UNA OBRA PARA REUNIR LOS FRAGMENTOS DE UN PADRE CON DEMENCIA
UNA OBRA PARA REUNIR LOS FRAGMENTOS DE UN PADRE CON DEMENCIA "Decidimos traerlo por fragmentos y de distintos modos", explica Ignacia sobre la marioneta que utiliza a imagen de su padre, que la mayoría del tiempo no tiene cabeza. HÉCTOR FLORES Además de Ignacia Agüero, que actúa de ella misma, participan cuatro actores más, garzones del restaurante, recreando un almuerzo que no pudo ser.
DANIEL CORVILLON N UNA OBRA PARA REUNIR LOS FRAGMENTOS DE UN PADRE CON DEMENCIA O ESTABA EN SUS PLANES QUE SUCEDIERA TODO ESTO, pero el deseo de la actriz Ignacia Agüero de "abordar lo inabordable" dio vida a esta obra. Ignacia Agüero McPherson (38) es actriz y académica de la Escuela de Teatro UC, es parte de la Compañía Limitada y de Teatro La Bataclana.
A mediados de 2021, su padre, Emilio Agüero Baeza (87), fue diagnosticado con demencia por cuerpos de Lewy, trastorno que da nombre a la obra "Cuerpo de Lewy" que estrena mañana sábado 28 en el Teatro del Puente. Eran tiempos de pandemia y ella pasaba intercaladamente tiempo en su casa y en la de sus padres. Él ya presentaba cierta sintomatología que lo había hecho acudir al neurólogo, aunque no era algo drástico: menos soltura para hablar, entendía menos lo que le decían.
Pero esa madrugada de junio, Ignacia escuchó un ruido fuerte, bajó y encontró a su padre en el suelo, con el cordón del teléfono enrollado al cuerpo, luchando por levantarse: --Pensé que tenía mucha fiebre, no le salía la voz llena. Susurraba.
Pero eso no cambió nunca, fue como ir a levantarlo y que ya fuera otra persona --dice Ignacia, y continúa: --Mi sensación global en relación a lo que pasó es que fue muy confuso y recibimos como familia poca ayuda y poca certeza. Se deshidrataba y le subía la presión y no podía caminar, se le doblaban las piernas. Era como una pesadilla. EL CUERPO DE LA DEMENCIA La demencia por cuerpos de Lewy es un trastorno neurodegenerativo que presenta alteraciones en el movimiento y alucinaciones visuales. Esa semana de la caída, Ignacia y su padre habían hablado de ir a almorzar juntos a un Tip y Tap, algo tradicional entre ellos. Pero los planes tuvieron que cancelarse. Ahora Emilio vive en una residencia de personas mayores para recibir los cuidados que requiere.
Con el diagnóstico en mano, las ganas de entender lo que estaba pasando con su padre llevaron a Ignacia a participar en un taller de la marionetista Catalina Bize, para hacer un "marote", una especie de marioneta, en la que eligió replicar a su padre. --En ese ejercicio de moldear la cabeza, sentí que entendía cómo pensaba, cómo miraba, el gesto de su cara. Grabé el proceso con mi celular y cuando vi la grabación, encontré que era súper interesante la acción de una persona moldeando a su padre. Eso me quedó dando vueltas, como "necesito hacer algo con esto" --dice.
Luego de confeccionar su marioneta, Ignacia Agüero comenzó a estudiar la demencia por cuerpos de Lewy y las formas de representarla. --Inicialmente mi deseo era encontrarle el cuerpo a la demencia, el cuerpo en un sentido escénico, cómo se materializa --dice. Por eso la obra fue llamada, en singular, "Cuerpo de Lewy". Y según explica Ignacia, es un intento de la hija de poder comunicarse con su padre, durante un almuerzo en un restaurante. Pero como su padre está fragmentado por su demencia, el ejercicio fue pensar cómo poder traerlo a este almuerzo ficcionado. --Finalmente decidimos traerlo por fragmentos y de distintos modos. El marote es una versión, de la que me interesa la imagen de este padre descabezado, o lejos de su cabeza. Hay otro elemento que es una cabeza de arcilla fresca, que luego se deforma.
Y también aparece mi padre a través del sonido, de la iluminación, de su diagnóstico a través de sus médicos --dice sobre la obra, que también utiliza grabaciones actuales de la voz de su padre, aunque nunca dice algo claro, sino más bien suena: está presente su voz. GARZONES Y CAÍDAS Además de Ignacia, que actúa de ella misma, participan cuatro actores más, garzones del restaurante: Carlos Briones, Melchor Pino, Juan Diego Bonilla y Martín Acuña. Utiliza la palabra performers para referirse a ellos, porque van asimilando ciertos roles de acuerdo a la necesidad de la escena.
El resultado es delirante, como cuando un actor encarna al padre un momento y los otros actores le van Ignacia Agüero escribe, dirige y protagoniza este montaje que creó para lidiar con el diagnóstico de su padre, utilizando una marioneta. Estrena mañana sábado 28 en el Teatro del Puente.
En palabras de la actriz: "Es un rito en sí mismo para poder aceptar lo ingobernable de su condición, que es igual de ingobernable que el acto creativo escénico". POR Josemaría Ruy-Pérez Jordán "CUERPO DE LEWY" La obra utiliza una marioneta fabricada por ella misma para replicar a su padre: "En ese ejercicio de moldear la cabeza, sentí que entendía cómo pensaba, cómo miraba, el gesto de su cara".. UNA OBRA PARA REUNIR LOS FRAGMENTOS DE UN PADRE CON DEMENCIA poniendo distintos repollos o “cerebros” “cerebros” en la cabeza: según el repollo que le pongan, él alucina con alguno de sus hijos. En el proceso creativo, el equipo estudió la demencia, particularmente particularmente la demencia por cuerpos de Lewy, lo que se complementó con reuniones con neurólogos. Desde el texto, Agüero quiso destacar las contradicciones contradicciones y los sinsabores de una enfermedad degenerativa: No quería que fuera algo romantizado. romantizado. Quería mostrar lo crudo que es, lo sucio, que también da miedo, es triste, da rabia. Algo central en la obra es la caída, momento que Ignacia ve como punto de inflexión en la enfermedad de su padre. Por eso, hay muchas cosas que caen.
Caigo yo, cae él, cae la mesa sobre la que comemos, caen los garzones, garzones, para tratar de instalar la caída como como un suceso muy relevante y que se relaciona con lo que aprendimos de la enfermedad.
Por ejemplo, los problemas problemas visoespaciales que tiene él: tal vez si es que iluminamos una mesa con una linterna, la sombra hace que la mesa crezca o se achique, que se pierdan pierdan las perspectivas.
Para una cabeza como la de mi papá, no se sabe que por un lado es una sombra y en el otro lado está la mesa real; entonces si se apoya en las sombras, se va a caer. Fuimos investigando cómo poder trasladar esos conceptos a algo que se pudiera ver en una sala de teatro explica. UN RITO MONSTRUOSO Yo creo que mi nombre es el más olvidado. A mí me dice la chiquitita. Todos los otros hijos tienen nombre dice Ignacia, única hija del segundo matrimonio de su padre, que tiene tres hijos mayores de su primer matrimonio. matrimonio.
Ella se declara una hija presente, presente, y confiesa haber sentido a veces una cierta decepción, una “micro lata”, lata”, al ir a ver a su padre, que la vea y no sepa quién es; o que la confunda con alguna de sus medias hermanas. : : _____________ “No quería que fuera algo romantizado.
Quería E mostrar lo crudo que es, lo sucio, que también da miedo, es triste, da 1 rabia”, dice Ignacia. :_ T$rr1! itd y.. flri 4:... :r. -, d. -r. 4-L --. :.. -::. e-; 4 --fi - 4.... 1 también hay un momento en mi proceso proceso de creación en que me pierdo, y me asusto porque estoy perdida, y empiezo empiezo a ver mucho lo que está pasando en el momento, lo que me va dando luces de cómo seguir. Dejo que todo entre y hago como un Frankenstein: pego esto con esto, pero las conexiones conexiones no las tengo claras al principio dice.
Y como una creación de Frankenstein, Frankenstein, también el marote durante durante casi toda la obra descabezado logra logra en un momento reunirse cuerpo y cabeza, lo que lo configura como padre padre por un momento: Y ahí converso con él, sobre la contradicción de a veces querer que me reconozca, pero también preferir que no y preferir que esté como ido y perdido, porque yo creo que de esa manera él sufre menos. Ignacia tenía la sensación de estar enfrentada a algo demasiado confuso y que no sabía abordar, que nada era ordenado. Su padre, un artista escondido escondido en el cuerpo de un ingeniero civil, civil, como dice ella, había perdido su humor, se alejó de sus amigos, no pudo pudo escribir más ni tocar la guitarra. Por eso, la obra tuvo la intención de querer abordar lo inabordable. El proceso de crearla, de ensayarla, de alguna alguna forma me permitió liberar esa necesidad de entender casi matemáticamente matemáticamente lo que estaba pasando y cómo cómo controlarlo.
Me permitió aceptar lo caótico y fue como un rito en sí mismo mismo para poder aceptar lo ingobernable ingobernable de su condición, que es igual de ingobernable ingobernable que el acto creativo escénico, escénico, dice. Si bien hay momentos en que, buscando algo, una música para la obra o haciendo la cabeza de arcilla, arcilla, se fisura algo en ella y le vienen penas, también es como una liberación. liberación.
Confiesa no haber sentido este este proceso como un padecimiento, aunque manifiesta su preocupación preocupación sobre la forma en que se abordan abordan las demencias en el país, y que los mismos médicos hablaban de lo poco que se enseña y se estudia la demencia: Como ya tienen una enfermedad degenerativa y progresiva, para qué gastar recursos en indagar más allá. Entonces también hay una necesidad mía de poder hablar de la demencia y de que la gente empiece a preguntar. Que la demencia se hable, se estudie y deje de ser algo tan dificil y confuso para las familias.
“El proceso de crearla, de ensayarla, ensayarla, de alguna alguna forma me permitió libePero este hecho, tal como muchos otros en su proceso de entender la enfermedad, enfermedad, alimentó la obra “Cuerpo de Lexy”. Tengo una hermana monja y mi papá me pregunta cómo está el convento. convento. Entonces lo que tiendo a hacer es que asumo los cuerpos. La otra vez estaba hablando y dije un garabato.
Me miróyme dijo “pero alas monjitas no les permiten decir garabatos”. Y yo dije “sí, pero ahora, papá, el convento está más modernizado”. Asumo las otras identidades; no estás hablando conmigo, me estás confundiendo con otra persona, pero si eso te da tranquilidad, tranquilidad, no hay ningún problema cuenta, y remarca que esta vivencia dio paso a la idea “delirante” de que su padre alucine con los distintos hijos. Mirar ese abismo, como la misma dramaturga lo nombra, le ha hecho reflexionar sobre cómo le motiva crear crear de forma “monstruosa”. Es meticuloso meticuloso en cierto aspecto el trabajo, porque hubo una investigación. Pero rar esa necesidad necesidad de entender entender casi matemáticamente matemáticamente lo que estaba pasando pasando y cómo controlarlo “, dice Ignacia Agüero..