Autor: Froilán Ramos Rodríguez
El terremoto de Chillán de 1939 en la historia
El terremoto de Chillán de 1939 en la historia OpiniónDepartamento de Historia y Geografía UCSCLa historia de Chile ha estado marcada por los terremotos.
A lo largo de su memoria escrita, el país ha sido sacudido y estremecido por diversos eventos físico-naturales, debido al encuentro de las placas del Pacífico y Sudamericana, lo ha contribuido también con su identidad como nación.
Uno de estos sismos con más huella en la historia chilena fue el Terremoto de Chillán del 24 de enero de 1939, con una magnitud estimada entre 7.8 y 8.3, y con un alcance desde Valparaíso hasta Temuco.
Aquel día de verano, pasadas las 23:30 horas, el suelo comenzó a moverse a lo largo del sur del país, con impactos importantes en la capital de Ñuble, así como en Concepción, Talcahuano, Tomé, Penco, entre otros. Luego del estruendo, miles de habitantes quedaron afectadas, cuya cifra exacta todavía hoy se desconoce, pero se estiman entre 20.000 a 30.000 personas. En medio de la destrucción de casas, los escombros y el polvo, yacía uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la Catedral de Chillán, que quedó severamente dañada. El Terremoto de Chillán de 1939 marcó varios hitos en la historia.
Uno de ellos, fue la cobertura mediática que tomó el acontecimiento sísmico a través de las comunicaciones de la época, como quedó plasmado en los diarios del país, como La Nación de Santiago, La Patria de Concepción, o La Discusión de Chillán, y que hoy en día se pueden consultar como un importante repositorio de información para estudiantes e investigadores. Igualmente, el escenario post-sismo de 1939 fue uno de los primeros en ser retratado a través de fotografías. Este registro fotográfico ha constituido una valiosa fuente visual para poder observar y dimensionar las proporciones del evento telúrico.
Por otra parte, la tecnología de la época permitió trasladarse relativamente rápido a la zona afectada al presidente Pedro Aguirre Cerda, quien visitó a la ciudad de Chillán el 27 de enero, tres días luego del sismo, y que incluso habló por una radio instalada en la Plaza de Armas al Palacio de La Moneda.
Asimismo, monseñor Jorge LarraínCotapos, que recién tenía dos meses de haber asumido como obispo de Chillán, tuvo un rol destacado en aquellos momentos de desasosiego, primero, en la contención emocional de la comunidad chillaneja ante la aflicción de las circunstancias, y el inicio de la reconstrucción del templo regional.
La historia muestra que después del terremoto que asoló la ciudad, vino un período de conmoción y reorganización, de un par de décadas, y que, durante la segunda mitad del siglo XX, Chillán recobró su crecimiento urbanístico.
Al sismo de 1939, le han seguido otros en el país, como el de mayo de 1960 o el febrero de 2010, con repercusiones importantes, pero el Chillán de 1939 dejó una honda huella en la sensibilidad local y nacional, y en lecciones de resiliencia para la posteridad.
Luego del terremoto de 1939, se creó la Corporación de Fomento (CORFO), para incentivar el desarrollo nacional, institución activa hasta el día de hoy, y se establecieron medidas estatales de regulaciones de construcciones, con fines prevención de riesgos sísmicos..