Dueña de la isla privada a la venta en Cochamó: “Uno se acostumbra a la desconexión”
Dueña de la isla privada a la venta en Cochamó: “Uno se acostumbra a la desconexión” FRANCISCA ORELLANA C C E isla Las Bandurrias es un C C E isla Las Bandurrias es un paraíso, un lugar mágico", dice la chilena francesa Cathy Berard (65 años), "pero es un espacio que requiere de mucho trabajo para mantenerla". Por eso decidió vender la propiedad.
Espera que le den tan buena vida como la que le dio su madre, Francoise Dutheil, por casi 30 años. "Me costó mucho tomar la decisión, lo conversamos con mi hermano que vive en Estados Unidos. Me sumé en los últimos 30 años al lugar, pero fue el proyecto personal de mi madre, donde ella vivió y fue feliz. Es paradisíaco, pero hay que poder vivir ahí. No es mi proyecto, trabajé por eso, pero no me veo viviendo en la isla", cuenta la también especialista en viajes de intereses especiales. Fundó la extinta agencia Open Travel donde ofrecía viajes y cabalgatas de hasta 12 días entre Chile y Argentina. Después de la pandemia decidió parar un poco y hacer un cambio a su vida para sentirse más liviana. Esa decisión incluyó poner a la venta la isla, ubicada en el lago Las Rocas, comuna de Cochamó, en la Región de los Lagos.
Son 5,09 hectáreas que se venden en 44.246 UF -unos $1.720.000.000 donde su madre construyó por su cuenta y con ayuda de trabajadores de la zona una casa de 167 metros cuadrados y una cabaña turística de dos pisos. La isla está a unos 150 metros del continente y a 15 minutos en lancha de la localidad más cercana, Llanada Grande, en el valle del Río Puelo, a 184 kilómetros de Puerto Montt. Berard explica que ser dueña de una isla parece ser algo glamoroso, pero detrás hay mucho sacrificio y dedicación. Su madre compró el terreno hace más de 30 años, gracias a una herencia familiar. Llegó a Chile desde Argentina y se maravilló con el sur, en particular con el valle del Río Puelo. La isla estaba en venta, pero no había muchos interesados. "A mi madre le gustaba estar un poquito fuera del sistema. Cuando mi abuelo murió, recibió la herencia y vivió de las rentas. Invirtió su dinero en Chile, pero obviamente eso no alcanzaba, por lo que después llegué yo para empezar un proyecto juntas de turismo de cabalgatas que no existía en el lugar. En todo ese circuito ella estaba incluida como un proveedor de servicio, lo que le ayudaba a sostenerse económicamente también", cuenta. Recuerda que ella partió acampando en el lugar para conocer el clima, después diseñó la casa y la construyó con ayuda de vecinos. Tenían que trasladar desde el inodoro, la tierra, las puertas, hasta las camas por bote. "Ella murió hace diez años, fue una de las pioneras en llegar a ese lugar cuando no había ni caminos.
Era su forma de vivir la vida y disfrutar de ese lugar", rememora Berard siguió con la rutina hasta la pandemia, después de estar Cathy Berard heredó la propiedad donde vivió su madre más de 30 años Dueña de la isla privada a la venta en Cochamó: "Uno se acostumbra a la desconexión" acostumbra a la desconexión" acostumbra a la desconexión" Francoise Dutheill (izq. ) y Cathy Berard en una antigua fotografía. Cathy Berard relata que ahora cuentan con una lancha para el traslado desde el continente. desde el continente.
La Isla Las Bandurrias tiene una casa de 167 metros cuadrados y Una cabaña para recibir turistas con diez habitaciones. "Te tienes que levantar temprano porque tienes que prender el fuego, si no, no tienes agua caliente para desayunar, para bañarte, para nada", cuenta sobre el día a día del lugar. día a día del lugar. dos años sin trabajar: "Decidí hacer un cambio de vida ya en mis 60 años. Es mucho trabajo mantener un lugar tan remoto. Cuando eres respetuoso de la naturaleza y quieres hacer las cosas bien, es un acarreo permanente de cosas.
Entrar, sacar en la lancha, sacar la basura, porque todo lo que se puede reciclar se saca de ahí". ¿Qué pensó cuando su mamá se fue a vivir a la isla? "Nunca critiqué nada, pero me parecieron asombrosos todos sus movimientos. Sus ganas de construir la casa. Sacaban los palos de abajo del agua para hacerla. Hizo los senderos, armó los jardines de la isla. Todo se hizo de a poco. Se tardó dos años en construir la casa porque no había motor, bencina ni luz, se iluminaba todo con vela". ¿Cómo se trasladan? "Tenemos una lancha. "Tenemos una lancha. "Tenemos una lancha. Primero teníamos un bote de madera que ahora lo pusimos sobre una roca como un homenaje, por todo lo que nos sirvió.
Lo trajeron desde Puerto Montt y demoró más de dos días en llegar hasta el lago". ¿Por qué no se quedó a vivir ahí? "Me gusta la naturaleza, pero tampoco me podía quedar porque necesitaba trabajar.
Y lo que se hizo en la isla no fue del día a la noche, de a poco fuimos comprando cosas". ¿Cuánto tiempo es el máximo que se ha quedado? "He estado viviendo dos meses, como mucho. Uno se acostumbra a la desconexión porque hay harto para entretenerse, mantener el jardín, arreglar los senderos del bosque, reparar cosas.
Mi madre se demoraba dos horas en regar el jardín y todo eso requiere de poda y mantención, abono". ¿Cómo es el día a día en la isla? "En realidad siempre hay cosas para hacer, te tienes que levantar temprano porque tienes que prender el fuego, si no, no tienes agua caliente para desayunar, para bañarte, para nada.
El fuego es muy importante en la casa, en verano sirve para tener agua caliente y en invierno para calefaccionar". ¿De dónde sacan el agua? "Se saca de las vertientes de enfrente (del continente) para que llegue a la casa.
Se tira una manguera negra que va desde la toma de agua, se baja hasta el lago, donde se amarra con pita o soga a las rocas para que no flote, y de ahí va hasta la orilla de la isla y sube hasta la casa donde tenemos estanques de agua. Fue pura nemos estanques de agua. Fue pura nemos estanques de agua.
Fue pura 2 Q ía] a Ú E Ó e ro) E picardía de los maestros que ayudaron a mi madre y funciona hasta ahora así, ha tenido algunas mejoras porque con las tormentas se han caído árboles que han roto el sistema o se tapa con las hojas". ¿Y la luz? "Con paneles solares de 12 volts que servían para prender las antiguas lámparas de auto, eso teníamos en la casa. Cuando falleció mi mamá, cambié todo el sistema eléctrico". ¿Cómo lo hace con la basura? "El plástico que no es reciclable, se lava, se seca, y se pone en botellas para hacer eco ladrillos. Todo lo que es reciclable, se junta en sacos y cada vez que voy me los llevo para Puerto Montt. Lo orgánico se hace compost para tener tierra para plantar porque la tierra no es muy fértil.
En este momento hay tomates, ajíes, papas, se logró gracias a una pareja del sector que está viviendo ahora ahí para cuidar". ¿Se ha metido gente a la isla? "No, la comunidad en general es muy respetuosa, muy educada, nadie va a meterse a tu casa.
Nosotros dejamos la puerta abierta, ahora está empezando a haber más movimiento porque está llegando gente a construir sus casas, pero nunca hemos tenido ningún problema de seguridad". ¿Quiénes le gustaría que fueran los nuevos dueños? "Lo que deseamos con todo nuestro cariño por la isla es que pueda venir alguien con nueva fuerza, que la quiera y respete la naturaleza. No me parece que sea un lugar para tener parcelación, se contaminaría el lago"..