Autor: Yoal Díaz
Un llamado a la acción en su día”
Un llamado a la acción en su día” Opinión SEREMI de Medio Ambiente “La Tierra no es herencia de nuestros padres, sino préstamo de nuestros hijos: Un día para recordar que el planeta es nuestro único hogar. Cada 22 de abril, el Día de la Tierra se presenta como una pausa necesaria en medio del vértigo cotidiano. Es una jornada para mirar el planeta con otros ojos, esos que reconocen su belleza y fragilidad. Hoy, más que nunca, conmemorarlo se convierte en un acto urgente. La triple crisis planetaria cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación no es un discurso lejano: es una realidad que ya afecta nuestras vidas. Por eso, hablar de la Tierra no es un lujo, es una necesidad vital. Los números que duelen: El planeta en estado crítico. Los indicadores ambientales pintan un panorama alarmante: el calentamiento global supera 1.2C respecto a niveles preindustriales, el 75% de los ecosistemas terrestres están degradados y cada año desaparecen 10 millones de hectáreas de bosques. Sequías, incendios y fenómenos meteorológicos extremos son solo la punta del iceberg. Las sociedades más vulnerables sufren las peores consecuencias, evidenciando que la crisis ambiental es también una crisis de justicia social. El tiempo de actuar se agota, y cada decisión cuenta. Chile despierta, pero aún hay mucho camino por recorrer. En las últimas décadas, nuestro país ha avanzado con una batería de leyes y políticas públicas para enfrentar la emergencia climática: Ley Marco de Cambio Climático, Ley REP, Estrategia Nacional de Biodiversidad, entre otras. Desde el mundo privado también emergen iniciativas cada vez más alineadas con la sostenibilidad. Sin embargo, los desafíos son enormes: seguimos dependiendo fuertemente de los combustibles fósiles, la protección efectiva de los ecosistemas es débil, y aún falta transversalizar la educación ambiental. El compromiso debe profundizarse, con participación ciudadana y visión de largo plazo. Aysén: la Patagonia como promesa y esperanza. La región de Aysén tiene el potencial de convertirse en un modelo global de desarrollo sostenible. Con el 54% de su superficie bajo figuras de protección, su riqueza en glaciares, bosques y reservas de agua dulce la posicionan como un refugio climático estratégico. Proyectos como la implementación de energías renovables no convencionales y la planificación territorial participativa -como los impulsados desde la Seremi de Medio Ambientemuestran que es posible crecer respetando los límites naturales. Aysén no solo preserva; enseña al mundo cómo hacerlo. Cuidar la Tierra es también un compromiso de vida. Como geólogo, docente y servidor público, he aprendido a mirar el planeta desde muchas perspectivas: la del territorio que se transforma, la del aula que forma, la del Estado que gestiona. He explorado el subsuelo, enseñado a futuras generaciones, y hoy desde el servicio público contribuyo a construir políticas que velen por la protección ambiental. Llevo la convicción de que mi rol -cualquiera que seaserá siempre el de aportar a este desafío colectivo. Porque cuidar la Tierra es también cuidarnos entre nosotros. Y eso empieza con decisiones valientes, aquí y ahora..