¿Qué pasó con el CIMM?
¿ Qué pasó con el CIMM? C Columna I Centro de Innovación E xinera y Metalúrgica, CIMM nació en los años 70, al alero del mismo impulso estatal que dio origen a la nacionalización del cobre. Fue parte de una visión de soberanía tecnológica y desarrollo productivo, en la que el conocimiento no se tercerizaba: se generaba desde el Estado para servir al pais. Hoy, cuando todos celebran aquel hito histórico, pocos recuerdan que también existió una apuesta seria por construir capacidades técnicas propias. Y que esa apuesta fue abandonada. Chile necesita volver a contar con un verdadero instituto tecnológico público minero.
Uno que investigue, pilotee, valide, innove. .. no una página web con frases motivacionales en clave industrial Hay que reconocer con claridad que el Ministerio de Agricultura jamás dudó en defender su ecosistema publico de innovación INIA, CIREN, FIA, INFOR frente a las modas de las "alianzas transformadoras". En cambio, en el sector minero, la institucionalidad se fue replegando. No hubo disputa, ni defensa, ni siquiera duda. Solo una especie de asentimiento discreto, como si todo ya estuviera decidido desde fuera. El CIMM no era un think tank de escritorio.
Fue un verdadero instituto tecnológico con calle, investigaba, diseñaba soluciones, las probaba y las llevaba a escala a través de su propia empresa operativa, CIMM Tecnologías y Servicios S.A. (CIMM T&S). Esa empresa competia en el mercado real, generaba ingresos propios y financiaba asi las capacidades públicas de innovación minera. Era un modelo notablemente eficiente, austero, pero sin glamour. Tal vez por eso resultó más fácil venderlo que defenderlo. Y fue lo que ocurrió. El 5 de enero de 2012, por escritura pública otorgada en la 27ª Notaría de Santiago, la Corporación CIMM vendió la totalidad de CIMM T&S a SGS Chile Ltda., filial local de la multinacional suiza. El contrato incluyó cláusulas de confidencialidad y la prohibición del uso posterior del nombre "CIMM" por parte del comprador.
Según documentos obtenidos vía Ley de Transparencia, la operación bordeo los 30 millones de dolares, aunque la cifra exacta se mantiene reservada. ¿Y qué pasó con ese dinero? ¿ Fue reinvertido en ciencia y tecnologia minera? No. Durante al menos seis años, los recursos fueron diluidos en gastos operativos menores, sin que se construyera ningún centro, programa o instrumento público de escala equivalente.
En vez de fortalecer al CIMM, se opto por su desmantelamiento y en su lugar, el Gobierno creo la Corporación Alta Ley, presentada como su "continuiRodrigo Alvarez Seguel Abogado dad". Pero la verdad es que Alta Ley no heredó capacidades técnicas ni estructuras equivalentes, sino apenas un relato. Por eso la pregunta no es "¿ qué hace Alta Ley?", sino más bien: ¿ quién cumple hoy el rol que cumplía el CIMM? Y la respuesta es desoladora.
La mayoría de los actores relevantes de la mineria chilena desde Codelco y las grandes faenas hasta consultores privados, pasaron por el CIMM o se vincularon con sus capacidades técnicas, ubicadas en sus instalaciones de Avenida Parque Antonio Rabat 6500, Vitacura, inmueble que también fue vendido. EI CIMM no fue perfecto, pero fue real. Su aporte al desarrollo técnico de la mineria chilena fue concreto y medible. Ahi se formaron cuadros, se validaron tecnologias, se incubaron soluciones que hoy parecen naturalizadas: la medición de estabilidad de tranques, la caracterización de relaves, la modelación geotécnica aplicada. Entonces, ¿por que no fue escándalo nacional? Porque otros fracasos más ruidosos de Corfo lograron opacar esta farra silenciosa.
Mientras se hacían caricaturas del "litio sin litio", las start-ups sin ingresos y los parques tecnológicos sin tecnologia, la venta del CIMM TS pasó como una anécdota técnica: una privatización sin debate, una desaparición sin autopsia. Y no es por nostalgia. Es por urgencia.
Porque si Chile se toma en serio la política del litio, el hidrogeno verde o la revalorización de fundiciones y relaves, necesita volver a contar con un instituto tecnológico minero público, operativo, descentralizado, técnico, eficaz y con visión de largo plazo. No basta con frases estratégicas. No basta con "ecosistemas" Lo dijimos: el CIMM no tenia frases bonitas, pero tenía laboratorios. No tenia "roadmaps", pero tenia resultados. No era disruptivo, pero era útil. Y eso, en Chile, siempre parece tener fecha de vencimiento. Hoy no se trata de reconstruir el pasado, sino de recuperar su lógica: una capacidad pública, territorial y técnica al servicio del desarrollo minero nacional.
Porque sin instituciones reales, la estrategia minera de Chile seguirá siendo solo una promesa "Porque si Chile se toma en serio la política del litio, el hidrógeno verde o la revalorización de fundiciones y relaves, necesita volver a contar con un instituto tecnológico minero público, operativo, descentralizado, técnico, eficaz y con visión de largo plazo. No basta con frases estratégicas.
No basta con ecosistemas". "La desaparición silenciosa de un instituto clave para la soberanía tecnológica minera. .. y por qué Chile necesita uno nuevo".. "Porque si Chile se toma en serio la política del litio, el hidrógeno verde o la revalorización de fundiciones y relaves, necesita volver a contar con un instituto tecnológico minero público, operativo, descentralizado, técnico, eficaz y con visión de largo plazo. No basta con frases estratégicas. No basta con ecosistemas". "La desaparición silenciosa de un instituto clave para la soberanía tecnológica minera. .. y por qué Chile necesita uno nuevo".