Ética en tiempos difíciles
Ética en tiempos difíciles Hace pocos días se difundió la noticia de don Manuel Hernández, un trabajador de aseo y ornato de la comuna de La Pintana que deci dió devolver la suma de un millón quinientos mil pesos que encon: tró tirados en la calle.
Al conocerse esta situación, muchas personas comenzaron a discutir acaloradamente en redes sociales para deter minarsiel acto realizado por don Manuel era o no conveniente. ¿De: bería haberse quedado con el dinero?¿ 0 debería haber priorizado sus necesidades inmediatas por sobre el bien común? Lo más interesante esla lógica empleada por este señor, puessines perarnada a cambiose dirigió ala Policía de Investigaciones para devolver el dinero.
Gracias a esta acción se logró encontrar a su dueño, quien horas antes había vendido un vehícu: loen lascercanías del lugaren que don Manuel encontró el dinero. ¿Qué motivó a este trabajador a de volverlo que se encontró? ¿ Porqué ac tuarcon valorestan definidosentiem pos donde muy pocoslo harían? Don Manuel declaró: “Sentí que tenía que entregarlo.
A mi madre todos la que rían porlo mismo, por ahí viene el ejemplo”. Detrás de sus palabras podemos encontrar el sentido del deber que se transmite de generación en generación, o bien, el rigor que se en: cuentraalabase dela educación proveniente del hogaren la másticr na infancia. Enesta misma línea la figura de la madre se alza como la de un ser que da el ejemplo y fundamenta el sentido del bien sin ex cepción alguna.
El filósoto Immanuel Kantnos diría: "Obra de tal modo que uses ala humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempreal mismo tiempocomo fin y nuncasimplemente como medio”. Se trata de hacer el bien impulsados por un deseo superior. Actuar sin esperar nada a cambio y que solo nos inspire el no instrumentalizara los demás.
Ciertamente no todos serían capaces de actuar de ma: nera honesta por estos días, esevidente que muchos encontrarían jus. tificaciones más quesuficientes para quedarse con el dinero, yasea por motivos de extrema necesidad, obien señalando quesi alguienrecibió un dinero debería haberse preocupado un poco más porresguardarlo.
Una yotra vez volvemos al mismo punto: ¿ Qué hace que para algu: nosla honestidad sea un valor que no se negocia? Y ¿ Qué hace que pa: ! raotros la honestidad pueda venderse al primer postor? Citando al filósofo español José Ramón Ayllón, desde su texto Ética razonada: La oveja siempre temerá al lobo, y la ardilla siempre vivirá en las copas de los árboles. Sólo saben desempeñar, como cualquier otro animal, un papel necesariamente específico, invariablemente repetido porlos millones de individuosquecom: durante millo ponen la especie, quizá nesde años. El hombre, porel contrario, eligesupropio papel, loescribea sume: dida con los matices más propios y personales, y lo lleva a cabo con la misma libertad con quelo concibió: poreso pro gresa y tiene historia.
Visto un león, decía Gracián, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido”. No cabe duda de que el ejemplo de don Manuel Hernández consti tuye una esperanza en los tiempos que corren. Ética en tiempos difíciles, dignidad humana que traspasa todaslas fronteras. Valor y hones: tidad, dos aspectosen extinción por estos días, peroque prometen construirunasociedad ca da vez más humana. PATRICIO SCHWANER SALDÍAS Docente de Filosofía Magister en Educación Superior Don Manuel Hernández constituye una esperanza en los tiempos que corren. Ética en tiempos difíciles, dignidad humana que traspasa todas las fronteras. Valor y honestidad, dos aspectos en extinción. Opinión. Opinión