Autor: Marcelo Somarriva Q.
COLUMNAS DE OPINIÓN: El Club Depolo
COLUMNAS DE OPINIÓN: El Club Depolo Marcelo Somarriva O, ¡ a mayoría de las demandas que se escucharon en octubre del 2018 eran más o menos irresistibles o se formularon de tal manera que parecía difícil difícil estar en desacuerdo con ellas.
Olvide la invitación apocalíptica a quemarlo todo todo y la batalla con carabineros y escuche sólo los llamados de no más Sename, no más TAU, no más abusos, salud para las trans o liberar las aguas, entre tantísimos otros, y verá que es casi imposible oponerse. oponerse. Nadie puede querer más Sename o más TAO. Algo similar pasó cuando todo se volvió más político y salieron los no más MW y el fin de la constitución de la dictadura que no lo era. En esos días me acordé de la pregunta que hace Mark Fisher en Realismo capitalista”: capitalista”: qué pasa cuando convocas a una marcha y viene todo el mundo. Eso fue más o menos lo que ocurrió con la súper marcha del as de octubre. donde mifiones se reunieron a reclamar por todo lo que les parecía mal. Fisher habla de un anticapitalismo anticapitalismo performativo o declamatorio, que convive muy bien con lo que se supone pretende destruir.
Esta seda, para él, la lógica lógica de las manifestaciones donde se proclaman proclaman demandas de manera histérica sin la menor esperanza de que puedan cumplirse, ni plantear ima alternativa política política coherente capaz de solucionadas. Las consignas de hace cinco años tuvieron tuvieron algo milenarista, Se anunciaba el final de una era. Chile había despertado despertado y se pregonó la muerte del modelo neoliberal. Terminaba un periodo de abusos y llegaba otro mejor. mejor. Recuerdo haber escuchado escuchado a algunos místicos decir que se había abierto un portal, no sé si de la conciencia chilena o de la misma madre tierra. Los profesionales dedicados a la venta de humo supieron explotar estos momentos de fragilidad mental y ofrecieron sus explicaciones del fracaso de lo que terminaba y un tour guiado por el porvenir. Fueron muchos los que revolvieron las aguas del río intuyendo intuyendo ganancias seguras y algunos oportunistas oportunistas salieron a pescar con dinamita. Recuerdo haber ido manejando y escuchar en la radio a alguien hablando de la patria nueva y la patria vieja. Casi me fui contra un poste.
Luego averigüé que quien hablaba era Sebastián Depolo, el mismo que poco después esculpió esa frase inolvidable de “vamos a meterle inestabilidad al país porque vamos a hacer hacer transformaciones importantes” Ese era un gran lema para su patria nueva. Depolo. supongo, entonces se veía a sí mismo como un Manuel Rodríguez al galope, despertando a los pueblos.
Es una ironía bastante bastante cruel que esta patria patria nueva anunciada hace cinco años resultara resultara ser muchísimo más hueca que la famosa promesa de la “alegría “alegría ya vienes, el lema del regreso a la democracia, los atroces treinta años, que tanto se denostó en esos días. Hoy la mayoría cree que estamos peor. Los pocos que han mejorado son los que, como Depolo, descubrieron las comodidades comodidades del ejercicio del poder, y que ir a un cóctel en una embajada es también una forma de luchar. El Club Depolo “Los pocos que han mejorado son los que, como Depolo, descubrieron las comodidades del ejercicio del poder”..