Por qué los Presidentes suben en aprobación al final de su mandato como ocurre con Gabriel Boric
Por qué los Presidentes suben en aprobación al final de su mandato como ocurre con Gabriel Boric Consultora Tresquintos determinó que el mandatario tiene 34,2% de apoyo Por qué los Presidentes suben en aprobación al final de su mandato como ocurre con Gabriel Boric "Hoy lo menos relevante en la política es Boric porque ya pasó", advierte Kenneth Bunker. MeLIssa FORNO MeLIssa FORNO Boric ha aumentado levemente en 2,19% durante este último año de su mandato.
Así lo constata el Informe de Aprobación Presidencial de la consultora de investigación política Tresquintos, elaborado en julio, que sitúa su aprobación en 34,29%, mientras que la desaprobación llega al 56,20%, habiendo disminuido en aproximadamente 1,89% por mes.
Kenneth Bunker, cientista político y director de Tresquintos, precisa que estos datos corresponden a la evolución de los tres años de gobierno. "En el promedio mensual estimado, la aprobación está en 34,29%, que es una de las más altas de su gobierno". Sin embargo, aclara que "en general, es un gobierno que es poco popular y el Presidente también", declara.
Para realizar el análisis, consideraron alrededor de 1.600 encuestas elaboradas a partir de 1990 y, para estudiar el caso de Boric, trabajaron con más de 400 sondeos. "El gobierno siempre se mantuvo bajo el 30%, pero bordeando, que era la base dura de su electorado, muy política e ideológica, pero que lo acompañó constantemente. Se trata de personas con un enfoque y preferencias políticas muy particulares. Actualmente, el mandatario sube porque está perdiendo relevancia dentro del tablero político más amplio", acota Bunker. Este fenómeno ha ocurrido de manera similar en la mayoría de las pasadas administraciones, a excepción de Paricio Aylwin y Eduardo Frei. Los últimos gobiernos han exhibido un patrón de aprobación en forma de U: una alta aprobación inicial, un descenso durante la mitad de su mandato y, finalmente, un repunte hacia el término. Este incremento en la aprobación al finalizar su periodo se explica por el mayor interés de la ciudadanía en el futuro político, específicamente, en la carrera presidencial y las elecciones legislativas. Miguel Ángel Fernández, investigador de Faro UDD, precisa que "según la evidencia comparada en la historia de Chile y en otros países presidenciales, ocurre algo que se conoce como el rebote cíclico.
Los gobiernos parten con un periodo de luna de miel, donde tienen mayor aprobación, después muestran su verdadera cara, en el segundo y tercer año, y en el último se genera un incremento paulatino de los niveles de aprobación y una disminución de los de desaprobación". Para entender este fenómeno, es necesario considerar que, al no tener posibilidades de reelección, el mandatario en su último año de gestión tiende a alejarse de la contingencia, lo que desplaza las rencillas políticas hacia las figuras presidenciales con : aprobación del Presidente Gabriel "El 34,2% de aprobación de Gabriel Boric lo sitúa ligeramente por encima del promedio regional para mandatarios salientes en regímenes presidenciales", postula Marco oreno. oreno. oreno. aspiraciones.
Por ejemplo, los cuestionamientos por la tasa de desempleo femenino del 10% no se dirigen a la máxima autoridad del país, sino a quien aspira a sucederlo, en este caso, Jeannette Jara. "Esto le permite mostrar otro tipo de atributos", explica Fernández, "como el nacimiento de su hija, que le permitió generar una empatía distinta con un sector del electorado que no es totalmente contrario a su gestión, sino que lo ha ido desaprobando por problemas de seguridad o economía, entre otros", acota.
Marco Moreno, director del centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central, añade que "la mejora que muestra el Presidente está alineada con patrones que observamos en América Latina, en el que hay repuntes moderados que se dan en los términos de los gobiernos, especialmente, cuando el conflicto político está centrado en la disputa de los candidatos que aspiran a llegar a La Moneda". Inauguraciones Además, Fernández precisa que eventos contingentes, como inauguraciones o tos contingentes, como inauguraciones o el énfasis en el aumento de las pensiones, pueden generar incrementos temporales de respaldo en el último año de gestión, ya que la evaluación tiende a ser menos crítica al saberse que el mandato está concluyendo.
Bunker postula que, actualmente, la figura del Presidente Boric ha perdido importancia en el panorama político, debido a la percepción de que su gobierno ya no abordará los problemas cruciales. "Hoy lo menos relevante en la política es Boric porque ya pasó", advierte Bunker. "La ciudadanía cree que este gobierno no resolverá los problemas; si albergaba alguna esperanza, ya no la tiene y ve a Boric preocupado por otras cosas", sostiene.
Dado que la actual administración se encuentra en su fase final, las personas no la juzgan con la misma severidad que antaño. "Por ejemplo, el nacimiento de la hija del Presidente son eventos que, aunque particulares, también pudieron darle un empujón", declara Bunker. 'Con este gobierno, en particular, la gente siente que las cosas no se van a resolver", añade Bunker.
Moreno precisa que "el desgaste que tiene el mandatario y su administración es MAURICIO QUEZADA estructural, pero efectivamente se tiende a atenuar por efectos de contraste y cierre de obras simbólicas como la extensión del Metro.
No revierte la desaprobación mayoritaria, pero su mejora sugiere que ha evitado caer en el umbral más bajo, como le ocurrió a Sebastián Piñera o Iván Duque, en Colombia, que nunca la pudieron mejorar". La Teoría Hernán Campos, profesor de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, precisa que "típicamente, los presidentes, en último año, experimentan el fenómeno del pato cojo o lame duck.
La teoría que explica esta idea señala que la ciudadanía evalúa en retrospectiva el desempeño de los mandatarios, adoptando posturas menos radicales y, en algunos casos, premiando las decisiones y el manejo frente a situaciones complejas que enfrenta el gobierno de turno". Fernández añade que el fenómeno del pato de cojo postula que "la agenda, las intervenciones o los intentos del Presidente por presentar nuevas políticas públicas pierden relevancia para la ciudadanía, que ya está pensando en el próximo gobierno.
Nada puede favorecerlo tanto para superar los niveles de aprobación que tuvo al inicio de su gestión, pero pese a ello, sí puede tener eventos que le afecten, como polémicas públicas". Por otra parte, explica Campos, el respaldo de Boric ha sido consistente con su base de apoyo.
A pesar de haber enfrentado situaciones difíciles, como el contundente triunfo del Rechazo del primer proceso constitucional, la aplastante victoria del Partido Republicano en el segundo proceso constitucional, el caso Convenios, entre otras, el 30% que respalda al Presidente se mantuvo cautivo durante toda su administración. "Situación que, hoy en día, pocos mandatarios han logrado sostener", declara Campos. "Aunque falta menos de un año para que el Presidente Boric concluya su mandato, todo parece indicar que su aprobación se podría seguir incrementando en virtud de la construcción del legado de su gobierno y el tenor de la discusión presidencial que, a medida que se acerca la elección, se ha polarizado. Por último, su auspicioso futuro en la política lo proyecta como un potencial candidato presidencial para un nuevo periodo", afirma Campos. Para Moreno, existe una base dura de apoyo al gobierno, cercana al 30%, que ha sido irreductible durante los cuatro años de su administración.
Esto contrasta con otros mandatarios de América Latina, ya que se mantuvo firme a pesar de errores graves como el tema de los indultados o el caso Monsalve. "El 34,2% de aprobación de Gabriel Boric lo sitúa ligeramente por encima del promedio regional para mandatarios salientes en regímenes presidenciales, que oscila entre el 25% y el 35% en el último año. Se trata de un respaldo galvanizado que ya no se mueve", declara..