"Llegar a La Moneda no entrega tanto poder como algunos creían"
Alex von Baer 1 postdoctorado que el fundador del Frente Amplio Noam Titelman está realizando en el Observatorio de la Polarización de Sociedades de Mercado, del Instituto de Estudios Políticos de París, se centra en los efectos de la polarización en elecciones.
Con ese foco, el expresidente de la FEUC plantea que el desinterés por esta elección generó un “ambiente menos tenso” y por ende una elección sin “ganador y perdedor indiscutible”, pero aún así “hay algunas cosas que observar” tras el revés de la izquierda en alcaldes y concejales. “Fue una muy buena noche para Chile Vamos, en particular RN. Y se consolidó la candidatura presidencial de Matthei, porque no ocurrió una avalancha republicana. A Kastse le sobrepobla el espacio de derecha radical, el Partido Social Cristiano fue exitoso en rayarle la pintura, y si Kaiser en encuestas, se le complica una candidatura sin discutir con esa derecha.
Y por la centroizquierda, con un gobierno en 30%, la expectativa era una muy mala noche, y salen con un resultado suficiente: ni ganan ni pierden”, dice. —Claro, el oficialismo no fue arrollado, pero la derecha ganó en alcaldes y concejales. —En votos de concejales, fue una muy mala elección para el oficialismo; pero en porcentaje de población gobernada en alcaldes, una buena noche.
Más bien, el gran problema para el oficialismo, más que el resultado en votos, fue que no logró consolidar con claridad una candidatura presidencial, como sí ocurrió con la derecha. —¿Y cómo eso podría haber pasado? Porque a Tomás Vodanovic sí se le dieron las cosas en Maipú, a Orrego no tanto en primera vuelta, y Bachelet tendría que haber querido capitalizar.
Pero los 3 siguen “no disponibles”. —Buena pregunta, y me recuerda una entrevista de Mansuy hablando de la centroderecha: observaba una falta de hambre, que parecía que estaban dando por corrida la carrera, y me parece que en el oficialismo eso es aún más claro.
El problema que está teniendo hoy el oficialismo, más que una ausencia de potenciales candidatos, es una ausencia de candidatos dispuestos a serlo, que habla de un serio problema de hambre de llegar a La Moneda.
Si bien es transversal, es más notorio aún en el oficialismo. —¿ Y a qué atribuye esa falta de hambre? ¿ El FA ve que no le resultó bien la experiencia de gobernar, además de la crisis de seguridad, y que Matthei va arriba? sumas pensar que la próxima presidencial ya está corrida y, algo positivo: oficialismo y centroderecha tienen menos miedo del que declaran de que gane el adversario. Si punteara Kast habría mucho más disposición en el oficialismo.
Pero hay una razón más importante, transversal: si algo quedó en los políticos luego de estos últimos 15 años, es que parece que llegar a Noam Titelman FOTOGRAFÍA: FELIPE BAEZ A A A a a 4 “Llegar a La Moneda no entrega tanto poder Cree que tras las dificultades del Gobierno de Boric, “la izquierda tiene un problema serio de falta de hambre” para la presidencial. No tendrán candidato mientras no resuelvan “preguntas incómodas”, apunta. La Moneda no entrega tanto poder como algunos creían. Cuando la izquierda gana, alega que el empresariado no le permite sus reformas. Y cuando gana la derecha, alega que los movimientos sociales no se lo permiten. Estas dos críticas, por muy legítimas... es alegar porque el agua moje o el fuego queme; son las reglas del juego de la democracia liberal.
Entonces, llegar a La Moneda, para poder ser efectivo, implica hoy hacerse unas preguntas bastante incómodas, que quizás no están dispuesto:¿ Cómo aplica eso a los actuales inquilinos de La Moneda, el Frente Amplio? ¿ Hay un raciocinio de “pasar” para una siguiente elección, para no seg “quemando” el proyecto ante una posible dura derrota? —Pasan dos cosas: Uno, las coaliciones exitosas son las que permiten que ningún partido imponga su candidato.
Y dos, si se hiciera el trabajo de responder algunas preguntas difíciles: una discusión sobre la relación con el mundo empresarial que va a tener un nuevo gobierno de esta coalición, una capacidad de generar puentes de verdad, con contenido de reformas y no palabras bonitas, y convencer a esa élite económica de que pueden presentar reformas que puedan generar crecimiento y cambio gradual. Es un error pensar “es problema de ellos”. Y lo otro es el problema de la gestión y una reforma del Estado. Este es el momento para hapreguntas incómodas, entre las municipales y presidenciales, pues gobernando hay una presión de patearlas y descersee: pués de no entorpecer la campaña. Pero no soy muy optimista; es un déficit que acarrea el Frente Amplio.
“Bachelet es el único puente entre el PC, FA y ex Concertación” —Tras los resultados, usted dijo que no veía “esperanza de crecimiento en el futuro cercano” al oficialismo. ¿Eso no cambia mientras no se resuelva el nombre?—Una candidatura puede ser competitiva sin responder a estas preguntas, pero no puede gobernar exitosamente si no las resolvió. Hay un 30% que mantiene identificación con el Presidente, relativamente sólido a las crisis. Y con un 30% no alcanza para gobernar para todos, para ser una mayoría; pero sí puede serun capital cuando el único objetivo es generar una bancada parlamentaria.
Y lo que me temo mucho es que la ausencia de un liderazgo presidencial competitivo mueva el foco a la parlamentaria, que si los candidatos a diputado o senador no lo ven, como en la derecha con Matthei, la discusión se enclaustre en la que permita garantizar ese 30% y no aspirar al 50%. Por eso, para esa coalición, tener un candidato es urgente.
Si aparece en varios meses, será tarde y al revés, él se va a acoplar a una discusión que ya va a estar siendo liderada por los candidatos a diputado. —Y en Bachelet, Vodanovic y Orrego, ¿ ves 3 negativas tajantes? —Es muy difícil saberlo. Me parece interesante la candidatura de Orrego. Fue muy interesante su discurso cuando gana. Quizás Orrego salió de la DC, pero la DC no ha salido de Orrego. Ese discurso de alguna manera levantó algo de esa cosmovisión DC: puede encarnar muy bien ese discurso de diálogo, apertura y también de gestión. Y hay un mundo que hace mucho viene reclamando la ausencia de ese centro político.
Y hoy tienen un liderazgo con votación. —Se complicó ante Francisco Orrego, y no aparece en encuestas. ¿Puede hacer un quiebre? —El oficialismo necesita una primaria con candidatos capaces de vertebrar posiciones que existen en la sociedad, no solo de papel.
Los nombres van a aparecer en la medida que respondan a esas 3 preguntas —cómo se afronta la delincuencia y crimen organizado, cómo generar mayorías cuando estamos polarizados y desencantados, y una gestión eficiente—, y para eso es difícil que un solo candidato sea suficiente. —Vodanovic aparece en ascenso, pilló a Bachelet en encuestas, ¿es oportuno que se lance? —Antes de nombres, yo preguntaría de qué se trata la elección actual.
Vodanovic, ¿ cómo responde a este momento de hoy, a esas tres prioridades? La respuesta es muy difícil que no salga de otra cosa que de un debate de primarias. —+¿ Y puede hacer click con la deCuando la izquierda gana, alega que el empresariado no le permite sus reformas. Debe dar una discusión sobre la relación con el mundo empresarial, para generar puentes de verdad”. Orrego salió de la DC, pero la DC no ha salido de Orrego.
El puede encarnar muy bien ese discurso de diálogo, apertura, y gestión”. Manda de seguridad? Ha tenido hitos ahí, pero en campaña podrían cargarle la gestión del Gobierno, y reflotar las dudas por un Presidente joven. —La ventaja de todo alcalde es que se les percibe alejados de la política contingente.
Pero los gallos se ven en la cancha, y cualquier candidatura del oficialismo una de las primeras preguntas que tiene que responder es cómo hacerse cargo de los éxitos, pero también de las cosas que no se pudieron hacer. —Y Bachelet, ¿sigue vigente, competitiva? ¿ O aparece solo por vacío de nombres? —Ella ha sido muy explícita en que no quiere ser candidata, y hay buenas razones para creerle.
Es el liderazgo más importante en el oficialismo, y va a jugar un rol fundamental en la posibilidad de generar una primaria y un debate fructífero, porque ha terminado siendo el único puente claro entre el PC, FA y ex Concertación. Uno de los desafíos, y lo ha hecho, es liderar desde la retaguardia, sin copar el espacio, permitiendo que emerjan otros. Pero ese espacio no se va a llenar solo si es que no hay hambre de ganar las próximas elecciones. Qué significaría si es que este Gobierno, del FA, le deja la posta a ella? —Lo positivo sería la expresión máxima de que se acabó la disputa generacional. Por otro lado, sería muy problemático, sería un síntoma de una incapacidad de generar recambio.
“El relato de la derecha hoy es nostálgico”—Usted decía que Matthei está “lejos de dominar la escena”, ¿qué problemas podría tener? —Su desafío es discutir en serio este concepto un poco manoseado: el relato en serio, que no es solo marketing cómo se presenta lo que ofrece la candidatura, crecimiento, seguridad, sino estas preguntas difíciles de cómo este gobierno de centroderecha, de ganar, no sufre la misma suerte que los 2 anteriores, donde no hubo manera exitosa de hacerse cargo de los movimientos sociales. Un error que cometió la derecha fue ningunear muy rápidamente el estudio del PNUD.
El relato de la derecha hoy es nostálgico y entiende que hay que volver a retomar la trayectoria que teníamos antes del 18-O: un relato muy parecido, y electoralmente exitoso, no niego eso, al segundo gobierno de Piñera, donde el gobierno de la Nueva Mayoría era un paréntesis. —Quizás por eso es difícil que salgan de ahí, y que el oficialismo les dé vuelta el relato. —Es que al mismo tiempo, el PNUD muestra que la seguridad es un problema para el actual oficialismo, porque son los apuntados hoy porque la preocupación por orden y seguridad se come toda la discusión con justicia. Solo 7% de la gente es nostálgica y cree que la solución sería volver al pasado: 75% quiere cambios profundos, y 44% que sean graduales.
Entonces, izquierda y derecha cometerían un muy grave error si descartan de cuajo el diálogo con los sectores que más les cuesta dialogar, con los movimientos sociales, en caso dela centroderecha, pero hoy está asediada por una derecha radical que la moverá a posiciones menos dialogantes. —Johannes Kaiser subió, ¿puede ser un factor disruptivo solo en la derecha o en general, producto de un mensaje más atípico? —Él tiene muy pocas probabilidades de realmente llegar a ganar una elección, pero sí creo que puede ser muy efectivo en movilizar e imponer el tono del discurso, en naturalizar un discurso más agresivo, muy común en las redes sociales, en Youtube. Desordena a Kast.
Monsalve: “Daño innegable” al relato FA —En el caso Monsalve, ¿cuán fuerte fue el golpe al relato feminista con que Boric y el FA llegaron a La Moneda, por la tardanza de 48 horas en removerlo? —Es muy difícil saberlo, veremos el impacto electoral. Pero hubo un daño innegable. Y la reflexión, pensando en la candidatura, tiene que ver con llevar ese adjetivo de feminista a conducir en el gobierno.
Es muy distinto hacerlo en la oposición. —¿Fue solo no saber manejar las cosas al no estar en el Gobierno? ¿ O hay un problema de una vara distinta para los propios? —Una autocrítica, habiendo sido parte de la formación del FA, es que la crítica no es solo problema de quienes están en el poder en un momento dado.
Más allá de la moralización, que una política sea exitosa, la política feminista, pero también las de crecimiento, salud, seguridad, tiene que pensarse en protocolos, en formas de funcionamiento y gestión. —Tú has dicho que “el acto más revolucionario es que un municipio saque la basura a tiempo, las luminarias funcionen adecuadamente”, o sea gestión. ¿Qué identidad le va a quedar al FA al salir del Gobierno, ahora que ya no se trataba solo de un relato para llegar a La Moneda sino que de concretar cosas que ellos mismos asumen como pendientes?—EL FA vivió un fenómeno parecido a la renovación socialista, que implica reconocer la importancia del mercado para generar crecimiento económico, de la gestión, la dificultad que significan las reformas, que no basta solo grandes ideas, sino que hay que pensar cómo se implementa en el funcionario de a pie que se encuentra con el vecino.
Esaidentidad socialista queda, y se supera su anclaje generacional. —¿Y a qué atribuyes que finalmente ninguno de sus ministros y subsecretarios haya salido al Congreso? Mayol eriticó que “el objetivo de este gobierno era pasar de curso”. —Es un síntoma de lo difícil que está siendo gobernar.