EDITORIAL: Alemania, a la medida de Trump
EDITORIAL: Alemania, a la medida de Trump a democracia cristiana (CDU/CSU), liderada por Friedrich Merz, ganó las elecciones de este domingo en Alemania, con el 28,5% de los votos, equivalentes a 208 delos 630 de los escaños del parlamento federal o Bundestag.
Ahora, la centroderecha conservadora se encamina a conformar un gobierno de coalición con la socialdemocracia (SPD), el partido del canciller saliente, Olaf Scholz, que quedó relegado al tercer lugar y perdió casi diez puntos respecto a los comicios de 2021.
El gran triunfador de la jornada fue sin duda el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), encabezado por la economista Alice Weidel, que duplicó su caudal respecto de hace cuatro años y se instaló como la segunda fuerza más votada, con el 20,5% de las preferencia: La elección también determinó un ascenso significativo de la izquierda anticapitalista (Die Linke), que hace cuatro años había quedado fuera del parlamento, y, por el contrario, la salida del FPD, de centroderecha liberal, que obtuvo 2,1 millones de votos, pero no logró superar el umbral del 5% y se quedó sin representación.
Más allá de las particularidades del li"A diferencia de lo que ocurrió en su primer periodo, el presidente estadounidense no tendrá en Alemania, ni tampoco en Francia, un contrapeso significativo". derazgo de Weidel, yla caracterización más precisa del AD en el mapa político, el resultado del domingo parece confirmar, como ha ocurrido en otros países de Europa --y, ciertamente, en Estados Unidosel desplazamiento de vastos sectores populares y de clase media, antiguos votantes de las diferentes versiones de la izquierda, hacia posiciones de extrema derecha, marcadas principalmente por el rechazo a la inmigración, pero también a valores tradicionales de la democracia liberal.
Un eventual regreso de la «gran coalición» de centro de la CDU y el SPD, como la que ha gobernado en periodos recientes (2013-2018 y 2018-2021), bajo el mandato de Ángela Merkel, podrá servir para garantizar cierta gobernabilidad en el parlamento.
Pero dicha alianza, desafiada como nunca desde ambos extremos, difícilmente será suficiente para resolver los principales nusuficiente para resolver los principales nusuficiente para resolver los principales nusuficiente para resolver los principales nudos de la política germana, como la inmigración, los impuestos o el manejo de la deuda pública. Y, probablemente, tampoco tendrá la fuerza suficiente para frenar la influencia que Donald Trump busca conseguir en la política europea. Los desafíos para Merz no sólo estarán en el frente interno.
También, y principalmente, en las negociaciones sobre la guerra en Ucrania y las relaciones con Estados Unidos, con la amenaza de un aumento en las tarifas aduaneras que sería un golpe para las exportaciones de Alemania, en particular del sector automotriz. Este nuevo orden de gobiernos fuertes, donde Putin vale más que Zelensky, no parece casualidad que tanto el vicepresidente estadounidense J.D. Vance como Elon Musk hayan sido explícitos en su respaldo a la campaña del AfD.
A diferencia de lo que ocurrió en su primer periodo, cuando se encontró con liderazgo indiscutido de Merkel, Trump no tendrá ahora en Alemania ni tampoco en Francia, gobiernos débiles y exigidos por una derecha agresiva --que simpatiza con él en su estilo y su desprecio de la ritualidad democráticaun contrapeso significativo. Y cabe notarlo, aunque parezca obvio, tampoco lo tendrá Vladimir Putin. tampoco lo tendrá Vladimir Putin. tampoco lo tendrá Vladimir Putin..