Julio Rojas: “Ya nació el primer ser humano que va a vivir para siempre”
Julio Rojas: “Ya nació el primer ser humano que va a vivir para siempre” OCNALBAÍCRAGNÉBUR Aunque ha destacado como guionista de cine, televisión y pódcasts como el exitoso “Caso 63”, Julio Ponce tiene una debilidad natural por la salud.
Odontólogo de formación, el autor acaba de lanzar el libro “El fin del futuro”, en el que analiza, entre otras cosas, cómo la confluencia de biotecnología, nanotecnología, nanorobótica, edición genética e inteligencia artificial están al filo de cambiar radicalmente la forma en que vivimos. Y en un plazo tan breve como 10 años.
Este lapso 2025-2035 tiene un horizonte de posibilidades tan alto que lo bautiza como la “década impensada”. “Estaba diseñando una serie sobre el futuro y quería ser súper preciso con las fechas, con cómo se iban a alinear todas estas líneas de tecnologías disruptivas y qué iba a pasar cuando chocaran. Y de pronto me di cuenta de que los apuntes que había juntado en la investigación para la ficción eran más entretenidos que la ficción misma que tenía en mente. Entonces decidí que no iba a hacer la ficción y que iba a escribir una especie de librito de divulgación sobre los eventos que se aproximan”, comenta Rojas sobre el origen del texto. Uno de los temas que destaca es cómo pareciera acercarse el momento en que la muerte sea abordada como una enfermedad que se puede tratar o evitar. “Sí. El envejecimiento como enfermedad es un concepto que empieza a estar en boga. La tecnología CRISPRCas9 de Jennifer Doudna ha sido amplificada por la IA. Si a eso le sumamos nanotecnologías y nanobots, se produce un cóctel virtuoso que, en una primera etapa ampliará la longevidad y, en una segunda etapa, nos puede conducir a la inmortalidad biológica. Algo que, por cierto, tiene luces y sombras”. ¿Veremos en esta década impensada algo así de revolucionario? “Creo que ya nació el primer ser humano que va a vivir para siempre. Eso no es ciencia ficción, sino una inferencia del ritmo al que va la tecnología.
Muchos de nosotros vamos a tener una amplificación o ampliación de nuestro ACABA DE LANZAR EL LIBRO “EL FIN DEL FUTURO” lapso de vida de vida en condiciones razonablemente buenas”. En un futuro donde el envejecimiento es una enfermedad, ¿qué es lo que más le fascina y qué le aterra? “Me fascina el hecho de que a veces basta una vida para aprender cosas medulares que te hubieran hecho o una mejor persona, que aporta su conocimiento para construir una civilización mejor. Pero cuando alcanzas esa sabiduría, te mueres. Esto nos permitiría contribuir con la experiencia completa que hemos desarrollado en años. Eso es maravilloso y, si se conecta con tecnologías de amplificación, puede cambiar radicalmente a la historia humana.
Y lo que me aterra es que la sensación de no tener fin es súper anómalo y puede que los problemas de salud mental se agudicen mediante esta especie de súper hedonismo corporal”. Es llamativo que estas posibilidades surjan en un momento en que lo real se está difuminando... “La disolución progresiva de la realidad es un síntoma de los tiempos, que se va a amplificar cada vez más. Cada día uno se pregunta en redes sociales si está ante un contenido auténtico o uno generado con IA. Pero esta duda surge del asombro inicial: en dos años, la gente ni siquiera se lo va a preguntar. Y eso es demasiado peligroso. La realidad se cae y hay que moverse por la intuición o por tu ecosistema seguro de información.
Lo que es claro es que cualquier cosa que venga de una pantalla va a ser totalmente sospechosa y el cara a cara va a ser lo único válido”. Es difícil prever el futuro, pero el libro deja la impresión de que lo claro es que cada vez habrá menos cosas que sean imposibles. “Esa es una buena reflexión. Estamos en un borde y después del borde todo puede ocurrir. Eso es la singularidad.
No podemos comprender qué viene, pero nadie puede decir que algo no va a suceder”. En esa línea, en el libro indica que para las personas que están a cargo de empresas tienen el deber moral de interesarse por estos temas, tenerlos en el radar e interiorizarse. “No hay que perder de vista que una IA real, más allá de de compañías que la administran, es una caja del conocimiento humano. No es ajeno a nosotros. Pero la gente está ocupándola hoy desde una frivolidad enorme. No se está aprovechando como lo que es: una caja con todo el conocimiento humano disponible para el bienestar de toda la humanidad. Es clave que todo el mundo se sumerja en la IA y experimente, para que más allá de pedirle videos o que escriba un mail, encontremos soluciones. Hoy, un niño de octavo básico de Puqueldón puede encontrar la solución a los microplásticos en el océano o crear nuevas formas de energía. Solo necesita dedicar tiempo a hacer las preguntas correctas. Así de notable es el lado luminoso de esta disrupción”. Julio Rojas está trabajando en dos nuevos libros sobre el futuro, además de proyectos de ficción.
Alejándose por un momento de la ficción, el autor de “Caso 63” se aventura con un texto que pretende ser una crónica de cómo los avances tecnológicos que se están produciendo hoy y están confluyendo van a cambiar nuestra vida en los próximos 10 años. MANUEL FERNÁNDEZ BOLVARÁN.