Autor: Bélgica Arizmendy Carilao
Columnas de Opinión: Sentirse seguro también es un derecho
Columnas de Opinión: Sentirse seguro también es un derecho La seguridad no es solo la ausencia de delitos, es también la tranquilidad de saber que nuestros espacios, como el hogar, el trabajo o la escuela, son entornos donde podemos desarrollarnos, convivir y crecer sin temor. Esta semana, ese principio fue vulnerado en nuestra ciudad.
El robo ocurrido el pasado miércoles 09 de abril en la Escuela Pedro Pablo Lemaitre no solo significó la pérdida de especies materiales, sino también se trató de una agresión a uno de los espacios más sensibles y esenciales de nuestra comunidad, una escuela pública! Donde se educan niñas y niños, donde trabajan docentes comprometidos, y donde cada día construyen vínculos, aprendizajes y también esperanzas. Se llevaron pertenencias personales del equipo docente y, lo que es más grave, la alimentación destinada a los estudiantes. Esto no solo es un delito contra bienes materiales, es una transgresión al derecho a aprender, a enseñar y a sentirse protegido. Como docente universitaria, no puedo sino hacer énfasis en lo fundamental que es la seguridad como base para cualquier proceso formativo, laboral o comunitario. No hay educación de calidad, ni trabajo digno, ni convivencia sana sin seguridad. Sentirse seguro es un derecho que debe garantizarse tanto a nivel institucional como comunitario. Nuestra ciudad ha sido históricamente percibida como un lugar tranquilo, con altos niveles de cohesión social y bajos índices de criminalidad en comparación al resto del país. Hecho que, con razón, nos enorgullece.
Sin embargo, hechos como este nos invitan a reflexionar: ¿ Estamos cuidando lo que construimos por años? ¿ Estamos atentos a las señales de alerta en nuestros barrios, nuestras instituciones, nuestros entornos más cercanos? Las escuelas no solo enseñan matemáticas o lenguaje, enseñan valores, promueven el respeto y el buen trato, y, sobre todo simbolizan el esfuerzo colectivo por un futuro mejor. Vulnerarlas no solo daña a quienes las habitan, sino a la comunidad entera.
Es necesario que como ciudadanía recuperemos el sentido de pertenencia con nuestros espacios públicos, la seguridad es un trabajo en conjunto, que involucra a las autoridades, sí, pero también a vecinos, familias, organizaciones y medios de comunicación. Desde este espacio, quiero expresar toda mi solidaridad con la comunidad educativa de la Escuela Pedro Pablo Lemaitre y, al mismo tiempo invitar a todos a no naturalizar estos hechos. A indignarnos, sí, pero también a actuar, a cuidar, a vigilar, a proteger lo que tanto cuesta construir. Punta Arenas, merece seguir siendo una ciudad segura, y para eso, necesitamos que nadie quede indiferente..