Autor: FRANCISCA VARGAS RIVAS Directora Clínica Jurídica de Migrantes y Refugiados UDP
Amal y el dilema de la acogida
Señor Director: La marioneta que representa a una niña siria refugiada, Amal, llegó a Chile. "¡Bienvenida, Amal! ¡Aquí te recibimos con los brazos abiertos! ”, dijo la presentadora, y el público aplaudió. Qué valioso que el Festival Santiago a Mil comience con un mensaje de reconocimiento, compasión y protección a las personas refugiadas, en especial niñas y niños. Días después, una exalcaldesa propone centros de detención para migrantes, muros y dinamitas en las fronteras. En su planteamiento, compara la migración irregular —que en nuestro continente suele ser forzada por crisis de derechos humanos— con un exgrupo terrorista.
Esto ocurre en un contexto donde los discursos xenófobos y criminalizantes son frecuentes, donde las comunidades de acogida resuelven sus situaciones sin apoyo, y donde los sistemas de protección internacional están debilitados por malas prácticas y regulaciones. ¿Brazos abiertos o institucionalidad débil, muros y dinamitas? Ansiamos que Amal regrese a contar sobre el fin de la guerra, no que deba ser guiada a un centro de detención, advirtiéndole que tenga cuidado con dónde pisa.
Esperamos que Chile la reciba con los brazos abiertos, a ella y a quienes huyen de la violencia, con algo más que buenas intenciones en un festival: con una verdadera política de acogida que proteja sus derechos humanos.