Autor: POR: JUAN DE LA CRUZ ANDRADE
COLUMNAS DE OPINIÓN: LICENCIAS DE FANTASÍA y la Farsa de los "Buenos Ciudadanos”
COLUMNAS DE OPINIÓN: LICENCIAS DE FANTASÍA y la Farsa de los "Buenos Ciudadanos” parece parece que en Chile descubrimos el agua tibia: la moral es un traje que muchos se ponen solo para las fotos.
El último escándalo de las licencias médicas falsas esas creativas obras de ficción usadas para justificar unas merecidas vacaciones en el caribe mirando la puesta de sol bajo una palmera no es más que el guión repetido de una telenovela que ya todos conocemos: “El país de la ética a la carta”. ¿Y quiénes son los protagonistas de este melodrama? Oh, el elenco habitual: políticos que se indignan selectivamente, funcionarios que juegan al “quién me descubre?”, y una sociedad que, entre el “yo no fui” y el “pero si todos lo hacen”, aplaude o mira pidiendo palomitas en lugar de cuentas claras. EL DOBLE ESTÁNDAR COMO DEPORTE NACIONAL Aquí, en esta larga y angosta feria de las vanidades, la moral es como el pronóstico del tiempo en Temuco: cambia según quién lo reporte. Las mismas autoridades que han sido investigados por dudosas transferencias, son los que exigen transparencia con el tono de un predicador evangélico. Mientras, en los servicios públicos, las omisiones son tan frecuentes como la lluvia en invierno: todos saben que están ahí, pero fingen que no las ven hasta que alguien se ahoga.
Y qué decir de esos buenos ciudadanos que se escandalizan frente a las cámaras pero, en privado, susurran: “Yo también hubiera tomado esos días libres ¿ La verdad incómoda? No es solo un problema de leyes flojas o fiscalización débil. Es un tema de cultura. De esa mentalidad de “el vivo vive del tonto” que celebra al que “se las arregla”, hasta que le toca a él ser el estafado. LAARAUCANÍA: UN MICROCOSMOS DE LA ENFERMEDAD NACIONAL Miremos aquí, en esta tierra de contrastes, donde la pobreza convive con desfalcos millonarios.
El caso Convenio no es una excepción: es el síntoma de un sistema que premia la astucia ilegal sobre la honestidad aburrida. ¿Y cómo reaccionamos? Con un “Aquí no pasó nada” más falso que una licencia médica para “estrés laboral” firmada por un médico que nunca te vio.
Mientras, en los colegios públicos, los niños aprenden matemáticas en aulas con goteras, porque los fondos para reparaciones se esfumaron en algún informe perdido. ¿Y después nos preguntamos por qué las nuevas generaciones repiten el ciclo? ¿ ALGUIEN TIENE UN ESPEJO? Antes de señalar solo a la clase política que, sin duda, es experta en el doble estándar, tal vez deberíamos preguntarnos: ¿ Cuántos han falsificado una firma? ¿ Cuántos han “arreglado” un permiso? ¿ Cuántos ríen los chistes del “que lo haga, mientras no me afecte”? La decadencia ética no empieza en La Moneda. Empieza en lo cotidiano. En la normalización de la picardía como “inteligencia”. En la idea de que ser honesto es ser “tonto”. Al final, este escándalo no es solo sobre licencias falsas.
Es sobre el Chile que preferimos ignorar: ese donde la corrupción no es solo de unos pocos pillos, sino el reflejo de una sociedad que aún no decide si quiere vivir en la ética o en el “ya, pero... ”. Y mientras no enfrentemos eso, seguiremos aplaudiendo a los mismos Artistas... hasta que nos toque pagar la función. EDUCACIÓN: LA ÚNICA VACUNA CONTRA LA CORRUPCIÓN Si queremos un Chile donde “la picardía” no sea sinónimo de “inteligencia”, hay que empezar por las aulas. No con más talleres de ética que nadie escucha, sino con ejemplos claros: que un niño entienda que un funcionario que roba no es “hábil”, es un delincuente. Que una sociedad que normaliza la mentira termina gobernada por mentirosos. Pero no. Seguiremos votando por los mismos “líderes” que nos fallaron, y repitiendo como mantra: “Así es Chile”. Hasta que, un día, el espejo nos devuelva una imagen tan grotesca que ya no podamos ignorarla. PD: Este columnista no necesita licencia médica. Le duele el alma, pero eso, queridos lectores, en Chile no tiene cura en el sistema público.. , ni en el privado. T LICENCIAS DE FANTASÍA y la Farsa de los “Buenos Ciudadanos” POR: JUAN DE LA CRUZ ANDRADE.