COLUMNAS DE OPINIÓN: El celular y la ubiquidad
COLUMNAS DE OPINIÓN: El celular y la ubiquidad El celular y la ubiquidad El celular y la ubiquidad El celular y la ubiquidad El celular y la ubiquidad Daniel Loewe Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez as palabras del Presidente han causado revuelo. "En la primera fila hay 16 personas, donde 11 han estado mirando el celular permanentemente durante este ratito. Autoridades de gobierno, vi por lo menos 10 que estuvieron revisando su celular. Los invito a levantar la mirada". Acto seguido, reconociendo cuán difícil es resistirse, anunció que él comenzaría una "transición tecnológica": volver a un celular sin internet. La observación presidencial solo puede coincidir con la de cualquiera. 11 de 16 no es una mala cifra. La próxima vez que asista a una conferencia (no importa el tema, mi campo de observación suelen ser las de filosofía) mire a su alrededor.
Entre los que se dedican a calentar el asiento haciendo uso desvergonzado del celular (hay que decirlo, en estos casos se trata solo un equivalente funcional: antes dormitaban), y los que cada 30 segundos desvían la mirada para cerciorarse de no haberse perdido algún acontecer fundahaberse perdido algún acontecer fundamental (mientras la vida desfila ante sus ojos), el porcentaje de adictos es quizás mayor.
Sí, "adictos" es la palabra apropiada: adictos a la dopamina que en mini dosis liberan los algoritmos, provocándonos una gratificación instantánea y efímera, a la que sigue la sensación de privación y, bueno, mirar de nuevo buscando el siguiente tanto, recurrir a estrategias para alcanzar nuestros objetivos; tal como hizo Ulises al poner cera en los oídos de los marineros y atarse al mástil para escuchara las sirenas sin morir en el intento. Siatarse a un celular sin internet funciona, es una buena estrategia.
El problema, claro, es que el mundo está configurado por la técnica, y así, sustraerse tiene costes "sor". Así cual vaquero. "¿Le resultará la muyaltos Peotambién a o real o Presidente? Se lo ' E bajo o social (los que se suponen educados lo hacen con la pantalla invertida), o se lo revisa en el semáforo en rojo (los más osados, en movimiento). El juego de luces y el posterior gentil bocinazo han pasado a ser movimientos tan connaturales al cambio de luz como poner primera. Los comentaristas han señalado que la "transición tecnológica" presidencial no sería la estrategia adecuada, porque lo que corresponde es autocontrol. Suponiendo voluntades perfectas, tienen razón. Pero somos seres de voluntad débil (akrasia) y debemos, por escéptico". escéptico". deseo. Aunque soy dora para sus señores, pasa a ser opresiva para sus modernos siervos dela gleba. Como la técnica de la escritura en Platón: un Pharmakon que posee tanto el poder de curar como de matar. ¿Le resultará la estrategia al Pre: dente? Se lo deseo. Aunque soy escéptico.
Fiel a su estilo que desafía las reglas de la composición, probablemente tendrá su dumbphone en un bolsillo para respirar los aquís y los ahoras, y un smartphone en el otro para guerrear en X y disfrutar de este sucedáneo de ubiquidad divina; simultáneamente. quidad divina; simultáneamente..