CARTAS: CARTAS
CARTAS: CARTAS Inclusión en el verano Inclusión en el verano Señora Directora: Ha llegado el verano, con su clima cálido y días más largos. Los niños, niñas y jóvenes ya no están en el colegio, pero esta época de vacaciones sigue siendo una oportunidad para que aprendan de manera distinta: jugando, explorando y disfrutando. Sin embargo, cuando hablamos de actividades recreativas, debemos preguntarnos si estas oportunidades son realmente para todos. Las vacaciones suelen ser un desafío para todas las familias, y más para aquellas con estudiantes con necesidades educativas especiales. Muchos programas de verano no consideran la diversidad o neurodiversidad en sus propuestas, dejando sin mayores oportunidades a quienes requieren adaptaciones específicas para participar plenamente. Las actividades recreativas no solo son una forma de entretención, también son espacios de aprendizaje, socialización y desarrollo de habilidades socioemocionales. Por ello, es fundamental que estas incluyan estrategias para que todos puedan disfrutar y aprender. Por ejemplo, talleres de arte sensorial, deportes adaptados o excursiones con apoyo especializado, acciones que enriquecen a los participantes y además promueven la inclusión social. En Chile, aún falta avanzar hacia políticas públicas que impulsen programas de verano accesibles e inclusivos. Esto no solo beneficiará a estudiantes con necesidades especiales, sino que también contribuirá a sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de valorar y respetar la diversidad. Las vacaciones son para todos y la educación inclusiva no tiene temporada. Como sociedad, familias y profesores, tenemos la responsabilidad de abrir estos espacios y construir un verano que cuide y vele por todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país. Sin duda, este es un reto importante para abordar en época estival. época estival. Jessica Durán/Udla Jessica Durán/Udla Playas Playas Señora Directora: Las playas son uno de los rincones naturales que más disfrutamos en verano, pero lamentablemente, las cuidamos muy poco. Es común encontrar en la arena desechos como colillas de cigarro, latas, vidrios, plásticos y tapas de botella, entre otros. Estos residuos, tras un ciclo mareal diario, terminan en el fondo del mar, descomponiéndose en pequeñas partículas que hoy conocemos como microplásticos, uno de los contaminantes más invasivos para los seres humanos. Cabe recordar que, inclusive, se ha encontrado microplástico en la sangre humana. El impacto de estos desechos es devastador. Por ejemplo, una simple colilla de cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua y su efecto puede durar años en el ecosistema. Contienen sustancias tóxicas como nicotina, arsénico y plomo, altamente perjudiciales para la vida marina y para nuestra salud. Además, el escaso respeto por la vida marina es preocupante. Es común ver a niños jugando con estrellas de mar, cangrejos y moluscos, que luego quedan abandonados en la arena y terminan muriendo. Cuidar nuestras playas es una responsabilidad compartida. Un pequeño cambio en nuestros hábitos puede marcar la diferencia para preservar estos valiosos ecosistemas para las futuras generaciones. mas para las futuras generaciones. Pablo A. Oyarzún/Unab.