Autor: JUAN ANTONIO MUÑOZ H.
Notable estreno de una partitura olvidada
Primero que todo, aplaudir el regreso del Festival Internacional de Música Antigua (FIMA) de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), después de cuatro años de ausencia, motivados primero por el estallido social y luego por la pandemia.
Esta vuelta a la presencialidad, en una sala de tantos valores como el Aula Magna, se agradece profundamente, añadido el hecho de la desaparición de varias temporadas capitalinas de música de cámara y de música antigua.
El XVI Festival Internacional de Música Antigua (FIMA), que comenzó este lunes 25 de abril, se extenderá hasta el lunes 2 de mayo; en total serán seis conciertos, siempre a las 19:30 horas, con entrada gratuita.
En la inauguración del encuentro se pudo escuchar, en estreno absoluto en tiempos modernos, "Destinos vencen finezas", zarzuela barroca del compositor español Juan de Navas (1647-1709) con texto del escritor peruano Lorenzo de las Llamosas (c. 1665-c. 1705). En la interpretación en vivo intervinieron el conjunto Syntagma Musicum Usach (dirección de Franco Bonino) y el Coro Madrigalista Usach (dirección de Rodrigo Díaz), con una puesta en escena a cargo de Gonzalo Cuadra. Esta comedia dramática narra una alambicada historia para la que es necesario remontarse a la disputa de las diosas Minerva, Juno y Venus por la manzana que otorga el príncipe Paris a esta última. Pasando por la guerra de Troya y la huida de Eneas de la ciudad sitiada, la acción se desarrolla en Cartago, donde el héroe troyano encuentra a Dido, de quien se enamora.
Sin embargo, ni Eneas ni Dido comparecen en la obra con números vocales, sino que todo se concentra en las disputas divinas y terrenales entre Juno y Venus; la primera, furiosa porque Eneas logró escapar gracias al poder benéfico de Venus. En términos musicales, la obra presenta una sucesión de piezas a dos, tres y cuatro voces, más una a ocho voces, que se alternan con otras solistas. Hay fragmentos que responden a la forma del "villancico", con un estribillo y varias coplas; otras con carácter de ritornelo, y otras que tienen la dimensión del "lamento", tan propia del Barroco temprano.
Los instrumentos utilizados son violines (Hernán Muñoz, Oriana Silva, Jorge Marabolí), oboes barrocos (Juan Fundas, Diego Villela, David Pérez), fagot barroco (Franco Bonino), guitarra barroca (Rodrigo Díaz), tiorba (Gerardo Cavieres), clave (Jaime Carter), cello barroco (Paulina MühleWiehoff), clarin (Claudio Anaís), viola (Fabiola Paulsen) y viola d'amore (Sebastián Rojas). La puesta en escena consideró la división de la pieza en tres jornadas y una relación de los hechos involucrados en la trama.
Gonzalo Cuadra realizó esta tarea con simpatía y humor, en un escenario donde se encontraban todos los cantantes de manera casi permanente, ataviados de negro y con elementos que indicaban cuál era su rol en la historia.
Esto, en el marco del uso sencillo y efectivo de proyecciones multimedia para dar cuenta de los diversos lugares en que ocurre la acción (un templo, un palacio, un bosque). Fue notable la atmósfera sonora conseguida, gracias a la participación de un afiatado conjunto de músicos expertos en el repertorio.
En términos Vocales se trató de un trabajo muy cuidado de una partitura que, si bien incluye elementos estilísticos que se usaban en la época, no pone enormes exigencias a los cantantes ni en términos de rango vocal ni de adornos. Comprometidas con el desarrollo dramático y siempre atentas a las indicaciones musicales, las voces se aunaron a los instrumentistas en el logro final.
Destacaron especialmente las intervenciones de las tiples Carolina Muñoz, como Venus y Anarda (conmovedora en "iAy, ciego amor! iAy, dulce fuego! "), y Fanny Becerra, como Juno (vigorosa y altiva en "Al arma, al arma, rencores, guerra"). Completaron adecuadamente el elenco Valeria Severino (Cupido), Nedda Cifuentes (Mercurio), Claudio Contreras (Eolo), además de Elena Pérez (tiple), Solange Orellana (alto), Ricardo Gálvez (tenor) y Cristián Navarrete (tenor). Crítica de música FESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA ANTIGUA, USACH: