Estrategia del litio
Estrategia del litio El Gobierno anunció que en septiembre de 2025 estaría completamente operativa la estrategia del litio, con contratos de operación entregados y compromisos de empresas para fabricar baterías en Chile. Según Corfo, incluso se podría refinar el mineral producido en Argentina.
Mientras, los precios promedio del carbonato de litio han caído desde US$ 68.100 /ton en promedio en 2022 a US$ 12.999 /ton promedio en el último trimestre del año, y el sector se ve menos atractivo. Empresas de esta área en el mundo tienen pérdidas importantes y otras minas han paralizado su operación. Parte de la industria estima que los precios actuales se mantendrán en el futuro. litio han crecido así de 80 a 105 millones de toneladas entre 2020 y 2024.
En estas condiciones, el precio de largo plazo está dado por el costo total de una mina marginal, y esos costos no son elevados (en contraste con la gran minería del cobre, por ejemplo). Es por ello que las proyecciones apuntan a que los precios actuales se mantengan en promedio, aunque con fluctuaciones de corto y mediano plazo. Si no hubiera habido tanta oposición al desarrollo minero, podríamos haber aprovechado nuestros bajos costos de producción para expandir la explotación y obtener más recursos para el fisco. Pero esta oportunidad se perdió y en cambio la hizo suya Australia, que ahora dobla nuestra producción, aunque sus costos son mayores. El país perdió una oportunidad que sí La producción de litio nacional seguirá siendo rentable, porque los costos en los salares actuales son bajos. Pero los márgenes son menores, y eso explica que los recursos que el litio le aporta al fisco hayan caído.
En este escenario de menor atractivo, el Gobierno ha debiaprovechó Australia, la que hoy nos dobla en producción, pese a sus mayores costos. do ceder en sus exigencias y está en proceso de entregar nuevos contratos de operación en forma acelerada, lo que contrasta con los años perdidos por políticas erróneas complementadas con decisiones activistas de salas de la Corte Suprema.
Subyacen a ese retraso ciertas visiones que tienen una larga historia, pero que solo adquirieron el poder de afectar nuestras políticas públicas luego del estallido de 2019, cuando el gobierno de la época, muy debilitado, no pudo imponer su visión, ciertamente más realista, de este mercado. El primer error ha sido pensar que el litio llegaría a constituir una fuente de riqueza similar a lo que ha sido el petróleo para los países productores durante el último medio siglo. El problema al respecto es que este mineral está distribuido en muchas partes del mundo. Cuando sus precios y demanda eran bajos, casi todas las reservas eran pequeñas y se concentraban en pocos países de Norte y Sudamérica. Hoy, con mejores precios y más exploración, las reservas son mayores y mucho más distribuidas globalmente.
Los recursos potenciales de El segundo error conceptual es sacrificar la rentabilidad de las exportaciones de litio para promover una industria de baterías que no agrega valor, porque no está acompañada de los otros elementos que se requieren para tener un ecosistema sano de empresas relacionadas, y que tampoco generará externalidades relevantes. Incluso, más que simplemente no agregar valor, se arriesga destruirlo, pues el hecho de que un mineral se obtenga en un país no significa que ese país tenga ventajas en su procesamiento posterior. Más valiosas son las industrias de apoyo a los sectores exportadores (como hoy ocurre en el caso del salmón o la minería del cobre), las que luego se pueden transformar en exportadoras de valor agregado. Pero en este caso existe un ecosistema orgánico de empresas que aparecen en forma natural y no forzada. En definitiva, Chile ha desarrollado una estrategia defectuosa en materia de litio, mirando ejemplos de políticas industriales que han funcionado a medias-y en muchas ocasiones han fracasado incluso en países con mejores condiciones para ellas. Es el resultado de seguir los planteamientos de economistas heterodoxos, populares en algunos sectores de la nueva izquierda, pero ciertamente simplistas.