A los 80 años se fue un grande del arco: “El Loco” Hugo Orlando Gatti
A los 80 años se fue un grande del arco: “El Loco” Hugo Orlando Gatti Leyenda de Boca Juniors Hugo Orlando Gatti fue parte del equipo que le dio la primera Copa Libertadores a Boca Juniors en 1977. Alos 80 años, se fue Hugo Orlando Gatti, “El Loco”, quien se consideró un discípulo y un heredero del gran Amadeo Carrizo y forjó un estilo que quedó marcado para siempre. Fuentes del Ministerio de Salud de la Ciudad confirmaron a La Nación el fallecimiento de El Loco a las 17.09. “El hospital de Agudos I.
Pirovano lamenta comunicar que a esa hora falleció por falla multiorganica el señor Hugo Orlando Gatti, en compañía de su familiares cercanos”, reza el comunicado oficial firmado por el director del centro de salud, el doctor Hernán Filippo. El exdeportista llevaba dos meses internado en ese nosocomio por un cuadro de neumonía. Pasó sus últimos momentos junto a sus hijos Federico y Lucas, según supo este medio. Por aspecto e indumentaria tuvo una impronta juvenil, desfachatada e intrépida que no lo abandonó hasta sus últimos días. La melena, la misma que en su época de arquero se sujetaba con una vincha, adquirió un color cenizo ya entrado en la adultez. Las arrugas boicoteaban su modo juvenil de vestirse. Fue alguien que le quitó solemnidad y almidón al puesto de arquero.
Ese aire picaresco y desprejuiciado no le impidió ejercer el oficio con la seriedad profesional de alguien que tiene el récord de partidos disputados en primera división, con 765, a lo largo de 25 años (1962/88), entre Atlanta, River, Gimnasia y Esgrima La Plata, Unión y Boca. También posee la plusmarca de penales atajados entre los arqueros argentinos, con 26, ninguno más trascendente que el que le desvió a Vanderlei (Cruzeiro) y le dio a Boca su primera Copa Libertadores, en 1977. Una carrera íntegra en la Argentina como pasajero de una época en la que el negocio del fútbol no había derivado en el unicornio de las ventas al exterior. Y entre los pocos que emigraban, apenas si había arqueros. Cuando le preguntaban por la receta de su vigencia, respondía: “Yo hice algo: atajé, me cuidé y sigo amando al fútbol como el primer día, pero el que decidió lo fundamental fue Dios.
Sin la ayuda del que está arriba, nada hubiera sido posible”. Vaya si amaba al fútbol: atajó hasta los 44 años.. Considerado uno de los mejores arqueros del balompié argentino, marcó una época por su forma de atajar, vestir y declarar.