Autor: DR. CRISTHIAN MELLADO CID Rector de la Universidad: Católica de la Santísima Concepción
Columnas de Opinión: Gestionar para la excelencia
Columnas de Opinión: Gestionar para la excelencia Según laley 21.091 las universidades tenemos por misión cultivar las ciencias, las humanidades, las artes y las tecnologías, asícomo también crear, preservar y transmitir conocimiento, y formar graduados y profesionales. También noscorresponde contribuir al desarrollo de la cultura y lasatisfacción delosintereses y necesidades del país y sus regiones. Es decir, Chile definió su sistema universitario como “complejo”, en su rol 'misional de hacer docencia, investigación, creación artística, innovación y vinculación con el medio. El financiamiento de la educación superioren Chile enfrenta un escenario desafiante, y las universidades debemos operar bajo un modelo que exige una gestión cada vez más sofisticada, acorde a su complejidad y desarrollo. A ello se suma la implementación dela ley 21.091 y los aranceles regulados, que cubren solo los costos necesarios para impartir una carrera o programa y no la complejidad de las universidades. La investigación e innovación, por ejemplo, gran medida de fondos concursadependen en bles, que para las universidades del CRUCH, que son las que más aportan al desarrollo científico del país, resultan insuficientes.
Si bien iniciativas como el Fondo Estructural I+D+i Universitario (FIU) del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación son un avance sig. nificativo, su financiamiento tendrá impacto en el mediano y largo plazo, siempre quese concreten los recursos comprometidos. Enlos últimos años, hemossido testigos de ley que han introducido avances, entre ellas la ley de inclusión, la ley sobre acoso y discriminayla ley de prevención ción de género, la ley TEA del delito. Sin embargo, estas normas, que valoramos, suponen mayores exigencias y costos de gestión, pero sin considerar recursos de implementación, dejando a las universidades la responsabilidad de asumir estos cambiosen las mis-"mas condiciones presupuestarias.
Si bien Chile destina un 5,9% del PIB ala educación (del cual el 25% es para educación superior), superando el promedio OCDE, de 4,9% (23% para educación superior) la brecha es evi dente en el gasto en investigación y desarrollo, queen nuestro paísrepresenta solo un 0,39% del PIB, muy por debajo del promedio OCDE (2,75%). Corregir el desbalance es fundamental para garantizar que las políticas públicas no se traduzcan en cargas desproporcionadas para la educación superior. Lasituaciónes particularmente desafiante para las universidades que desarrollan investigación de alto impacto y programas de vinculaSin una base financiera sólida, las univer. ción. sidades ven afectada su capacidad para respondera necesidades presentes y futuras. Asimismo, debemosreconocere incentivar el potencial de donaciones de privados como vía complementaria para fortalecerel financiamiento de laeducación superior.
Por otro lado, a las universidades nos corresponde seguir avanzando en la eficiencia y la transparencia de nuestra gestión, y hacerla tan la definición de Unicompleja como nos exige eras Eten dslo cuendo deme tergar pues del éxito de nuestras universidades complejas presentesen diversos lugares de nuestroterritorio, depende el desarrollo de Chile, sus regiones y de los chilenos quelo construimos día adía..