El viaje de carla
Contacto: edicionesdelfin@yahoo.es @edicionesdelfin marcolopezcultura@gmail.com Carla, una joven chilena de 22 años que estudiaba cocina internacional en el Instituto Profesional Culinary, decidió en su tercer año de carrera, viajar a Viena (Austria), mediante la visa Working Holiday. Su familia lo aceptaría gratamente considerando lo expuesto por la joven, además de su independencia y perseverancia en sus estudios. Una vez que aprobó toda la documentación para acceder a la visa, Carla viajó en el mes de noviembre del 2023 rumbo a Viena, donde contaba con un lugar para llegar. Al principio sería difícil la situación, la joven tendría trabajos esporádicos donde le pagaban muy poco, pero le alcanzaba para al menos solventar sus gastos comunes. Después se establecería en un restaurante donde se sentía muy a gusto e incluso se quedaba más tiempo de lo que le exigía el trabajo, pues el ambiente era grato y ella se sentía feliz.
Durante su paso por Austria, Carla vivió en tres lugares distintos: primero en una casa ocupada por un grupo que tenía contrato de un año, luego en un departamento que compartía con una pareja y que también tenía un límite de tiempo, por lo que se vio obligada a buscar otro sitio. De esa manera encontró uno en el distrito Floridsdorf de Viena. A Carla le urgía encontrar un lugar para vivir: ya que estaba con el tiempo en contra y además otros sitios que averiguó eran imposibles de pagar. Así las cosas, encontraría dicho departamento mediante una publicación en donde la dueña lo promocionaba para personas que estaban en Working Holiday, y sin pensarlo dos veces tomó el cupo para arrendarlo. En dicho departamento vivía un joven rumano, de 26 años de nombre Eduard, aunque ambos no se comunicaban mayormente, puesto que ella trabajaba y al parecer el joven también. Después de un tiempo Carla comenzó a notar ciertos rasgos que no le agradaban de su compañero de departamento, principalmente su suciedad. Aunque había algo más y ella no sabía exactamente qué era.
La noche del 11 de junio de 2024, dos compañeros de trabajo de Carla recibieron mensajes de texto por parte de la joven, quien, según el relato de la policía, estaba muy asustada: su compañero de piso, el rumano con quien poco hablaba y con quien apenas tenía unas semanas de convivencia, había intentado entrar a su habitación. Carla y sus compañeros estaban en medio de una videollamada cuando Eduard ingresó ala pieza atacándola con un hacha. Mientras los jóvenes llamaban a la policía se dirigieron al departamento, y al llegar ambos encontraron al atacante a torso desnudo moviendo el hacha de un lado a otro en medio de la calle. En paralelo, dos agentes de policía que se encontraban haciendo un control de tráfico cerca del sector, acudieron inmediatamente al lugar. Al divisar a los oficiales, el ciudadano rumano se dirigió corriendo hacia ellos para atacarlos y segundos después fue abatido por un disparo. Cuando el agresor cayó se le aplicaron medidas de primeros auxilios y un médico de la unidad operativa WEGA (Departamento de Alarma del Grupo de Trabajo de Viena) intentó salvarle la vida. Posteriormente, tomó la posta el servicio de rescate profesional de Viena. Sin embargo, el hombre de 26 años falleció en el lugar. De manera simultánea, la policía entró al departamento y encontró a Carla sin vida, con heridas en su cabeza. El arma homicida fue confiscada por los oficiales y la investigación quedó en manos del Departamento Provincial de Inteligencia Criminal de Viena. Asimismo, detectives de OCN Interpol Santiago y OCN Interpol Viena, estuvieron en coordinación y comunicación para esclarecer tanto la identidad de la víctima como los antecedentes de lo ocurrido. Las huellas dactilares de la joven fueron enviadas a la policía de Viena, con lo que se logró confirmar su identidad, y de esta forma se pudieron contactar con su familia. De acuerdo con la prensa local, el joven rumano tenía »graves problemas psicológicos», y estuvo internado en un centro psiquiátrico, donde solo se agredía a sí mismo y no a terceros.
Respecto a las investigaciones, el vocero de prensa de la policía de Viena, Philipp Halinger, explicó que estas se dieron por concluidas, por lo que los resultados fueron reportados a la Fiscalía del país, la cual mantiene contacto con la Embajada de Chile en Viena. También con Laura, su acongojada madre, quien relataría que al hablar con la policía se le señaló que no había mucho más que hacer, ya que el agresor murió.
El hecho causó tal conmoción, que el día que su madre llegó a Austria, cercanos a Carla realizaron un homenaje en la Catedral de San Esteban de Viena, donde pusieron flores, velas, mensajes y fotografías de la joven. Un lamentable viaje sin retorno que mantendrá viva la memoria de esta esforzada joven chilena.. Marco lópez aballay, escritor