes y Letrasn “El estilo de los elementos” (Random House), de Rodrigo Fresán. n “Ruth” (Seix Barral), de Adriana Riva. n “Querida amiga, desde mi vida te escribo a tu vida” (Chai), de Yiyun Li. n “Fuego la sed” (La bella Varsovia / Anagrama), de María Sánchez. n “Amada y perdida” (Muñeca infinita), de Susie Boyt. La última y magnífica novela de Rodrigo Fresán es, para mí, el libro más importante publicado este año.
Se trata de la “origin story” de un súper lector llamado Land, una historia de fantasmas escrita por un escritor-fantasma, sobre, entre muchas cosas, una plaga (NOME) que se come los recuerdos y cintas de casete que guardan la memoria. Brillante y conmovedora.
“Ruth” es una novela realmente hermosa y sorprendente sobre Ruth, una mujer de ochenta y dos años que, luego de enviudar, empieza a dedicar sus días a aprender sobre arte, en clases por internet, a conversar y acompañar a sus amigas, o a sus hijos, de quienes se sigue maravillando. El libro de Yiyun Li, una escritora de una sensibilidad maravillosa, es difícil de clasificar. Un relato, ensayo, crónica, de lecturas y vivencias, de dolores que no se van y la compañía siempre presente de los libros. “Fuego la sed” es un libro de poemas en los que las palabras brillan. María Sánchez se ha destacado por su mirada profunda sobre nuestra relación con la naturaleza y en este libro el mundo natural se ve amenazado por la catástrofe de formas sutiles e inquietantes. “Amada y perdida” es una novela sobre una madre, profesora, a cargo de una nieta luminosa e intentando mantenerse cerca y cuidar a (y cuidarse de) su hija con problemas de adicción.
Una novela sobre una relación difícil pero, más allá y más importante, una novela fulminante sobre los cuidados y el amor. *María José Navia es escritora y académica Letras UC, y columnista de Artes y Letras.
María Teresa Cárdenasn “Cuentos verdaderos” (Alfaguara), de Rosa Montero n “Un lugar soleado para gente sombría” (Anagrama), Mariana Enriquez n “Letras torcidas” (Ediciones UDP), de Juan Cristóbal Peña. n “Poesía reunida” (Tácitas), de Rosabetty Muñoz. n “Sángrate agua” (Editorial UV), de Roxana Miranda Rupailaf. n “Poesía total” (Cuarto Propio), de Eliana Albala.
I T E S S I R S I U L É S O JRosa Montero es una convencida de que el periodismo escrito es un género literario, y así lo reafirman sus “Cuentos verdaderos”, donde reúne 18 crónicas y reportajes publicados en el País de España, desde 1978 a 1988.
El intento de golpe de Estado, la visita del Papa, una gira de Miguel Ríos, asesinatos políticos, las drogas, el terrorismo desfilan en estos relatos y traen a la memoria los difíciles años de la transición en su país. Se leen sin pausa, y algunos impactan por su crudeza.
Un camino distinto es el que elige la escritora argentina Mariana Enriquez para procesar la realidad: “Yo escribo un terror que toma del realismo sus elementos disparadores de lo sobrenatural”, dijo en una entrevista la autora de “Un lugar soleado para gente sombría”, un volumen de cuentos en el que continúa por la senda del terror fantástico que la ha hecho conocida, pero en el que surge un tono distinto aunque igualmente inquietante, menos rabioso, más amable, con personajes que a veces incluso se hacen entrañables. Y en Chile no nos quedamos atrás con realidades terribles: en “Letras torcidas. Un perfil de Mariana Callejas”, el periodista Juan Cristóbal Peña revela la dualidad de este oscuro personaje, ligado a las letras y al mismo tiempo a los crímenes más horrorosos de la dictadura. Destaco también los libros de poesía reunida de Rosabetty Muñoz, Roxana Miranda Rupailaf y Eliana Albala.
Tres voces femeninas de distintas generaciones y estilos que dan cuenta, maravillosamente, de la solidez y trascendencia de nuestra poesía. *María Teresa Cárdenas es editora de Cultura de “El Mercurio”, columnista de Artes y Letras y presidenta de Fundación Arbolee. n “Nostalgia del desastre” (Seix Barral), de Constanza Michelson. n “Derecho al tiempo. Trauma y ética del Cuidado” (Debate), de Vinka Jackson. n “Tierra Materna” (Alfaguara), de Amanda Teillery Delattre. n “Memorias. De Moscú al Mar Negro” (Libros del Asteroide), De Teffi (Nadezhka Alexándrovna Lójvitskaya) n “Letras torcidas” (Ediciones UDP), de Juan Cristóbal Peña.
A partir de una vivencia personal, escrita en tercera persona, Michelson entrega en “Nostalgia del desastre” uno de los enfoques más lúcidos que se hayan elaborado sobre nuestro momento histórico, con toda la complejidad que ello requiere. Libro decabecera y muy subrayado.
Desde su experiencia como una de las gestoras principales de la ley ASI, la psicóloga Vinka Jackson en “Derecho al tiempo” se abre a un agudo análisis social y político moviéndose por historias y geografías muy distantes, para provocar una reflexión universal sobre lo colectivo, el cuidado, la solidaridad, la palabra que salva. ¡Y qué pluma! Otro libro subrayado con alevosía. “Tierra materna” es una fascinante saga familiar, de cuatro generaciones por línea materna, que alcanzaron a convivir; arranca en Francia, con un trágico acontecimiento durante la Segunda Guerra Mundial. Una historia personal que se conecta con hechos y acontecimientos azarosos, de esos que determinan el destino de las personas. “Memorias. De Moscú al Mar Negro” originalmente fue publicado, por entrega, en el diario Vozrozhdenie, de París, entre 1928 y 1930. Como libro, la primera edición es de 2024. El extenso y azaroso recorrido de quien fuese una escritora famosa y admirada en la Rusia de la prerrevolución hasta radicarse en París. De hecho, el libro abre con un mapa de su periplo. En un momento caótico y peligroso, el relato, no obstante, está construido con diálogos sorprendentes y una buena cuota de humor negro.
“Letras Torcidas” no solo es una investigación periodística rigurosa y completísima, sino que está estructurada y narrada de tal forma que resulta una lectura apasionante, de esas que uno no puede soltar hasta finalizar. *Ana Josefa Silva es periodista, conduce el programa de actividad cultural “Desde el fin del mundo” en Radio Biobío. n “Letras torcidas.
Retrato de Mariana Callejas” (Ediciones UDP), de Juan Cristóbal Peña n “La llamada” (Anagrama), de Leila Guerriero n “El último neógrafo” (Laurel), de Ignacio Álvarez n “Un puñado de flechas” (Anagrama), de María Gainza n “La reina de espadas” (Lumen), de Jazmina BarreraMarco Antonio de la Parran “Thedoros” (Impedimenta), de Mircea Cartarescu. n “Las propiedades de la sed” (Libros del Asteoride), de Marianne Wiggins. n “Nostalgia del desastre” (Seix Barral), de Constanza Michelson. n “Letras torcidas” (Ediciones UDP), de Juan Cristóbal Peña. n “Todos nuestros fuegos”, (Seix Barral) de Karen CodnerS E R O L F R O T C É HLos libros que más me gustaron de este 2024 estuvieron inclinados hacia el ensayo y la biografía.
El primero de ellos es el genial perfil que Juan Cristóbal Peña escribió sobre Mariana Callejas, una figura maldita dentro de las letras nacionales, pues su pertenencia a la DINA ha hecho que su obra literaria quede del todo invisibilizada.
Otro libro sumamente atractivo fue el que publicó a comienzos de este año Leila Guerriero, “La llamada”, el crudo y empático relato biográfico de Silvia Labayru, una sobreviviente de la dictadura argentina cuyo testimonio fue excluido y puesto en entredicho por sospechas de colaboración, sin que se tomara en cuenta la tragedia que vivió mientras estuvo prisionera en la Escuela Mecánica de la Armada en Buenos Aires. Hay, también, una novela, “El último neógrafo”, del profesor de la Universidad de Chile Ignacio Álvarez. Por medio de una ficción que nos lleva a los círculos anarquistas del Valparaíso del siglo XIX, el autor nos entrega una preciosa historia sobre la incomunicación y los límites del lenguaje.
Otros dos libros aparecidos este año que me cautivaron fueron “Un puñado de flechas”, donde la argentina María Gainza vuelve a hacer dialogar literatura y artes plásticas en una serie de fragmentos donde la creatividad es la protagonista, y “La reina de espadas”, de Jazmina Barrera, un retrato de la novelista y dramaturga Elena Garro que profundiza en esa figura compleja e incomprendida de las letras mexicanas. * Joaquín Castillo Vial es editor de la revista Punto y Coma del IES y es crítico literario en El País. Hubo una cosecha tremendamente interesante. Del extranjero “Las propiedades de la sed”, de Marianne Wiggins, una novela de estructura sorprendente, cautivante y emotiva y “Theodoros”, de Mircea Cartarescu, novelón monumental, de aquellos inolvidables, esperando el Nobel.
Cómo olvidar “La llamada”, de Leila Guerreiro, pero me quedo con las dos primeras De estos lares la increíble “Nostalgia del desastre”, de Constanza Michelson, quizás el mejor libro del año incluso a nivel de los títulos nombrados del extranjero, y el estupendo “Letras torcidas”, de Juan Cristóbal Peña, una investigación periodística que se convierte en un feroz thriller sobre crimen y literatura.
El quinto libro está difícil. ¿Nombrar consagrados o destacar una voz nueva? Destacó “Todos nuestros fuegos”, de Karen Codner aparecida en el curso de un año que parecía en un comienzo exiguo, compitiendo con una súper buena entrega en el segundo semestre: “Y entonces Teresa”, de Arturo Fontaine (excelente); “Clara y confusa”, de Cynthia Rimsky (¡ qué manera de reírme! ); “La estrella del mariachi yugoslavo”, de Oscar Barrientos Bradasic (maravilloso); “Mal de altura”, de Gonzalo Maier (lo suyo, siempre eficaz); “El último neógrafo”, de Ignacio Álvarez, ingenioso a rabiar, y “Ciertos chicos”, de Alberto Fuguet que casi arrasa con todo. Me pidieron cinco, se me vienen doce. Al final Cartarescu, Wiggins, Michelson, Peña y finalmente Codner para darle un empujón. *Marco Antonio de la Parra es dramaturgo y narrador, conduce el programa actualidad cultural “Desde el fin del mundo” en Radio Biobío.
O L L A V R A C N Á I T S I R CZ E P Ó L O S N O F L A O I G R E SA I R A M L A P A Í R E R B I LO R E C U L A L I M A CZ E Ñ Á Y R O T C É Hn “La clase de griego” (Random House), de Han Kang. n “La llamada” (Anagrama), de Leila Guerriero. n “Abel” (Anagrama), de Alessandro Baricco. n “La vida feliz” (Seix Barral), de David FoenkinosEn “La clase de griego” Kang nos mete en la piel de una protagonista rota por la pérdida y el abandono. La historia avanza como un murmullo, donde el silencio pesa más que las palabras. Lo más interesante es cómo el griego clásico, un idioma muerto, se convierte en símbolo de esa búsqueda de reconstrucción. Es un libro poético, lleno de pequeñas reflexiones sobre el dolor y el lenguaje. Leila Guerriero convierte una historia personal en un grito colectivo. “La llamada” es un libro duro, pero necesario, que nos cuenta cómo una mujer lidia con las sombras de la dictadura argentina. Lo que más engancha es el equilibrio entre datos precisos y momentos íntimos; Guerriero te muestra las heridas sin exagerar ni dramatizar. Es periodismo del bueno: real, humano y con una narrativa que te pega directo. Baricco toma la vieja historia de Caín y Abel y la convierte en algo cercano y universal. En “Abel” lo que atrapa es la manera en que explora los celos, el amor entre hermanos y el momento en que todo se quiebra. Tiene esa prosa poética que hace que hasta lo más sencillo suene profundo. En “La vida feliz” Foenkinos escribe sobre alguien común, Antoine, que un día se da cuenta de que su vida no tiene sentido. Un accidente lo hace detenerse y preguntarse: ¿ Esto es todo? Lo genial del libro es que, sin grandes giros, te lleva a reflexionar sobre las pequeñas cosas que hacen la vida valiosa.
Es ligero, pero lleno de verdad. *Cecilia Palma es dueña de la librería Palmaria. n “En El Pensamiento” (Random House), de César Aira. n “Letras torcidas” (Ediciones UDP), de Juan Cristóbal Peña. n “Metempsicosis” (Alfaguara), de Rodrigo Rey Rosa.
César Aira, que en el fondo es un narrador conceptual, publicó uno de sus libros más maravillosos, “En El Pensamiento”, que está al nivel de “La liebre”, “Cómo me hice monja” y “El llanto”. Como siempre, la anécdota es muy sencilla: un hombre recuerda su infancia en un pueblo que lo único que tenía era una estación de ferrocarril.
La relación con la madre, cariñosa y dueña de una sabiduría ancestral; la evocación del padre, un inmigrante poderoso cuya fortuna no para de crecer; y el preceptor, un joven encargado de educar al niño para cuando la familia se mude a Pringles, son los elementos que articulan un relato prodigioso y envolvente, donde Aira demuestra una vez más su inventiva, su talento para el misterio y, en no menor medida, que el humor es un efecto de la lógica (o el raciocinio) llevado al extremo. Letras torcidas. Un perfil de Mariana Callejas, de Juan Cristóbal Peña, tiene un nivel de investigación sorprendente y, sobre todo, un tono y un estilo únicos en la crónica latinoamericana. Sus maestros parecen provenir de la novela negra, tipo Chandler o Hammett, y su paisaje es un Chile opaco donde proliferan personajes no con doble, sino con triple fondo. Por la extrañeza que embarga a sus personajes y por esa violencia que nunca estalla, “Metempsicosis”, de Rey Rosa. Con él es imposible dejar de sentir que todo tambalea a nuestros pies.
Mejor que cualquier atisbo de certeza es una ilusión. *Álvaro Matus es editor de Revista Santiago y dirige la editorial Hueders. n “Escribe si vendrás” (Las Afueras), de Wisawa Szymborska y Kornel Filipowicz (cartas). n “Tu fantástico cuerpo” (Saposcat), de Pernille Engsig Eskilden y Jakob Brodersen.
Ilustraciones de Kamilla Wichmann. n “El libro de las preguntas” (Libre), de Pablo Neruda, ilustrado por Paloma Valdivia. n “Había una vez en América: panorama de la literatura infantil y juvenil en América” (Liberalia), de Manuel Peña Muñoz. n “Imposible decir adiós” (Random House), de Han Kang.
En “Escribe si vendrás” podemos acceder a ese tiempo mediante el maravilloso género epistolar de dos grandes escritores que fueron pareja por veinte años: la escritora polaca Wislawa Symborska, galardonada con el Premio Nobel, y el prosista, poeta y guionista Kornel Filipowicz. A pesar de que existen varios libros sobre el cuerpo humano, “Tu fantástico cuerpo” ofrece una mirada original que invita a ver el árbol familiar de los animales y contrastarlo con partes del cuerpo humano.
Se presentan muchas anécdotas de las extrañas partes de nuestro cuerpo que nutren la lectura y nos llevan a reflexionar, por ejemplo, sobre nuestra piel (“abrigo invisible”), sus colores, los pelos que crecen en ella; o también a experimentar e imaginar. La fabulosa versión ilustrada por Paloma Valdivia de “El libro de las preguntas” nos abre infinitas preguntas. Cada página nos regala ilustraciones minuciosas, vibrantes, donde hay una continuidad narrativa que apela al mundo interior de los niños y niñas. Libro de alta calidad estética que rescata la voz de Neruda hacia los niños ciudadanos del mundo. “Había una vez en América” refleja la riqueza de perspectivas, imaginarios y comprensiones de este extenso y serpenteante territorio llamado América. Su autor, Manuel Peña Muñoz, nos entrega un panorama actualizado de la literatura infantil y juvenil y la variedad de temáticas que interesan e inquietan a la sociedad de hoy, sin desconocer su pasado.
“Imposible decir adiós” es una Excelente novela sensorial cuyo mayor mérito reside en que su autora consigue traspasar la frescura y naturalidad de la trama a un lector que solo quiere saber más y más, al mismo tiempo que te invita a transformarte en cómplice compañera de sus atribulados días. Destila humanidad en mayúsculas: dolor y belleza se experimentan al mismo tiempo. *Constanza Mekis es presidenta de la Fundación PalabraAna Josefa SilvaCecilia PalmaÁlvaro MatusMaría José NaviaJoaquín Castillo VialConstanza Mekis.