EDITORIAL: Trump en modo bróker
EDITORIAL: Trump en modo bróker n las últimas horas, la Casa Blanca ha anunciado que firmará un acuerdo con Ucrania para la explotación de recursos naturales, a cambio de inversiones y ayudas para la defensa militar.
Se trata de un giro un tanto sorprendente, luego que, apenas el fin de semana pasado, el presidente Donald Trump dijera que negociaría un acuerdo de paz sobre Ucrania exclusivamente con el líder ruso, Vladimir Putin, sin incluir en la mesa a sus aliados europeos ni alos propios ucranianos, y llamara "dictador" al presidente de ese país, Volodymir Zelensky.
En un principio, Trump había exigido originalmente una participación de 500 mil millones de dólares en las tierras raras y otros minerales de Ucrania a cambio de "recuperar el dinero" por la ayuda que ya ha proporcionado a Kyiv. Zelensky rechazó esa idea, diciendo que acceder a ella equivaldría a "vender" su país. Ahora, según fuentes que han tenido acceso al borrador de las negociaciones, ambos gobiernos establecerían un "fondo de inversión para la reconstrucción" gestionado de manera conjuntamente. El presidente estadounidense anunció también que Zelensky visitaría Washington este viernes, para firmar el acuerdo. Su hoeste viernes, para firmar el acuerdo. Su hoeste viernes, para firmar el acuerdo. Su hoeste viernes, para firmar el acuerdo. Su hoeste viernes, para firmar el acuerdo.
Su ho"Las relaciones entre países no pueden ser dibujadas ignorando la historia, los sentimientos nacionales y los equilibrios geopolíticos". mólogo ucraniano, más cauto, dijo que el acuerdo era solo un "marco" y que algunos asuntos clave todavía no habían sido definidos. Uno de los puntos más críticos se refiere a las «garantías de seguridad»a las que aspira Ucrania como parte del entendimiento. La principal, como es sabido, es la pretensión ucraniana de ingresar a la OTAN.
Con independencia de cómo concluya el episodio, la trama es elocuente respecto de la forma en que Trump entiende el orden mundial y la manera de configurarlo: como una simple transacción entre intereses de corto plazo, en su mayoría puramente económicos. No se trata de ser ingenuos: las relaciones entre países acostumbran ser cuestión de intereses. Pero también suelen haber compromisos de largo plazo, o incluso principios, que enriquecen o complementan aquella perspectiva. Sin embargo, como advierte el periodista y escritor Thomas mo advierte el periodista y escritor Thomas mo advierte el periodista y escritor Thomas L.
Friedman, tres veces ganador del Premio Pulitzer, esta vez «los valores fundamentales, los aliados y las verdades con las que siempre se pudo contar que Estados Unidos defendería ahora están todos en duda, o en venta. Trump no solo está pensando de manera innovadora.
Está pensando sin ningún tipo de criterio, sin ninguna fidelidad a la verdad o a las normas que animaron a Estados Unidos en el pasado». En la misma línea había advertido recientemente otro destacado columnista, Ezra Klein, a propósito delas frenéticas primeras semanas del nuevo jefe de la Casa Blanca: «Lo que Trump quiere que veas en toda esta actividad es autoridad.
Lo que realmente hay en toda esta actividad es caos. (-.. ) Se han convencido de que la velocidad y la fuerza son una estrategia en sí mismas, que son, en cierto sentido, un remplazo de una estrategia real». Dicha lógica ha resultado exitosa para Trump, primero en los negocios y ahora en la política. Es dudoso, sin embargo, de que las relaciones entre los países puedan ser dibujadas con el mismo molde, ignorando la historia, los sentimientos nacionales y los equilibrios geopolíticos. El ejemplo de la Conferencia de Versalles, las gravosas contribuciones que impuso a Alemania, y sus consecuencias apocalípticas, no debiera ser olvidado. ra ser olvidado. ra ser olvidado. ra ser olvidado. ra ser olvidado..