TRAS LOS OJOS: DEL LINCE
TRAS LOS OJOS: DEL LINCE Sin embargo, tal como explica un reciente artículo publicado en el diario El País, hoy esa cifra ha aumentado a más de 2.000 ejemplares, entre los que se cuentan 648 adultos.
En poco más de dos décadas, la recuperación del lince ibérico se convirtió en uno de los casos de conservación más exitosos de Europa: gracias al trabajo en conjunto de organismos estatales y conservacionistas, se logró que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la máxima autoridad científica en protección de especies, rebajara el grado de amenaza de este felino desde peligro de extinción a la categoría de vulnerable.
Un resultado esperanzador que se explica básicamente por el aumento de la población de conejos --su alimento predilecto--, la mejora de su hábitat, la reducción de la cacería, la cría en cautiverio y la posterior liberación de ejemplares del felino.
En su reciente viaje, Fernando Díaz fue testigo de esta increíble recuperación del lince, que pudo apreciar en una antigua finca llamada Peñalajo, cerca de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha, al sur de MaH ace unos años, Fernando Díaz entendió muy bien lo que significa tener ojos de lince.
Llevaba varios días recorriendo el Parque Nacional Doñana, en Andalucía, y hasta el momento su objetivo estaba lejos de cumplirse: había ido a ver a un lince ibérico --uno de los felinos más emblemáticos y amenazados de Europa, que históricamente ha habitado esa zona de España--, pero por más que se movía entre arbustos y matorrales y exploraba los caminos rurales entre lomajes solitarios, no había logrado encontrar a ninguno. Su vista, la de un simple ser humano, y no la de un felino extraordinario como el que buscaba, claramente le estaba jugando en contra.
Pero, en rigor, había otras razones de fondo: hasta hace unos años --ese viaje fue en 2018--, observar a un lince ibérico en su hábitat natural era prácticamente imposible. "Esta es una de esas especies que uno sueña con ver alguna vez en la vida, pero sabía que era difícil de observar: es súper sigiloso y tiene hábitats crepusculares", comenta ahora Díaz, reconocido observador de fauna chileno y fundador de la empresa Albatross Birding, que ha recorrido buena parte del mundo en busca de estos animales emblemáticos. "Unos amigos españoles nos habían dicho que fuéramos a ese lugar, y aparte habíamos visto registros en la plataforma iNaturalist sobre su presencia. Pero por más que recorrimos la zona e incluso acampamos en medio de fincas, no pudimos verlo". Sin embargo, Fernando Díaz no bajó los brazos ni la mirada.
Hace unas semanas, en un nuevo viaje a España, finalmente logró observar no solo a un lince ibérico, sino un grupo de siete individuos, caminando libres y tranquilos a pocos metros de sus ojos. "He tenido la suerte de ver a varios felinos, pumas, jaguares, leones y leopardos, pero este ha sido el más difícil", dice Díaz. "Así que, cuando lo vi por primera vez, se me cayeron las lágrimas". Lo dijo Nicolás Massú: nada es imposible. Pero para que sucedan las cosas, siempre se necesita un empujoncito. Y en este caso, tuvo que ver con un esfuerzo de conservación que comenzó de forma crítica, pero que dos décadas más tarde ya arroja sus primeros y esperanzadores resultados.
La recuperación Hace muy poco tiempo, el lince ibérico (Linx pardinus, un felino de tamaño medio, caracterizado por sus orejas puntiagudas, barba en el rostro, cola corta y patas traseras más desarrolladas que las delanteras) estuvo a punto de desaparecer.
La caza, la pérdida de su hábitat, la falta de alimento, distintas enfermedades y los atropellos en las carreteras provocaron que, en 2001, su población se redujera a 94 individuos, los que se repartían solo en dos poblaciones de Andalucía (Andujar y Doñana), en el sur de España. drid (ver mapa), que hoy se dedica al turismo de observación de fauna, aunque algunas siguen manteniendo sus actividades agrícolas, como cultivos de olivos y granos. "Estas siempre fueron áreas muy conocidas por la cacería de faisanes y conejos, un tema que es fuerte en España", explica Díaz. "Pero en un momento los propietarios se empezaron a cansar de esto y se dieron cuenta de que podían desarrollar un turismo vinculado a la conservación y la observación del lince ibérico". El programa de conservación y reintroducción de estos felinos, después de haber sido criados en cautiverio, ha tenido resultados notables: en esa finca, por ejemplo, se estableció una pareja de linces que hoy vive dentro de un granero, el cual está siendo monitoreado a través de cámaras. "De este modo, hoy se puede ver lo que están haciendo y saber cuándo salen de allí", explica Fernando Díaz, sobre un tipo de información que ha ayudado a hacer más certeras las observaciones en terreno. Esta pareja de linces no es la única, por cierto. En estas dos décadas, los linces liberados se han ido reproduciendo, y así han llegado nuevos individuos silvestres a poblar sectores diferentes.
Actualmente, aunque las amenazas continúan, las poblaciones de lince ibérico han aumentado y se concentran en sectores como los Montes de Toledo, la Sierra Morena Oriental y el Vale do Guadiana, en Portugal. "Cuando fui por primera vez en 2018, este tipo de fincas abiertas a visitantes no existían", dice Fernando Díaz, quien regresó ahora a esta zona motivado sobre todo por los registros que estaba viendo en Instagram, donde de pronto comenzó a publicarse una serie de imágenes y videos espectaculares del lince ibérico. Imágenes que él soñaba con hacer, pero que parecía una quimera.
La experiencia En finca Peñalajo, y en otras cercanas como Aprisco, ahora se está realizando una actividad que parecía impensable hace unos años: la observación de linces ibéricos desde hides o escondites especialmente diseñados para eso.
Se trata de pequeñas cabañas para unas 20 personas en su interior, con ventanales que ocultan la visión desde afuera y que están construidas frente a bebederos, los que atraen no solo a los linces sino también a distintas especies de mamíferos y aves. La idea es que los visitantes lleven su cámara y la instalen sobre trípodes para sacar fotografías a través de los ventanales transparentes.
Aunque se puede realizar durante todo el año, Fernando Díaz explica que es mejor intentarlo en el verano europeo pues, al hacer más calor y haber menos fuentes de agua, los animales son atraídos por estos bebederos donde los visitantes pueden observarlos a pocos metros de distancia, pero siempre desde dentro del escondite. Él estuvo allí en julio pasado.
La experiencia es coordinada por operadores locales como Photohides (WwsPhotoHides. com), que tienen la concesión de estos hides y trabajan en conjunto con los propietarios. "Yo me alojaba en un hotel de Ciudad Real y desde ahí salía hacia las fincas.
Una vez allí, a veces me encontraba con los mismos dueños y ellos me llevaban de hide en hide, que hay varios en distintos lugares de la finca". Díaz estuvo recorriendo la zona durante cinco días, en una rutina que contemplaba una visita temprano en la mañana a un sitio de observación, y otra en la tarde hacia otro.
Los visitantes se iban rotando y pasaban alrededor de cuatro horas en cada escondite. "Puede parecer aburrido tener que quedarse todo el tiempo dentro del hide, pero es una forma muy buena y segura para acercar la fauna a todo tipo de personas, incluso niños", explica Díaz. "Yo ahora estuve observando junto a una señora de 70 años que estaba sentada al lado mío con su equipo grande de fotografía.
Ella no iba a salir a caminar por el monte para buscar un lince". Pero lo mejor, asegura Díaz, es que a los linces y al resto de los animales se les podía observar actuando de forma muy natural, sin alterar su conducta. "Los linces llegan a tomar agua al menos una vez al día, y a veces se echaban a dormir la siesta ahí al lado del ventanal, porque no te ven", recuerda. "Ya al primer día pude ver a uno que se acercó a beber, y luego tuve otros encuentros: un grupo de dos hembras con cinco crías jugando, y también los vimos cazando conejos al frente nuestro. Esto antes no se podía hacer: había que salir a buscarlos en la naturaleza, lo que demanda mucho más esfuerzo, tiempo y recursos. Y las opciones de verlos eran mucho menores.
Por eso, para mí esta experiencia fue una oportunidad maravillosa". D Tras los ojos DEL LINCE La esperanzadora recuperación del lince ibérico --emblemático felino europeo que estuvo a punto de extinguirse hace 20 años-ha hecho que verlo en su hábitat natural hoy sea un sueño cada vez más posible. ¿Cómo se logró esto? POR Sebastián Montalva Wainer. FOTOS: Fernando Díaz. VIDA. En 2001, la población de linces ibéricos había disminuido a solo 94 individuos. Hoy hay más de dos mil. CLIC. Desde estos hides o escondites se puede observar y fotografiar tranquilamente al felino. NA T ALIA HERRERA IMÁN. En antiguas fincas como Peñalajo o Aprisco construyeron bebederos que atraen todo tipo de fauna. CAMBIO. LA UICN acaba de reducir el grado de amenaza del lince ibérico a "Vulnerable". FAUNA. Si bien el lince es la estrella, las aves también son parte de este entorno..