Resiliencia: la palabra que debería definir la próxima presidencia
Resiliencia: la palabra que debería definir la próxima presidencia DINOS QUE PIENSAS ! opinion@estrellaarica.cl @EstrelladeArica f La Estrella de Arica En un año en que Chile definira a su próximo presidente, la conversación pública no puede seguir omitiendo una pregunta esencial: ¿ qué lugar ocupará la niñez en ese proyecto de futuro? Durante el IV Congreso Nacional de Niñez, Educación y Salud Mental ocurrió algo inédito: por primera vez, los jefes programáticos de los principales candidatos presidenciales se reunieron en torno a un mismo desafío. No para hablar de encuestas ni estrategias, sino para enfrentar una realidad tan desgarradora como urgente: la niñez en Chile está en crisis.
La pobreza en Chile golpea el doble a la niñez: 1 de cada 20 adultos vive en situación de pobreza, entre los niños la cifra alcanza a 1 de cada 10, y sí el ejecutivo toma las recomendaciones de la Comisión Experta para la nueva medición de la pobreza, esta cifra se triplica. Uno de cada tres niños ha sido agredido en su hogar. El 62% de las adolescentes ha vivido maltrato psicológico. Tras la pandemia, más del 60% de los niños y niñas presentan sintomas de depresión o ansiedad. Hablamos de una generación marcada por el dolor. Y, sin embargo, Chile ocupa el último lugar de la OCDE en bienestar infantil. La evidencia es brutal. Y la indiferencia también. Por eso el Congreso fue un hito. No sólo por lo simbólico, sino por lo concreto. Más de cien actores del mundo político, académico y social trabajaron en mesas temáticas que entregaron propuestas claras y viables para comenzar a revertir esta realidad.
Entre ellas, la necesidad de contar con una figura presidencial dedicada exclusivamente a la niñez, con mandato articulador e incidencia política; un aumento urgente del presupuesto en salud mental. acompañado de sistemas de medición desde la infancia; una red de salas cuna universales con foco en el vínculo temprano y barrios diseñados para promover el juego, la seguridad y la contención.
Se planteó también la urgencia de reformular el rol de las escuelas como espacios activos de prevención de salud mental, con docentes preparados como agentes protectores; avanzar en programas masivos de formación parental; regular el uso de pantallas y redes sociales en la infancia; y construir, por fin, un sistema de datos e indicadores que permita seguir las trayectorias de bienestar desde los primeros años de vida. La resiliencia -tema central del Congreso no es un concepto inspirador. Es una urgencia política. Porque cuando un niño cuenta con vinculos protectores, adultos significativos y comunidades que lo cuidan, su vida puede cambiar radicalmente. Y eso no ocurre por azar: se construye con políticas públicas integrales, con vision de largo plazo y con voluntad real. Invertir en niñez no solo transforma vidas, cambia el futuro de todo un país. Porque los niños de hoy serán quienes tomen decisiones mañana. Y no hay democracia sostenible ni desarrollo justo sin una infancia protegida. Sabemos que se han dado pasos importantes. El sólo hecho de haber reunido a todos los sectores políticos en torno a este tema es un avance. Pero eso no basta. Lo que viene ahora es transformar esa voluntad inicial en compromiso programático, en políticas concretas, en presupuestos robustos. Porque si no actuamos hoy, estaremos fallando una vez más a generaciones enteras. Y ya no podemos darnos ese lujo. La niñez no puede seguir siendo una nota al pie. Debe ser el comienzo de todo. Alejandra Grebe, directora ejecutiva Fundación MC; Florencia Álamos, directora ejecutiva Fundación Kiri ; Arturo Celedón, director ejecutivo Fundación Colunga y Francisca Reutter, directora ejecutiva de Fundación Ilumina. Alejandra Grebe, directora ejecutiva Fundación MC; Florencia Álamos, directora ejecutiva Fundación Kiri ; Arturo Celedón, director ejecutivo Fundación Colunga y Francisca Reutter, directora ejecutiva de Fundación Ilumina