Disímil realidad de agua para riego
Disímil realidad de agua para riego TEMPORADA 2025-2026 E l 2 0 2 5, e n cuanto a agua caída ha sido disímil, según la zona de que se trate.
Sin embargo, lo que está claro es que, al menos hasta la fecha, las lluvias han sido menores que el invierno pasado, en la mayor parte del país, pero, con excepción de Coquimbo y Ñuble, la situación no sería crítica. "Hemos estado en una condición en que, si bien ha tenido algunos eventos de precipitación, algunos de consideración, sigue predominando un déficit sustancial en gran parte de Chile central.
Comparado con años mucho más secos, podría parecer un invierno más o menos normal y eso es cierto, en cierta medida", explica René Garreaud, académico del Departamento de Geofísica (DGF) y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (Cr2). El experto recalca que, revisando los datos actualizados al 19 de agosto, la situación muestra matices. Así, La Serena, por ejemplo, registra un pequeño superávit tras las lluvias anteriores a la semana pasada. Hacia el sur, en cambio, Chillán acumula solo unos 400 mm desde el 1 de enero, cuando lo normal es más de 700 mm.
Es decir, tiene un déficit cercano a 300 mm, que se ve difícil de recuperar en lo que queda del invierno. "Aunque aún resta parte de la temporada invernal y ya comenzamos a mirar hacia la primavera, la señal se confirma tal como se había anticipado: este año se proyecta entre normal y bajo lo normal.
No ha sido tan extremo como 2019 o 2021, años marcados por déficits de hasta un 80%, pero sí volvimos a una condición más seca que la observada en 2023 y 2024, cuando se interrumpió parcialmente la megasequía", agrega el experto del Cr2. En resumen, dice, no ha sido un año lluvioso, pero tampoco uno dramáticamente seco.
Hoy, Santiago muestra un déficit cercano al 15%, lo que se clasifica como sequía moderada. "Aunque a nadie le gusta tener un 10% o 20% menos de precipitaciones, estamos lejos de los escenarios críticos del pasado reciente", comenta.
Tampoco se prevé que, al menos en los próximos dos meses, la situación vaya a cambiar de manera importante, ya que al menos en el centro surno se proyectan l l u v i a s i m p o r t a n t e s.
D e acuerdo a Leonel Fernández, jefe de la red agroclimática en Fundación para el Desarrollo Frutícola (FDF), las lluvias que se estimaba caerían a fines de la semana pasada, serían las últimas proyectadas por lo menos para lo que queda del invierno.
En cuanto a las temperaturas, el informe del pronóstico estacional de la DMC para el trimestre agosto, septiembre y octubre indica que las mañanas serán más frías y las tardes más cálidas que lo habitual para la época en el centro del país. Matías Pino, meteorólogo de la oficina de servicios climáticos de la DMC, explica que, "en cuanto a las temperaturas para este trimestre, tanto mínimas como máximas, vemos un escenario bien contrastado. Si partimos por las mínimas, desde la Región de Arica y Parinacota hasta Atacama se proyectan condiciones sobre lo normal.
Eso significa mañanas más cálidas de lo habitual; por ejemplo, en la estación de Iquique se esperan mínimas por sobre los 15 grados". Además, señala que, "en cambio, desde la Región de Coquimbo hasta Magallanes la proyección es de temperaturas mínimas dentro de rangos normales o incluso bajo lo normal. Un caso claro es el de Curicó, donde durante agosto, septiembre y octubre se esperan mañanas por debajo de los 6 grados. En cuanto a las máximas, la situación es distinta. Desde Arica y Parinacota hasta Atacama, y también en sectores del sur, como Los Lagos y Aysén, se esperan valores bajo lo normal. Por el contrario, en la zona comprendida entre Coquimbo y Los Ríos, además de Magallanes, la proyección es de temperaturas máximas sobre lo normal. Eso se traduce en tardes más cálidas en la zona central". HAY AGUA, PERO HAY QUE CUIDARLA "No ha sido un mal año, pero lo que hemos tenido son eventos muy puntuales. El patrón ha sido parecido al del 2024: un junio bastante bueno, pero un julio pésimo. En rigor, en julio casi no llovió, de los 30 días de julio hacia atrás prácticamente no cayó nada. Agosto, en cambio, partió con una lluvia importante el día 1, y eso ayudó bastante. Hay que entender que el invierno, desde el punto de vista de las precipitaciones, lo jugamos entre junio, julio y agosto.
Septiembre ya no tiene el peso suficiente para compensar un déficit", enfatiza Leonel Fernández, jefe Mientras Ñuble y Coquimbo siguen viviendo una sequía compleja, en las regiones del centro sur el agua no abunda, pero alcanzaría para la temporada. Las cálidas temperaturas de los últimos meses han provocado un adelanto de los frutales. CATALINA PINELA ESPINOZA GENTILEZA DE JUNTA DE VIGILANCIA DEL RÍO ÑUBLE.
Así estaba el río Ñuble a mediodos de este mes, con caudales muy bajos para la época.. - Disímil realidad de agua para riego de la red agroclimática en Fundación para el Desarrollo Frutícola (FDF). La realidad es que si bien hasta mediados de la semana pasada no había llovido como en el 2024, la cantidad de agua caída y la acumulación de nieve --que por la altura y las temperaturas ha durado más de lo que venía ocurriendo en otros años, genera cierta tranquilidad para la producción agroalimentaria. Los casos más críticos son la Región de Coquimbo, en la zona norte, y Ñuble, en la zona sur.
La primera de estas pasa por una megasequía hace ya varios años, que ha tenido al borde de no contar con agua ni siquiera para el consumo humano. "Seguimos enfrentando una situación de sequía estructural en la cuenca.
Hoy, los embalses apenas alcanzan cerca de un 25% de su capacidad total, y las proyecciones indican que podríamos cerrar el año con un déficit de precipitaciones cercano al 24%", comenta Gabriel Varela Cano, presidente Junta de Vigilancia del río Elqui. Varela recalca que es fundamental "mantenernos alertas respecto a la disponibilidad de agua para el riego durante los próximos meses y reforzar la búsqueda de nuevas fuentes.
Esto incluye el reciclaje de aguas residuales, también la habilitación de nuevos pozos en la parte alta de la cuenca que permitan complementar los aportes naturales del sistema". En la zona central, una de las más afectadas por la falta de lluvias, la complejidad está dada porque, si bien se mantiene una situación de sequía similar a la que se ha tenido los últimos años, el principal desafío está en la demanda de las grandes urbes, que pone en entredicho la disponibilidad de agua para producir alimentos.
Por una parte, en la cuenca del río Aconcagua están a la espera de la proyección de caudales de la Dirección General de Aguas, sin embargo, ya saben que la nieve caída a la fecha registra un déficit cercano al 40% respecto de un año normal, anticipando bajos caudales superficiales para la temporada de riego. "Eso sí, el embalse Los Aromos se encuentra en su máxima capacidad, asegurando el abastecimiento del Gran Valparaíso por al menos dos temporadas, y los acuíferos se han recuperado durante los últimos dos años, aportando reservas para años secos.
Frente a este escenario, es urgente avanzar en soluciones de fondo a lo largo de la cuenca --como embalses multipropósito para reservar agua cuando hay disponibilidad-y generar mayor conciencia en las zonas rurales sobre uso responsable", afirma Rodrigo Riveros, gerente y juez de la primera sección del río Aconcagua.
Distinta es la situación de la cuenca del Maipo: "Aunque la Dirección General de Aguas entregará en septiembre su proyección oficial de caudales, la realidad ya es conocida: desde hace años se enfrenta un escenario en que el consumo de las grandes urbes supera la disponibilidad de agua", comenta Raúl Vigneaux, gerente de la Junta de Vigilancia, Río Mapocho Tercera Sección.
Insiste en que "es urgente avanzar hacia una gestión integral de los recursos hídricos de toda la cuenca --que incorpore aguas tanto superficiales como subterráneas-y que permita compatibilizar usos, resguardar el abastecimiento humano, dar seguridad a la producción de alimentos y proteger los ecosistemas". ÑUBLE AL SUR Ñuble tampoco ha tenido un año fácil.
De hecho todas las estaciones presentan déficit y, además, los caudales medios mensuales del río Ñuble, se encuentran por debajo de 2024. "Esta temporada los caudales registrados la convierten en una de las más secas que ha tenido el río", afirma Daniela Durán, repartidora general de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble.
Además, comenta que las mediciones de la estación DGA ubicada en San Fabián de Alico, en la cordillera, indican que el comportamiento del caudal estos últimos meses ha sido muy inferior respecto del promedio registrado los últimos 30 años: abril, -42%; mayo, -39%; junio, -65%, y julio, -56%. La acumulación nival, en tanto, este año también ha sido baja. "Al comparar el comportamiento de la superficie cubierta de nieve mediante imágenes satelitales, en la cuenca alta del Ñuble, esta temporada solo ha habido dos nevadas principales, por lo que nos encontramos 18% por debajo del promedio y también respecto el año pasado. Este último elemento es vital para contar con una buena temporada de riego. Una baja acumulación nival se traduce directamente en un verano con baja disponibilidad de agua en el cauce, provocando escasez y una menor producción en el rubro agrícola", agrega Durán. FRUTALES ADELANTADOS Como este año las temperaturas promedio diarias han tendido a ser cálidas, el desarrollo de los frutales se ha adelantado, lo que de presentarse eventos climáticos como heladas podría tener efectos negativos.
Leonel Fernández del FDF comenta que el adelanto se ha visto de manera bastante generalizada desde la región de Valparaíso hasta Biobío, afectando a diversos frutales, incluidos cerezos, almendros y, según los reportes de agricultores de Ñuble, a avellanos europeos, que están adelantados alrededor de 10 días. "En resumen, estamos frente a un adelantamiento fenológico marcado, y eso se refleja también en la acumulación de grados-día. Una vez terminada la acumulación de horas de frío, ya comenzamos a sumar grados-día, y hoy esa acumulación va por encima de la temporada pasada. Y ese es justamente el factor que ha activado las plantas antes de tiempo", agrega el experto. Lo importante, dice, es que no se presente un evento importante de frío para que no afecte el desarrollo de los frutales. 24% De déficit de precipitaciones tendría Coquimbo según la proyección..