Autor: M. F.
Discriminados y aislados
Discriminados y aislados Señor director: En lo que va del año ya hemos sido víctimas, como adultos mayores, de más de 118.923 delitos, desde portonazos, estafas, latrocinios y homicidios (Comisión de Personas Mayores 11 Marzo 2025 Congreso Valparaíso). El delito que más creció fue el homicidio, pasando de 7,8% en 2023 a un 19,3% en 2025 y eso que no termina el año.
Los delincuentes que abusan de nosotros son jóvenes menores de 40 años, en su mayoría chilenos y con algún vínculo con el anciano victima, pero lo que los une es que consumen drogas, los valores que profesan y que son parte de grupos casi anárquicos que no respetan a nadie, ni a su propia familia, menos ancianos. El caso del veterano agredido por Martín de Los Santos es la punta del iceberg, pues muchos ancianos somos vejados a diario por vecinos, familiares, guardias, choferes, funcionarios públicos, delincuentes, etc. Estamos encerrados, aislados y con un Senama que realmente no se preocupa para nada de nosotros, pues casos que se presentan allí no se judicializan en un porcentaje alto.
No se sabe de la existencia de la Defensoría del Adulto Mayor que ya no da abasto con el poco personal que labora y que es más bien usada por personas que requieren que se declare interdicto al anciano para administrar sus bienes, o sea dejarlo sin ni uno, aduciendo demencia y no es así en muchos casos (que uno conoce y que ni salen en Google). Un dato alarmante es el que da The Clinic con cifras del Minsal que son mas de 11.700 pacientes con alta médica que han sido abandonados en hospitales públicos desde 2019. ¿Se pregunta uno y las propiedades de esos viejitos dónde están ?. ¿ Qué hacen las instituciones? Para que nombrar a la cantidad de ancianos que desaparecen y no dejan misteriosamente ningún rastro, como la señora María Elcira. El caso del pacto suicida de dos ancianos (Jorge y Elisa) que en 2018 dejaron una carta póstuma indicando que Chile no es un país para viejos refleja el abandono nuestro en este nuevo Chile. En los barrios, música a todo chancho, humos de cigarro y de la buena por doquier, niños y jóvenes tomando y ocupando espacios públicos y en las micros para qué decir, nadie da el asiento.
Por eso resulta irrisorio que en un mes el plan de buen trato al adulto mayor quiera resolver lo que las nuevas familias chilenas no le inculcan a su prole por décadas, menos un Ministerio de Educación que en sus políticas le da más valor a minorías que a una población importante y que ha hecho de este país mejor que lo que hoy está. Dios nos ampare a los ancianos en Chile..