CARAS & CARÁTULAS
CARAS & CARÁTULAS Del aire al aire J faunescarvallo En su búsqueda de partituras para flauta, en distintos repositorios editoriales el músico Nicolás Faunes descubre un cuerpo de obras de cámara de quien fue uno de los compositores chilenos medulares en el siglo XX, el hombre que murió a los 100 años. Juan Orrego Salas (1919-2019) es un ineludible en la cronología de la música docta.
A menudo menudo se lo considera un eslabón en la composición, puesto que se sitúa en medio de dos épocas, justo en el paso desde una música mayormente vinculada a la tradición clásico romántica a la nueva era de las vanguardias.
En el disco «Monografía camerística en torno a la flauta», Faunes escarba en esa literatura tan especial que instala a la flauta en el centro del espacio, y luego la rodea de otros sonidos con total libertad. Orrego Salas es un autor que no se ponía límites y tomaba insumos diversos, los que cada obra requería en su momento. El aire circula por ahí desde la mecánica de la flauta, a través de estas piezas que no están conectadas unas con otras, puesto que fueron escritas en un tramo de 40 años.
Son sus dos «Sonata» (una con piano y otra con oboe, clavecín y contrabajo), su «Serenata» (con chelo), los «Divertimentos 1 y II» (con oboe y fagot), «Presencias» (con oboe, clarinete, clavecín, violín, viola y chelo); y la obra menos conocida de todas, «Gyrocantus» «Gyrocantus» (con clarinete, percusión, clavecín, celesta, violín y chelo). Todas ellas, capaces de dimensionar la belleza y la simpleza de la música de Juan Orrego Salas. Cristóbal Castillo El sonido y el instante surde! ser_ Nada más que 14 minutos de duración completan esta obra del saxofonista, compositor e improvisador Cristóbal Cristóbal Castillo.
Se trata de un ciclo de solos que el músico expuso de una manera programática, es decir, que tienen una función específica. «Música para 20 sonetos» es la narración paralela a la lectura de sonetos del poeta chileno Andrei Taiba Saca.
Tanto los poemas como las transcripciones transcripciones a la partitura de cada improvisación en el saxo tenor están en el libro «Bramidos». En el disco, por su lado, el saxofonista entrelaza cada momento desde la música y la mirada propia, que en su continuidad se nos aparece como un monólogo con distintos estados de ánimo.
Hoy residente en Nueva York, había tenido en Chile una historia muy diversa, con estudios y presencia en el saxofón saxofón clásico, aunque en su oficio de músico también derivó a trabajos en el campo del jazz como saxofonista alto, yen la música popular tocando el saxo barítono en orquestas.
Pero la autonomía como nombre propio y voz propia es evidente y absoluta aquí, con estas 20 micropiezas, de entre 35 y 58 segundos de extensión, enumeradas nada más que con ordinales romanos, y donde su expresividad como solista está en sintonía con la poética de lo reflexivo, lo instintivo, el silencio, el sonido y el instante. Todos los jardines del mundo paskurana “Agarrar mi mochila! y moverme a otra casa. / Camino observando ¡ recorriendo tanto! buscando un sitio! pa descansar descansar un rato.
En la canción «Nómade», Pascale Yates es decir, Paskurana rememora su pasado, define su presente y compromete su futuro: “nómade, no sedentaria”. Nacida en Santiago en 1997, se crío en Melipilla, pero vivió en países como Colombia y Paraguay.
Hoy es hija adoptiva de Valdivia, donde se inspiró para escribir canciones como esa «Nómade», «Nómade», una de las mejores en el disco «Parajes oníricos». Con guitarra folk en mano, especial para sus canciones introspectivas, o una eléctrica tipo Mustang, ideal para el rock y la sicodelia que ella explora, Paskurana arremete con un álbum de mayor elaboración que sus primeros discos EP Como cantautora contemporánea, ahora se rodea de una banda de impecable cometido en el disco y en el escenario, con sonido ajustado a una voz de timbre muy propio y que nunca falla, Sus canciones aparecen más literales que abstractas, abstractas, ingresando a espacios de la ecología, la conciencia medioambiental, el valor del suelo y la urgencia de vivir junto con la Tierra, no sobre ella. Y también brotan siempre la flora y sus universos, representados en forma de un jardín. O de muchos jardines.
Quizás inspirada por el formidable jardín alemán, que aún subsiste en casonas valdivianas, a través de canciones como «Las camelias», «Jardín psíquico», «En el jardín» y «Conciencia floral». Silvio Paredes El gato negro de la carnada ¡ musicadeparedes Formado en Artes Visuales en la Universidad Católica, durante los tiempos más feroses de la dictadura, Silvio Paredes devino a la música como integrante del grupo Electrodomésticos en los 80. También emprendió caminos personales incorporando sus ideas sobre el Arte al campo del sonido y sus narrativas siempre fuera de las fronteras.
Es, además, el pionero chileno en la investigación e interpretación del stick, ese cordófono posmoderno (inventado por el Iuthier californiano Emmett Chapman, a finales de los 60) que muchos auditores conocieron primero en manos de Tony Levin y de King Crimson. Paredes también organizó recordados encuentros encuentros de stick, en los que participaron la estadounidense Linda Cushman, el británico Jim Lampi, el francés Pascal Gutman o el argentino Guillermo Cides, entre otros.
Ahora regresa al espacio que le confiere el stick y sus diez cuerdas percutidas, como punto central de una música música de atmósferas nebulosas y ambientes casi irreales, donde no se logra identificar del todo qué sonidos estamos estamos escuchando. Su nuevo disco es «Raro», un concepto propio que viene a representar esos aspectos marginales de su obra y su propio lugar en la música actual: la rareza como resistencia a la normalidad.
NOMBRES PROPIOS_ Wilson Cuturrufo (1944-2024) Una vez, el fallecido trompetista trompetista Cristián Cuturrufo tomó esta melodía, le aumentó la velocidad, le puso un ritmo trepidante trepidante y la convirtió en un pequeño nuevo standard para el jazz chileno de época. Originalmente, Cncharrito» era una ión juvenil de bbs de los años 60, con una letra simple y divertida, escrita por su padre, el músico coquimbano Wilson Cuturrufo. Fue grabada por la orquesta Los Mascott, con la que se hizo conocido en ese ambiente musical del norte chico tan bullente en la época anterior al 73.
En noviembre pasado, víctima del alzheimer, Wilson Cuturrufo murió a los 80 años, como otro símbolo de la música coquimbana, un puerto dinámico y múltiple, que se nutrió de músicas en las que este acordeonista fue un protagonista: ritmos de foxtrot y swing, música afrocubana y, sobre sobre todo, cumbia.
Desde Playa Changa, lugar emblemático emblemático en Coquimbo, Wilson Cuturrufo fue el patriarca de la familia musical más reconocida allí, con sus hijos: el compositor Rodrigo, el baterista Marcelo, y el citado Cristián Cuturrufo (rey de la trompeta), como los más activos. I CARAS & CARÁTULAS_ Por_ Antonio Voland Nicolás Faunes Paskurana.