Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades”
Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” Kathe rinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” LLEGÓ A PARÍS COMO LA FAVORITA DEL SELECCIONADO PARALÍMPICO CHILENO PARA ALCANZAR EL ORO, PERO LA CANOISTA PREFIRIÓ QUE EL RESULTADO HABLARA ANTES QUE LAS EXPECTATIVAS.
CUATRO MESES DESPUÉS DE SU HAZAÑA, KATHERINNE WOLLERMANN COMENTA QUE QUEDA MUCHO POR HACER POR LOS ATLETAS PARALÍM PICOS Y DICE: “NO SE PUEDE COMPARAR LA CANTIDAD DE GENTE QUE FUE A SALUDAR A LOS MEDALLISTAS OLÍMPICOS A LA MONEDA CON LOS QUE ESTUVIERON CUANDO FUIMOS NOSOTROS”. POR Juan Luis Salinas T. FOTOGRAFÍAS: Felipe Ignacio González. ORO EN LOS JUEGOS PARALÍMPICOS 2024: otras opciones se barajaron. Ella los recuerda: melanoma, porfiria y cáncer. Estuvo en la UCI, luego fue trasladada a una sala común, donde sufrió un infarto y la ingresaron a la UTI. Entonces ya no sentía sus piernas y gradualmente comenzó a perder el control de su cuerpo. En agosto dejó el hospital en silla de ruedas sin un diagnóstico diagnóstico claro. Me dieron el alta, porque dijeron que no había nada más que hacer dice Katherinne Wollermarm. Volvió a la casa familiar en Chiguayante. Su madre organizó un bingo para reunir dinero para consultar un especialista en Santiago. A mediados de septiembre de ese año llegó al Hospital Clínico de la Universidad Católica, la internaron durante una semana para hacerle exámenes y fue evaluada por un equipo de 12 neurólogos. El diagnóstico: diagnóstico: una mielitis transversa infecciosa no tratada, una inflamación de la médula espinal que interrumpe las conexiones conexiones nerviosas con el resto del cuerpo, impidiéndole impidiéndole caminar. Ahí supe que estaría en una silla de ruedas por el resto de mi vida. Sobrevino una etapa de depresión. Le tomó unos meses salir de su casa. Fue dificil. No quería relacionarme con el resto de la gente, porque sentía que daba pena. Yo era una joven atlética y fuerte, pero ya no era lo que fui. Cambió todo y me costaba entender entender mi nueva realidad, mi nuevo cuerpo.
En mi interior creía que cuando la gente me saludaba y decía: “Hola, Kathy, ¿cómo estás?”, que en realidad estaban pensando: “Qué pena lo que te pasó”. Eso no me ayudaba, y me creé como una reticencia. Me aislé. Esa barrera de protección como ella la llama la rompió gracias al apoyo de sus amigos más cercanos. Recuerdo que Camilo, un amigo, me dijo: “Basta, Kathy, de estar acá en la casa y no querer salir. Te vamos a sacar”. A los días me fueron a buscar en un camión y me llevaron a un concierto de Los Bunkers, que tocaban en el Estadio CAP de Talcahuano. Talcahuano. Cuando llegamos a la cancha estaba lleno. Yo sudaba helado y pedía que me sacaran de ahí. Ellos me repetían: “Kathy, estás con nosotros”. En la silla de ruedas estaba paralizada, pero ellos insistieron insistieron en que tenía que bailar... Fue increíble. Comprendí que podía seguir adelante, que podía hacer cosas de una forma distinta dice Katherinne Wollermann y agrega: Ahí empezó el cambio. El deporte fue transformándose en otro espacio importante importante en su camino de rehabilitación. Antes de llegar al remo, probó con la natación, el tenis de mesa, el básquetbol, el atletismo, entre otras disciplinas. La invitaron a participar en las paraolimpiadas de la Teletón que se realizaban en el estadio de la PDI en Santiago. Antes de salir les dije a todos que si me ganaba una medalla, me la traería en el cuello todo el camino de vuelta. Me traje seis medallas de oro a la casa: de natación relevo mixto, de atletismo, de básquetbol, básquetbol, de tenis de mesa son las que recuerdo.
Fue un cambio en la percepción que tenía de mi cuerpo, en mi forma de ver las cosas y hasta cómo enfrentar el día a día, porque todo era como un cambio constante y todavía lo es. Entonces ya había empezado a practicar canotaje. Partió entrenando, entrenando, unos meses después, con un instructor que conoció en la Teletón. Empezamos una rutina, primero una vez a la semana, después dos y así hasta que se convirtió en algo diario. Mi primer desafío fue subirme a la embarcación y mantenerme... Creo que me caí más de cien veces, muchas más. Después vino sostenerme en la embarcación, porque yo me subía y el agua lo hacía también. Era terrible. Katherinne Wollermann relata este proceso entre risas.
Cuando ya logré establecerme vino aprender aprender a dar la palada, que es como caminar, porque porque finalmente tú haces el movimiento para avanzar, pero en ese avance tienes que procurar que la pala se meta de tal forma para no caer con el peso en tu cuerpo. Ese fue otro mes que pasé en el agua repite con otra risa fuerte. Cuando pasé todo eso, vino aprender a direccionar.
Me decían: “Kathy, por la orilla”, pero yo me iba por el medio. ¿Y cuál es el riesgo de eso? Si uno se cae, tiene que dar vuelta el barco y ahí nadar como dos kilómetros más o menos para poder llegar a la orilla. Me pasó otras cien veces. Después todo ocurrió rápido. Empezaron las competencias. En abril de 2013 ganó el Campeonato Campeonato Sudamericano de la especialidad y clasificó para el Campeonato Mundial de Canotaje que se disputó en Duisburg, Alemania, en agosto agosto de ese año. Ahí se quedó con la sexta ubicación. En ese momento, comenta la deportista, se propuso llegar a sus primeros paralímpicos y comenzó a entrenar. Le comentó a su nuevo entrenador su propósito de clasificar para los Juegos de Río 2016. Pero, recuerda, no escuchó la respuesta que esperaba. “No, tú no vas a llegar porque no tienes condiciones, no tienes habilidades”, escuchó de su preparador.
Ella le retrucó: “Voy a lograrlo y si tú no quieres, voy a ir sola”. 1 1 __ A -4& 1/ / 1 Katherinne Wollermann logró el oro en una apretada carrera en la que venció a la ucraniana Maryna Mazhula ya la alemana Edina Müller.
La verdadera inclusión la genera el deporte, porque involucra participación social, inclusividad, mejoramiento de la vida saludable, acciones laborales”.. Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” Cuando Cuando Katherinne Wollermann escuchó la señal de llegada, llegada, paró de remar y se dejó caer con su kayak al agua. Aunque no tenía idea del resultado final, ya no soportaba los espasmos que la acompañaron durante los 200 metros de la prueba. Se entregó, como ella suele decir. En esos segundos, antes que una lancha llegara a buscarla, la deportista alzó un brazo para indicar a su enfermera, a su kinesiólogo (que también es su sparring) y a su madre que estaba bien. En el agua también realizó un gesto los tres dedos arriba para preguntar en qué lugar había llegado. Desde el muelle los tres levantaban solo el índice, a lo lejos escuchó una ovación y supo que había ganado la medalla de oro. Empecé a gritar desde la lancha. Todo fue rápido. Yo estaba en piloto automático en la carrera.
Incluso me costaba creerlo cuando me dijeron que había logrado su mejor tiempo y un récord a nivel mundial recordará meses después Katherinne Wollermann, quien el 8 de septiembre se coronó como la ganadora en los 200 metros KIJ del canotaje en los Juegos Paralímpicos de París 2024. La deportista chilena llegó a París como una de las favoritas.
Unos meses antes había ganado el oro en el Mundial de Paracanotaje de Hungría y arrastraba una cosecha de bronces: en 2019 obtuvo el tercer lugar en los Paralímpicos de Tokio y había logrado la misma ubicación en las copas mundiales de Polonia 2019 y Hungría 2021 Además, en el evento de prueba que se realizó el año pasado en Francia para probar las instalaciones en las que competiría, ya había ganado la medalla de oro. Pero la deportista prefería mantener la cautela. Yo no entreno pensando en el lugar, lo hago pensando en mejorar, mejorar, y cuando me presento, el resultado dirá cuánto puse de mí misma. misma. Trabajo día a día, me esfuerzo día a día.
Yo me enfoco en sentir, en avanzar... Era rumor que iba al oro, me lo decían en las entrevistas y era al oro, al oro, pero yo les decía: “Mantengamos las expectativas en calma, porque tenemos muchas variables; entonces, déjenme competir primero”. Esa mañana de domingo Wollermann arribó al estadio náutico Vaires-sur-Marne ubicado a 30 kilómetros de la Villa Paralímpica de Saint Denis tranquila y sin presiones. Cuando se preparaba para la competencia empezó a sentir espasmos. Como era algo que había experimentado en otras ocasiones tanto en competencias como en el entrenamiento, la deportista mantuvo La calma y confió en las capacidades. A las U30 de la mañana, cuando ya estaba con los remos en la línea de salida, el malestar aumentó.
El clonus (contracciones y relajaciones relajaciones musculares rítmicas e involuntarias) y la espasticidad (que se caracteriza por miisculos tensos y rígidos y que se incrementa con el esfuerzo físico) la acompañaron durante una carrera que se definió en los últimos 50 metros y la canoísta cumplió en 5195 segundos. La deportista compite en la categoría KLI, que implica impulsar el kayak usando los brazos, los hombros y la mitad superior del torso. Mientras remaba y avanzaba estaba concentrada solo en mi mundo.
Me repetía muchas frases que me ayudaban: lo bien que lo había hecho, dónde había llegado, todo por lo que había tenido que pasar, sufrir y padecer y tantas otras cosas... Para olvidar los espasmos, espasmos, me concentraba en los brazos, en la técnica y analizaba el vienEse vienEse mediodía, la deportista, desde el podio con su medalla reluciendo, reluciendo, miró a su madre, a su sparring y a su enfermera. Pensó en el camino que había recorrido y en su padre, quien murió hace cuatro años y que fue uno de sus principales impulsores. Estaba feliz, porque había pasado por tantos procesos tan dolorosos. dolorosos. Yo soy una persona que sabe sobreponerse frente a las situaciones, situaciones, aunque tenga que derrumbarse muchas veces. Han pasado cuatro meses desde ese momento y Katherinne Wollermann Wollermann viene llegando a su departamento en Concepción hace un año se independizó desde el Cesfam, donde está realizando su práctica profesional como terapeuta ocupacional. Temprano en la mañana entrenó en Laguna San Pedro. En enero viajará a Brasil para entrenar en So Bernardo do Campo, cerca de Sáo Paulo. En su mente están futuras competencias y los paralímpicos de Los Angeles 2028. Cuando recibí medalla me dije que daba lo mismo lo que había pasado, alcancé lo que quería, gané lo que por años busqué. Muchas veces me fue muy difícil por distintas variables, dificultades que vive toda persona también, pero se exacerban con la discapacidad. Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades. La vida de Katherinne Mary Angel Wollermann Zapata cambió radicalmente a los 19 años. Todo ocurrió el 12 de febrero de 2012. Entonces llegó acompañada de su madre Margot y Adolfo, su hermano mayor, al Hospital Regional de Concepción. Tenía fiebre y tos. La dejaron internada por una supuesta tuberculosis. Fue el comienzo comienzo de una larga hospitalización que se prolongó por seis meses y con diagnósticos clínicos que cambiaban a cada momento.
Varias to.. Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” Kathe rinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” LLEGÓ A PARÍS COMO LA FAVORITA DEL SELECCIONADO PARALÍMPICO CHILENO PARA ALCANZAR EL ORO, PERO LA CANOISTA PREFIRIÓ QUE EL RESULTADO HABLARA ANTES QUE LAS EXPECTATIVAS.
CUATRO MESES DESPUÉS DE SU HAZAÑA, KATHERINNE WOLLERMANN COMENTA QUE QUEDA MUCHO POR HACER POR LOS ATLETAS PARALÍM PICOS Y DICE: “NO SE PUEDE COMPARAR LA CANTIDAD DE GENTE QUE FUE A SALUDAR A LOS MEDALLISTAS OLÍMPICOS A LA MONEDA CON LOS QUE ESTUVIERON CUANDO FUIMOS NOSOTROS”. POR Juan Luis Salinas T. FOTOGRAFÍAS: Felipe Ignacio González. ORO EN LOS JUEGOS PARALÍMPICOS 2024: otras opciones se barajaron. Ella los recuerda: melanoma, porfiria y cáncer. Estuvo en la UCI, luego fue trasladada a una sala común, donde sufrió un infarto y la ingresaron a la UTI. Entonces ya no sentía sus piernas y gradualmente comenzó a perder el control de su cuerpo. En agosto dejó el hospital en silla de ruedas sin un diagnóstico diagnóstico claro. Me dieron el alta, porque dijeron que no había nada más que hacer dice Katherinne Wollermarm. Volvió a la casa familiar en Chiguayante. Su madre organizó un bingo para reunir dinero para consultar un especialista en Santiago. A mediados de septiembre de ese año llegó al Hospital Clínico de la Universidad Católica, la internaron durante una semana para hacerle exámenes y fue evaluada por un equipo de 12 neurólogos. El diagnóstico: diagnóstico: una mielitis transversa infecciosa no tratada, una inflamación de la médula espinal que interrumpe las conexiones conexiones nerviosas con el resto del cuerpo, impidiéndole impidiéndole caminar. Ahí supe que estaría en una silla de ruedas por el resto de mi vida. Sobrevino una etapa de depresión. Le tomó unos meses salir de su casa. Fue dificil. No quería relacionarme con el resto de la gente, porque sentía que daba pena. Yo era una joven atlética y fuerte, pero ya no era lo que fui. Cambió todo y me costaba entender entender mi nueva realidad, mi nuevo cuerpo.
En mi interior creía que cuando la gente me saludaba y decía: “Hola, Kathy, ¿cómo estás?”, que en realidad estaban pensando: “Qué pena lo que te pasó”. Eso no me ayudaba, y me creé como una reticencia. Me aislé. Esa barrera de protección como ella la llama la rompió gracias al apoyo de sus amigos más cercanos. Recuerdo que Camilo, un amigo, me dijo: “Basta, Kathy, de estar acá en la casa y no querer salir. Te vamos a sacar”. A los días me fueron a buscar en un camión y me llevaron a un concierto de Los Bunkers, que tocaban en el Estadio CAP de Talcahuano. Talcahuano. Cuando llegamos a la cancha estaba lleno. Yo sudaba helado y pedía que me sacaran de ahí. Ellos me repetían: “Kathy, estás con nosotros”. En la silla de ruedas estaba paralizada, pero ellos insistieron insistieron en que tenía que bailar... Fue increíble. Comprendí que podía seguir adelante, que podía hacer cosas de una forma distinta dice Katherinne Wollermann y agrega: Ahí empezó el cambio. El deporte fue transformándose en otro espacio importante importante en su camino de rehabilitación. Antes de llegar al remo, probó con la natación, el tenis de mesa, el básquetbol, el atletismo, entre otras disciplinas. La invitaron a participar en las paraolimpiadas de la Teletón que se realizaban en el estadio de la PDI en Santiago. Antes de salir les dije a todos que si me ganaba una medalla, me la traería en el cuello todo el camino de vuelta. Me traje seis medallas de oro a la casa: de natación relevo mixto, de atletismo, de básquetbol, básquetbol, de tenis de mesa son las que recuerdo.
Fue un cambio en la percepción que tenía de mi cuerpo, en mi forma de ver las cosas y hasta cómo enfrentar el día a día, porque todo era como un cambio constante y todavía lo es. Entonces ya había empezado a practicar canotaje. Partió entrenando, entrenando, unos meses después, con un instructor que conoció en la Teletón. Empezamos una rutina, primero una vez a la semana, después dos y así hasta que se convirtió en algo diario. Mi primer desafío fue subirme a la embarcación y mantenerme... Creo que me caí más de cien veces, muchas más. Después vino sostenerme en la embarcación, porque yo me subía y el agua lo hacía también. Era terrible. Katherinne Wollermann relata este proceso entre risas.
Cuando ya logré establecerme vino aprender aprender a dar la palada, que es como caminar, porque porque finalmente tú haces el movimiento para avanzar, pero en ese avance tienes que procurar que la pala se meta de tal forma para no caer con el peso en tu cuerpo. Ese fue otro mes que pasé en el agua repite con otra risa fuerte. Cuando pasé todo eso, vino aprender a direccionar.
Me decían: “Kathy, por la orilla”, pero yo me iba por el medio. ¿Y cuál es el riesgo de eso? Si uno se cae, tiene que dar vuelta el barco y ahí nadar como dos kilómetros más o menos para poder llegar a la orilla. Me pasó otras cien veces. Después todo ocurrió rápido. Empezaron las competencias. En abril de 2013 ganó el Campeonato Campeonato Sudamericano de la especialidad y clasificó para el Campeonato Mundial de Canotaje que se disputó en Duisburg, Alemania, en agosto agosto de ese año. Ahí se quedó con la sexta ubicación. En ese momento, comenta la deportista, se propuso llegar a sus primeros paralímpicos y comenzó a entrenar. Le comentó a su nuevo entrenador su propósito de clasificar para los Juegos de Río 2016. Pero, recuerda, no escuchó la respuesta que esperaba. “No, tú no vas a llegar porque no tienes condiciones, no tienes habilidades”, escuchó de su preparador.
Ella le retrucó: “Voy a lograrlo y si tú no quieres, voy a ir sola”. 1 1 __ A -4& 1/ / 1 Katherinne Wollermann logró el oro en una apretada carrera en la que venció a la ucraniana Maryna Mazhula ya la alemana Edina Müller.
La verdadera inclusión la genera el deporte, porque involucra participación social, inclusividad, mejoramiento de la vida saludable, acciones laborales”.. Katherinne Wollermann “Ojalá esta medalla ayude a que las personas crean en sus capacidades” Para sus primeros paralímpicos en Río de Janeiro, la deportista clasificó en segunda instancia y en la final quedó en cuarto lugar, a dos centésimas de la medallista de bronce. El entrenador fue con ella, porque, explica, no tenía otra opción. Pero en ese tiempo viajaba con mi mamá, ella era team leader del equipo. Aunque con ese entrenador llegó a Tokio 2019 y obtuvo un bronce paralímpico, las relaciones entre ambos ya estaban tensas. Yo entrenando sin él venía hace como cinco afios. Estaba entrenando entrenando con un sparring en Concepción, solo recibía los programas de entrenamientos de su parte.
Pero después del Mundial de Paracanotaje Paracanotaje de Hungría, en mayo, él no quiso ya mandarme más entrenamientos entrenamientos y no me acompañó a París dice la deportista y agrega: En estos juegos gané mucho, pero pasaron estas cosas entremedio... entremedio... Hubo varios conflictos. Pero no solo me ocurrió a mí. También los tuvieron varios deportistas que se separaron de los entrenadores. Pero ustedes trabajan con entrenadores preparados para paralímpicos... Debería ser así.
Pero en Chile, me atrevería a decir que todos los entrenadores que preparan a deportistas paralímpicos llegaron tras trabajar con atletas olímpicos y no tienen formación especial... vienen vienen del atletismo del convencional y les dicen: “Oye, tienes que entrenar entrenar a un paralímpico”, al principio se complican, pero aceptan y terminan haciendo lo mismo que hacen con cualquier atleta olímpico. olímpico. Es cierto que la experiencia la puede dar la práctica, pero existe la capacitación para paralímpicos, pero eso no ocurre en Chile. Falta educación en cuanto a las habilidades blandas, empatía al trabajar con un paralimpico en su condición de discapacidad, no verlos solo como personas vulnerables. Wollermann agrega: En París vi cómo otros países iban armados con entrenadores y equipos especializados; por ejemplo, en el canotaje los de Inglaterra tienen todo un sistema y tienen mucha investigación. Brasil igual... En Chile, reconozco que el Comité Paralímpico está y sigue haciendo harto para que esto vaya evolucionando, pero aún falta.
El mediodía del 23 de septiembre, Katherinne Wollermann junto con integrantes del Team que representó a Chile en los Juegos Paralímpicos París 2024 llegaron a La Moneda para reunirse con el Presidente Boric y el ministro del Deporte, Jaime Pizarro. La delegación delegación nacional fue la más grande que ha representado a nuestro país en una cita de este tipo y consiguió seis medallas: una de oro y cinco de bronce.
Tras recorrer el Palacio, los atletas entre los que estaban los representantes del parapowerlifting, Juan Carlos Garrido y Camila Camila Miranda, y las medallistas Katherinne Wollermann, Florencia Pérez y Marion Serrano saludaron desde uno de los balcones a las personas que se agruparon en la Plaza de la Constitución.
Fue muy emocionante y nos sentimos orgullosos, pero hay que decir que no había mucha gente fuera de La Moneda, en su mayoría eran familiares, gente de la Teletón y otros que iban caminando y se quedaron de curiosos. /,Le parece que las medallas de los olímpicos fueron mcís celebradas que las de los paralímpicos? Siento que si. La cobertura de los logros de los atletas olímpicos fue mayor que la cobertura a nivel paralímpico.
Tuvo más revuelo, pero no desde la comparación entre los deportistas, porque con la Fran Crovetto nos llevamos muy bien y nos respetamos mucho; creo que pasa por la recepción de la gente y de los medios... Yo reconozco que recibí harto amor y respeto de las autoridades. Pero no se puede comparar la cantidad de gente que fue a saludar a los medallistas olímpicos a La Moneda con los que estuvieron cuando fuimos nosotros... nosotros... en cosas así, lo noté. Pero es un problema de cómo la sociedad nos visibiliza. DUo en La Moneda: “Somos una sociedad en la que nadie estó lejos de poder adquirir una discapacidady el deporte es un mecanismo de inclusión real”. Yo creo firmemente en eso. La verdadera inclusión la genera el deporte, porque involucra participación social, inclusividad, mejoramiento mejoramiento de la vida saludable, acciones laborales, y especialmente porque te saca de un mundo y te inserta en otro. Además, da oportunidades, oportunidades, genera vínculos y abriendo un poco más el espacio también. Cómo ve el futuro del deporte paralímpico? Ha logrado validarse, pero aún queda mucho por hacer. A la gente le falta conocer acerca de las categorías y cómo funciona el nivel de competitividad. También es necesario mejorar la preparación preparación y el apoyo en infraestructura que permitan su buen desarrollo. Como dije, ojalá mi medalla ayude a tantas personas que no se atreven atreven a seguir luego de una discapacidad..