Autor: MAURICIO SILVA
El ocaso de la calle Valparaíso, un clásico del comercio en Viña
El ocaso de la calle Valparaíso, un clásico del comercio en Viña NOTA / AÑIPSÉRDNA El 5 de diciembre, Xabier de Ugarte (67 años) estaba en su negocio de ropa “Blancanieves”, en el 479 de avenida Valparaíso de Viña del Mar, cuando un delincuente le arrebató su cadena de oro del cuello. “Me tiró al suelo. Peleamos un poco y me fracturó el tobillo. Debieron operarme para ponerme placas metálicas y estuve tres meses en silla de ruedas. Pese a que todo lo registró la cámara de seguridad, el agresor sigue paseando por calle Valparaíso”, relata el socio de esta tienda creada en 1957 y que lleva 55 años en el mismo local.
Antigua Rúa del Comercio, el decreto que autoriza la fundación de Viña del Mar en 1874 le dio su actual nombre porque era el camino al puerto para la naciente ciudad, que dio nuevos bríos a su carácter mercantil y de zona de encuentro social, “configurando así una identidad propia como un punto aglutinador” de la urbe, describe el historiador Jorge Salomó, autor del libro “Calle Valparaíso, siete cuadras de historia”. Los apellidos que Salomó apunta en su obra como las familias arraigadas con esa arteria Comas, Cevasco, Aste, Bozzo se repiten entre los 32 comerciantes, varios con propiedades de alto reconocimiento histórico y comercial como galerías Florida y Girasol y el edificio Samoiedo, que el 20 de mayo interpusieron un recurso de protección en la Corte de Valparaíso.
En él denuncian que el comercio ilegal invade las veredas, impidiendo el acceso normal de su clientela, venden alimentos sin control sanitario y encubren “otro tipo de ilicitudes como microtráfico de drogas, que genera mayor riesgo a la comunidad dadas las riñas que suelen ocurrir, amén de hurtos y robos”. Acusan que ello es efecto de la “falta de servicio” del municipio, seremis de Salud y de Seguridad Pública y Delegación Presidencial Regional. La avenida Valparaíso, dicen sus locatarios, ha sufrido trances como el período de la UP, la instalación del mall de 14 Norte y las grandes cadenas, el estallido y la pandemia. Pero José Comas Azócar, dueño del edificio del 468, afirma que, tras el cierre forzado por el covid-19, este es el peor de todos.
“Es imposible circular por la avenida sin temor de que a la esquina te estén asaltando”, dice en el inmueble señorial de los años 30 y cuyo segundo piso, hoy vacío, otrora ocupara la lujosa tienda de ropa García Vellella, que sucumbió a la pandemia.
Este nieto de españoles, cuya familia administró desde 1960 en ese edificio la confitería Hucke, cuenta que el pasaje que conecta la calle Valparaíso con el aparcadero interior es ahora punto de escape de “lanzas” que roban a transeúntes. Fiscalización.
Ante las quejas, Carabineros de la 1ª Comisaría de Viña del Mar asegura que en las dos últimas semanas, en la avenida Valparaíso, ha cursado más de 100 infracciones en tránsito y al comercio ambulante y ha detenido a 40 personas por delitos contra las leyes de drogas, de propiedad intelectual, contrabando de cigarrillos y porte de arma blanca. NOTA / AÑIPSÉRDNA El cuadrante de la avenida, según Carabineros, suma este año un detenido por homicidio, dos por violación, 65 por causar lesiones, 401 por robo y 448 por hurto. Estos delitos contra la propiedad subieron 25% y 44% en un año, respectivamente. Javier Fernández cerró en Valparaíso sus tiendas de ropa Fiorentina y La Stampa, saqueadas en el estallido.
La Fiorentina del 554 de calle Valparaíso, añade, sufre una baja de 50% en la clientela respecto de 2018, espantada por los niveles que han alcanzado el comercio ilegal y la delincuencia en los dos últimos años. “La gente del plan ya no atraviesa el estero para acá. Para qué decir de la de Reñaca. Si esto sigue, en un año no sé quién sobrevivirá”, se queja.
En su cuenta pública de abril, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti (FA), aseguró que en el último año hubo más de mil patrullajes conjuntos con Carabineros y 2.216 operativos de Seguridad Pública Municipal contra el comercio ambulante.
“En tres meses duplicamos las detenciones del año previo”, planteó. n Aste, Bozzo, Comas y otros apellidos de raigambre en la otrora principal arteria mercantil de la Ciudad Jardín se organizan contra una situación “que amenaza nuestra sobrevivencia”. La alcaldesa asegura que se desplegaron 2.216 operativos antiambulantes en el último año.
LOCATARIOS ESPERAN QUE LA JUSTICIA OBLIGUE A LAS AUTORIDADES A ATACAR EL DESATADO COMERCIO ILEGAL Y LA DELINCUENCIA:. El deterioro de la situación económica del país y la crisis migratoria son apuntados por los locatarios como causas del desborde del comercio ambulante.