Perspectivas económicas en China
Perspectivas económicas en China L as cifras de crecimiento en China del segundo trimestre sorprendieron a la baja, confirmando las preocupaciones que existen respecto del devenir económico del gigante asiático.
El crecimiento de 4,7% registrado en el segundo cuarto del año, inferior al 5,1% esperado, da cuenta de que los desafíos para dinamizar la demanda interna se han puesto cuesta arriba, y que un crecimiento basado en la demanda externa no solo es insuficiente sino también frágil, considerando las tensiones comerciales globales. En efecto, y como ha sido el patrón dominante durante los últimos trimestres, el consumo interno y la inversión privada mostraron cifras débiles, parcialmente compensadas por un importante crecimiento de las exportaciones netas. Se suman a ello datos negativos de inflación, que muestran otra dimensión de la debilidad interna que está afectando a la potencia oriental. La publicación de estos datos se conoció el lunes, el mismo día en que comenzaba el tercer pleno del comité central del Partido Comunista de China. Esta reunión --retrasada inexplicablemente desde el año pasado-tiene normalmente un foco económico, y ha sido anteriormente una instancia propicia para sentar las bases de planes de reforma económica en ese país.
Es por ello que la coincidencia entre la publicación de las últimas decepcionantes cifras y la inauguración del pleno del comité central podría, en teoría, servir al gobierno para anticipar una agenda de reformas ambiciosas, que se hagan cargo de los significativos desafíos que está enfrentando la economía china. Las expectativas de grandes anuncios, sin embargo, son bajas.
El gobierno de Xi Jinping, pese a estar consciente de estas dificultades económicas, ha privilegiado en los últimos años una estrategia basada en la seguridad, anteponiendo la protección del sistema político y el control social a un plan de reformas que pueda sostener duraderamente el dinamismo de la economía.
Por cierto, nada de esto significa que China carezca de fortalezas económicas relevantes, pero, aun así, los problemas que se arrastran en el sector inmobiliario, la falta de confianza de los inversionistas privados y la reticencia de los consumidores a gastar representan un reto mayor para el desarrollo del país en los próximos años, sin que se observen medidas que efectivamente ataquen en profundidad cada uno de estos temas. Son varios los economistas y miembros del Partido Comunista chino que parecen tener conciencia de estos desafíos y que estarían haciendo ver la necesidad de un plan de reformas más agresivo.
Todo indica, sin embargo, que el Presidente Xi y sus asesores más cercanos estarían inclinados a consolidar el esquema de mayor presencia y control estatal que han venido impulsando en los últimos años, aun a costa de asumir una desaceleración de la economía, en la medida que esta no ponga en jaque la estabilidad social en China.
Pese a estar consciente de las dificultades, nada indica que el gobierno de Xi vaya a dejar de privilegiar la protección del sistema político y el control social, por sobre la necesidad de un plan de reformas más agresivo..