El sentido urbano de las fiestas
El sentido urbano de las fiestas C uando celebramos nuestras fiestas, s u r g e e n a l g u n a parte de nosotros un sentimiento patriótico, una linda sensación de pertenecer a un pueblo o grupo con tradiciones y/o creencias comunes. Nos juntamos a disfrutar una empanada, bailar o admirar un pie de cueca, participar de una peregrinación o de un colorido carnaval.
Una fiesta, sea civil, religiosa, nacional o vecinal, nos lleva a salir física y mentalmente de nuestro espacio cotidiano a compartir con otros, a conocerse entre vecinos, a romper el anonimato y a utilizar los espacios públicos y áreas verdes. Se refuerza la cohesión y el sentimiento de pertenencia a un grupo y a un territorio. Son ocasiones para recobrar las confianzas y construir redes que servirán, en el día a día, para reunirse, apoyarse y cuidarse. Son, además, instancias para utilizar y valorar ciertos lugares de la ciudad con la expresión popular de las costumbres que nos unen, dejando atrás lo que nos separa. Por último, y sin duda, son la oportunidad para preservar la cultura, construir una identidad y transmitir a las nuevas generaciones la historia y el sentido de nuestros festejos. Aprovechar y canalizar los impactos positivos culturales, sociales y urbanos de nuestras festividades es ciertamente un gran desafío para nuestros gobernantes. Importante es también poder hacerlo periódicamente, no solo los días festivos, organizando actividades comunitarias en plazas, calles y parques, como almuerzos de barrio, bailes y deportes colectivos, presentaciones musicales y juegos tradicionales. Una buena forma para promover la salud física y mental y la integración social e intergeneracional, hoy, tan necesarias. Sin duda, esta tarea necesita una organización conjunta de autoridades y vecinos, y participativa para involucrar a diferentes grupos sociales, culturales y etarios, atendiendo sus demandas y gustos. Pues no hay que olvidar que, para que "la fiesta sea buena" (sin importar su escala ni su alcance), debemos todos sentirla nuestra.
Así, el Dieciocho, la procesión de la Virgen del Carmen, la celebración de La Tirana, los festivales públicos, pero también los almuerzos y las pichangas de barrio nos ayudarán a afianzar nuestras comunidades, tradiciones y nación.
El sentido urbano de las fiestas Carolina Katz Arquitecta y académica UC FRANCISCO JAVIER OLEA Una fiesta, sea civil, religiosa, nacional o vecinal, nos lleva a salir física y mentalmente de nuestro espacio cotidiano a compartir con otros..