Autor: Por Joaquín Vial R-T Profesor Adjunto Instituto de Economía UC Investigador Principal CLAPES UC
COLUMNAS DE OPINIÓN: Populismos, avestruces y las redes sociales
COLUMNAS DE OPINIÓN: Populismos, avestruces y las redes sociales Por Joaquín Vial R-T Profesor Adjunto Instituto de Economía UC Investigador Principal CLAPES UC Populismos, avestruces y las redes sociales stamos viviendo tiempos paradojales: nunca la gente común y corriente había tenido tanto acceso a información y, al mismo tiempo, nunca se había usado tan mal esa información. En un mundo cada vez más complejo, vemos que en todas partes los mitos y fantasías reemplazan a la evidencia y al conocimiento científico. Por ejemplo, en el tema ambiental vemos cómo se desprecia el conocimiento acumulado sobre los determinantes de las tendencias climáticas. Ello, a pesar de que todos los días aparecen noticias, respaldadas por videos dramáticos sobre nuevas y más intensas catástrofes climáticas. Eso es justamente lo que pronostican los modelos científicos sobre el clima.
Sin embargo, vemos también cómo se niega el problema y se está retrocediendo, no sólo en medidas para mitigar el cambio climático y sus posibles consecuencias, sino que se dejan de recoger datos sobre lo que está ocurriendo. Desgraciadamente esto también ha llegado a la economía.
Después de un par de siglos de acumulación de datos, formulación de hipótesis y múltiples experimentos reales con políticas de todo tipo, que han dejado lecciones útiles y algunos aprendizajes, vemos también cómo líderes en Chile y el mundo se empeñan en ignorar ese conocimiento.
Algo que los economistas aprendieron desde los tiempos de Adam Smith y David Ricardo, es que el comercio y el intercambio permiten que cada uno se especialice en aquello que hace mejor, lo que lleva a una mayor productividad y a un consecuente aumento de los ingresos.
Después de las desastrosas experiencias con las guerras comerciales de principios del siglo XX, al fin de la Segunda Guerra Mundial esta idea se plasmó en acuerdos globales que impulsaron la reconstrucción de las economías destruidas y el avance vertiginoso de Occidente, al que luego se agregó Japón, seguido por otros países de Asia y a, comienzos de este siglo, por China. Ello sacó de la pobreza a miles de millones de personas. Los países de América Latina que optaron por el proteccionismo y el crecimiento "hacia adentro" se estancaron y perdieron el control de la inflación. Cuando Chile y otros países se abrieron al comercio y las inversiones, crecieron y, al menos, han logrado impedir que las distancias con el mundo desarrollado siguieran creciendo. Sin embargo, hoy vemos cómo desde los países más avanzados del mundo, hasta nuestro remoto rincón sudamericano, resurge el proteccionismo y se levantan voces para privilegiar el crecimiento sobre la base de los mercados internos. La fábula ha desplazado al conocimiento.
Mi impresión es que la gente común y corriente, que es la que vota y elige a sus representantes en los sistemas políticos democráticos, está haciendo demasiado caso a las historias sin fundamentos que circulan sin contrapeso por las redes sociales.
El gran cambio de este último tiempo es que la información que recibe el público ya no proviene de instituciones especializadas que hacen una revisión profesional de la veracidad de las noticias, entre otras cosas por miedo a demandas, sino que de contenidos generados por individuos u organizaciones que se esconden en el anonimato y que no tienen ningún control social. Como si fuera poco, ahora estas fábulas van acompañadas por imágenes fabricadas, indistinguibles de la realidad. Esto deja en manos del usuario de la información -desde el vecino en el metro, hasta el Presidente de la República con la pesada carga de decidir qué información usa para tomar sus decisiones. Muchos ni siquiera tienen conciencia de dicha necesidad. En este contexto, tomar decisiones difíciles hoy para obtener beneficios en el futuro se hace mucho más complejo, cuando hay un coro de voces que dicen que hay otras versiones de la realidad. Por mucho tiempo nos hemos burlado de los avestruces que esconden la cabeza en el suelo para eludir amenazas. La combinación de redes sociales con el populismo nos está llevando a replicar esa conducta.
El primer paso para sacar la cabeza del suelo lo deben dar los líderes de opinión y entre ellos, los responsables por las decisiones de política pública (los políticos), que deben volver a valorizar el conocimiento acumulado por siglos para retomar sendas de progreso sostenible de nuestras sociedades..