Autor: Francisco Javier Villegas Escritor y profesor
Una verdad cotidiana
Una verdad cotidiana OColumnaas personas no pueden perder el tiempo. El día a día es tan rápido que para algunos representa unesfuerzo difiil o una lucha permanente para conseguir los recursos. Almismo tiempo, las personas buscan incansablemente mejorar susituación porque, lisa y llanamente, está costando mucho llegar a fin de mes. Y en todo eso hay un sacrificio permanente y mucho endeudamiento porque la ciudad de Antofagasta está siendo una ciudad demasiada cara para vivir.
Y aunque estetexto no seaexactoni completo ensus ideas, laadquisición por un mejor pasar responde, querámoslo ono, aesa naturaleza propia queesla política, con sus autoridades, aunque dicen que la democracia sin actividad es una democraHasta ahora, por ejemplo, la historia dela ciudad, en ha años, dia vacía. los ha exhibido últimos vacios marcado un alejamiento en el modo de ver, sentir, idear o hacer ciudad. solo y ¿ Cómo se logra eso? El ciudadano local podrá decir que siente que ha perdido algo en este universo de desierto y mar.
La fuerza envolvente de que existen miles de recursos económicos en este territorio parece ser un espejismo que afecta la dimensión dela propia existencia: esaidea, pareciera, que es deuna magnitud tan poderosa quese ha transformado en una mentira implacable. Una idea que no es esotérica ni tampoco unasunto subliminal.
La ciudad, entonces, ha pasado sintransición aperspectivas envolventes: la metrópolino tiene unobjeto en profundidad, respecto de lo que quiereo anhela ni tampoco asume una atracción hacia donde apuntar y, pareciera, quennohay, todavía, alguien que consiga interpretar, conel cuidado y atención verosímiles, lo que reclamael “urbanitas” para vivir mejor en la ciudad. Elvaivén del vivir nos lleva a perturbarnos cuando nos preguntamos cómo podemos satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de esta comuna.
Alguien, por ahí, escribió conacierto, más allá de lasbreves palabras y sentido poético, que “la ciudad angustia; pero, también, libera”. Sin embargo, la prepotencia que se ha dado en los últimosaños en el cargo de alcalde hace pensar que esta urbe no se puede llenar deejes o acciones asociados al orden, a la arrogancia y ala sobreabundancia de actividades sin gracia como único foco.
Entonces, más allá de estas palabras, me pregunto ¿ cómo la cultura en la ciudad? se promocionará y difundirá el arte y ¿ Qué convenios estratégicos se establecerán desde el muni pio conel servicio SLEP paratrabajar por una mejoreducación comunal? ¿ Dequé forma mejorará el transporte y tránsito públicos? ¿ Cuándo sentiremos que las calles, dela ciudad, dejan sus baches y sus hoyos? ¿ Cuándo la construcción que acompa¿ Qué ñaa esas calles se trabajará con adecuada urbanización? acciones se promoverán para aquello que se denomina desarrollo comunitario y que tiene que incluir la construcción de viviendas sociales e infraestructuras sanitarias? ¿ Qué asuntos se realizarán en conjunto, desde el municipio, con las universidades locales en apoyo de acciones de interés común en el ámbito local? ¿ Habrá participación barrial y ciudadana para la elaboración del plan comunal de desarrollo? Asuntos que, por lo demás, necesitan de las ideas de la población para promover sus avances. Sin duda, las personas no pueden perder su tiempo. El día a día estan rápido, eirreversible, que para algunosrepresenta un esfuerzo difícil, una lucha permanente o un sueño esperanzador después de tantas postergaciones..