Autor: Mario Córdova
COLUMNAS DE OPINIÓN: Apoteosis de Bortolameolli
COLUMNAS DE OPINIÓN: Apoteosis de Bortolameolli os grandes orquestas bajo la misma [ecc de Paolo Bortolameolli, ofreciendo programas distintos en días muy cercanos, fue un hecho que marcó la última semana de junio. Coincidentemente, esa proeza artística también se dio en fechas anteriores del mismo mes, con otros conjuntos y directores. Héroes de la batuta.
La Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (FOJI) brindó una nueva jornada en la Sala CorpArtes, venciendo lo que fue una muy candente prueba de fuego, pues el repertorio abordado venía empapado de complejas fuerzas rítmicas y exponía una y otra vez a muchos miembros de la agrupación a pasajes solistas, en una desnudez sonora casi total. Discúlpese la analogía, al señalar las riendas de Bortolameolli se impusieron triunfantes, sacando y manejando un trote orquestal ejemplar, sin descuadre alguno. Esos solistas tan jóvenes ofrecieron un desfile de lucimientos a cuya cabeza estuvo ese Comentario de música Apoteosis de Bortolameolli El director recibió una explosiva y larguísima ovación. El movido programa también recibió la "Obertura Cubana" de Gershwin y el estreno en Chile del "Danzón N*8" de Márquez. Puro balanceo orquestal.
A las cuarenta y ocho horas (mediando la repetición de ese programa en Viña del Mar al día siguiente), Bortolameolli hizo valer por este año -ya era hora su título de DiPATRICIO CORTÉS CORTÉS incesante y preciso toque de tambor en el "Bolero" de Ravel.. .. Y ni hablar del arrebatador trío de percusionistas en la pieza de Jovan Zivkovic, con una sincronización de relojería. rector Principal Invitado de la Orquesta Filarmónica de Santiago.
El cargamento musical aquí fue más convencional y memusical aquí fue más convencional y menos agitado, aún cuando concluyó con la Sinfonía N* 7 de Beethoven, esa que alguna vez recibió el apodo de "Apoteosis de la Danza" por sus vigorosos movimientos finales. Un sosiego religioso muy bien logrado dio la partida a la jornada en el Preludio del "Lohengrin" wagneriano, que pronto devino en potente majestuosidad, para luego volver al intimismo. Tras una Sinfonía N* 38 "Praga" de Mozart, justa, acaso excedida en el tamaño orquestal y empuje sonoro, llegó esa Séptima. Al despliegue melódico y rítmico del comienzo, que tarda en llegar, la batuta sacó buen partido para revelarlo triunfante.
El segundo movimiento fue una isla tranquilizadora, pues luego irrumpió ese movedizo par, triunfante y vertiginoso, cuya calidad hizo presenciar la apoteosis de Bortolameolli como director en el Teatro Municipal de Santiago, recibiendo una explosiva y larguísima ovación, a la que se sumó el taconeo de los filarmónicos. se sumó el taconeo de los filarmónicos..